Capítulo 41
Clara K.
Estaba tranquila, me sentía feliz, aunque había momentos en que los problemas de Lucas me preocupaban al máximo hasta llegar a sentir una ansiedad intensa. No se lo he mencionado, porque tampoco quisiera que se preocupe por algo más.
Las investigaciones del caso han ido avanzando, pequeñas reuniones incluso a puerta cerrada con los abogados de ambos lados se habían dado, queriendo llegar a un acuerdo, pero Lucas no mencionaba más allá de eso. Unas reuniones entre abogados.
En el departamento en el que estábamos, era lo suficientemente espacioso como para una familia de 5 hijos con mascotas incluidos, No tuvimos que comprar nada, porque ya el departamento estaba amueblado, lo único que trajimos fue nuestra ropa.
Al salir de la mansión fue un verdadero melodrama. Leticia estaba hecha un mar de lágrimas, gritaba a los 4 vientos lo mala mujer que yo era por querer separar a una madre de su hijo. Incluso mencionó, que era igual o peor que Ainhoa, cosa que hizo que mi paciencia se acabara.
Entendía que era una mujer desconfiada, por todo lo que la familia estaba pasando, pero no por eso, yo tenía que soportar sus malos tratos, incluso ni el que su hijo hablara con ella había funcionado para que dejara de intimidarme..
-Mala mujer o no, yo no soy la que está insultando a otra. Si quiere manipularme y hacer que me sienta mal, por lo desconsolada que se siente al “perder” a un hijo. Preocúpese por el que aún tiene a su lado y es capaz de soportar sus malos tratos.
Se había quedado callada; Lucas no estaba, ya que estaba en la oficina personal de su padre sacando algunos documentos. El poco personal que estaba ahí nos había quedado mirando, sorprendidos por el hecho que le había respondido a una mujer como Leticia.
-Si tanto le importa sus hijos, primero compórtese como una madre y luego, con gusto hablaremos de mujer a mujer..
Volteo alejándome unos pasos y siento como mi bebé se mueve y aquello me hace sonreír. El chofer termina de entrar las maletas y me abre la puerta para que ingrese.
-Todo lo que me estás haciendo ahora, lo pagarás con tu hija.
Me detengo y agarro la puerta del carro para poder mantener la calma.
-No se preocupe, que yo criaré con amor a mi hija.
Ingreso al auto sin esperar alguna respuesta de esa mujer, a los pocos minutos llega Lucas para poder irnos al departamento en el que estaremos viviendo mientras todo se solucione.
Con el hermano de Lucas no había vuelto a cruzar palabra desde aquella tarde en la que compartimos más de lo que había esperado. Coordiné con Marcos el día exacto y el lugar en el que nos veríamos; incluso Lucas y yo habíamos acordado de que él me acompañaría, pero solo yo sería la que me vería con Marcos, pero como siempre, nada salía como planeábamos.
-¿Estás dormida? – el peso de Lucas hace que la cama se hunda.
-Aún no, ¿Qué pasó? – volteo un poco para quedar cara a cara.
-Quería hablar contigo.
Me siento en la cama, pero con ayuda de él, ya que con el vientre se me dificulta un poco. Un fuerte mareo me invade, pero trato de sobrellevarlo sin que él pudiera notarlo. Sus ojos estaban cansados, las sombras café debajo de sus ojos estaban más oscuras. Sentía que había envejecido muchos años.
Acerco mi mano a su mejilla y lo acaricio.
-¿De qué es lo que quieres hablar?
-Han postergado el juicio, porque el fiscal ha tenido un accidente. Eso quiere decir que el tiempo que pensábamos que iba a terminar, se extenderá.
-¿Ha sido grave?
-Felizmente no, pero eso no es de lo que quiero hablar.
Cruza sus piernas como indio y sostiene mis manos y las observa con detenimiento.
-Las especulaciones de la prensa serán las peores, también es posible, que un reportaje de tu vida salga a la luz y quiero que sepas que nada de lo que la gente diga o publique de ti es cierto… No sabes cuanto me odio por tener que involucrarte en este mundo.
Su confesión, de algún modo trae el sin sabor y la preocupación; siento como aprieta mis manos, haciendo que caiga en el presente.
-Haré hasta lo imposible para que ese reportaje no salga. Te quiero tranquila, a ti, y más por nuestra bebé. Por nuestra pequeña.
-Lucas…
Ahogo un sollozo, porque estaba aterrada de lo que la gente iba a descubrir de mi vida, de lo humillante que será cuando todos se burlen de mí, con memes y entre otras cosas de lo que la comunidad digital estaba acostumbrada.
-Aquí estoy yo, te cuidaré, te protegeré.
Niego y escondo mi rostro en su cuello queriendo desaparecer por un momento y tener una vida como cualquier persona, sin la curiosidad de la prensa o del público.
Al siguiente día recibo la llamada de Marcos que llegará a Lima, al otro día al medio día. Mis ansias incrementan, no iba a negar que tenía miedo de lo que podría decir, en mi mente solo pasan las peores cosas que podrían ocurrir. Lucas sale temprano por la mañana y regresa hasta en la noche, cansado y sin ánimos de nada. Estaba más callado y sentía incluso que ya nada se sentía igual, pero teníamos que ser fuertes, solo era una prueba y teníamos que superarla.
En la mañana cuando despierto Lucas ya no estaba, pero había dejado una pequeña nota en la cocina, deseándome un buen día y que no olvidara de alimentarme y me deseaba suerte en mi reunión de hoy. Miro la hora y sentía que era más lento de lo normal. El departamento se sentía más pequeño, a pesar de hacer frío sentía que me sofocaba y me sentía intranquila el tener que esperar la hora indicada. Así que decidí alistarme de una vez y esperar fuera de aquí.
Una vez lista, guardo las pastillas que tenía que tomar en la noche y bajo hasta y en la puerta me estaba esperando el chofer que la semana pasada nos había traído.
-Señorita, el señor Lucas indicó que hoy sería su chofer designado.
-Pero él no me lo había comentado. – hablo por lo bajo, pero asiento y le sigo hasta el parking.
Editado: 01.07.2024