Nothing is easy [editando]

Capítulo 42

Ainhoa L.

[Muchos años atrás]

-Recuerda que no debes salir.

Su mano temblorosa pasa por mi rostro y sus labios tiemblan a pesar de tener una sonrisa. Acuna mi rostro y con sus pulgares soba mis mejillas. Mamá estaba asustada, pero mamá también estaba sonriendo, era un poco confuso todo.

-Por nada del mundo debes ir, así tu papi te llame. ¿Entendiste?

Asiento sin comprender porque no quería que saliera cuando papi regresara.

-Buena niña, buena niña.

Me acomodo en la cama y me arropa hasta la altura de mi estómago, se inclina para darme un beso en la frente, pero se queda en la mitad cuando escucha un fuerte sonido en la sala.

-Cierra los ojos bebé, duerme y no salgas.

Se levanta y camina apresuradamente hasta la puerta de mi habitación y cierra. Mamá no era feliz, pero a veces me confundía porque tenía una sonrisa bonita en su rostro.

-La niña está dormida – escucho la voz de mi madre suplicando. – Por favor, no.

-Cállate maldita perra. – escucho más ruido y un quejido, pero muy bajito.

-La niña – mi madre da un grito ahogado.

Me quito la sábana de encima, no quería que mamá sufriera, no me gusta que este triste, no quiero. Bajo de la cama y abro la puerta, mientras me acercaba, más fuerte se escuchaba el ruido, y los lamentos de mamá.

Papá era grande, era muy grande, era más grande que mamá y era gordo, pero yo lo amaba mucho. Doy unos pasos más y veo a mamá en el piso con las manos sobre su cabeza, papi tenía sus pies sobre sus manos y ella seguía pidiendo por mí.

-¡No, no, papi no lastimes a mi mamá!

Corro hacia donde estaba ella y él quita su pie, ella levanta su mirada y me mira horrorizada; tenía sangre.

-No pasa nada, no pasa nada nena.

Seca mis lágrimas y me abraza con fuerza.

-Todo esta bien mi pequeña Ainhoa.

-Vete a tu cuarto. – habla con seriedad mi papá y me da miedo.

-No quiero, no quiero que lastimes a mi mami.

-¡Lárgate a tu cuarto!

-Estoy bien, estoy bien, papá solo estaba jugando.

Se seca las lágrimas, pero se termina manchando la mejilla con sangre. Mi papá me jala de mi polo para separarme de ella y me empuja hacia mi habitación. Me quedo de pie llorando, no quería dejarla sola, me acerca a ella, pero mi papá me lo impide y le agarra del cabello haciendo que levantara la mirada.

-¿Quieres que tu hija vea como te trato como basura?

-No, por favor no.

-¡Suéltala! – grito mientras golpeo su brazo – ¡Mamá, mamá!

-Perra astuta – me empuja y caigo al piso con fuerza y mi brazo me duele haciendo que llorara con más fuerza.

¡Puaf! Suena la primera bofetada que le da a mi mamá y no dejo de llorar, mis ojos se llenan de lágrimas y no puedo ver bien. Ella se levanta y lo empuja con fuerza, aunque él no se mueve.

-¡Con mi hija no! - grita – Hijo de puta.

-Zorra mal agradecida. – le agarra de los cabellos y mamá comienza a forcejear. – Por mi tienes de tragar, no eres nadie, perra mal agradecida.

-Con mi hija no – cae al piso con el fuerte empujón que él le da. – Mi hija.

Me mira y también llora. Vuelve a caer al suelo cuando papá le da un puñete y sangra; grito y lloro sin saber que hacer, mi brazo me dolía, no quería estar aquí, no me gustaba, lo odiaba. Papá me daba miedo, papá no era así, papá siempre sonreía, siempre me regalaba muñecas bonitas, me llevaba a pasear, este no era mi papá.

Puñetes, patadas, insultos, golpe tras golpe y mamá seguía resistiendo y yo intentaba llegar a ella, pero él no dejaba que mamá se levantara.

-¡Tú no eres mi papá!

Grito con todas mis fuerzas y sus golpes se detienen, le escupe a mi madre.

-¡Mocosa estúpida!

-No, no, no. – mi mamá se desespera. – Es conmigo, no con mi hija, mi hija no, golpéame a mí. Ella es una niña.

Mi mamá se arrastra por el piso intentando levantarse, y yo me apresuro como sea hacia ella, pero él le da una patada en la cabeza.

-¿Así es como te ha estado criando tu madre?

Me mira y me dejo de mover por el miedo, no lo reconocía, él no era mi papi, él no era, era un monstruo.

-Tú no eres mi papá – susurro con miedo – Eres un monstruo.

-Hija de puta – vocifera y se acerca a mí con rapidez y me jala del cabello.

Grito con todas mis fuerzas e intento soltarme, pero no puedo, no me deja, me dolía, me dolía tanto. Me deja en el piso de la cocina y comienza a desabrocharse el cinturón.

-Te daré tu lección. Mocosa malcriada.

-No papá, no, por favor, papá no.

Me da el primer correazo en las piernas, luego cae en mis brazos, mi estomago; no dejo de gritar, no dejo de llorar, me dolía la garganta, ya no tenía voz y lloraba en silencio, el otro me cae en la cara, iba a morir, quería morir.

-Serás una fracasada como tu madre, no serás nadie, malditas fracasadas, las odio.

Me dolía, me ardía, quería que se detuviera. No podía soportar.

-¡Con mi hija no!

Escucho como mi mamá grita y lo empuja con tanta fuerza que él choca contra la encimera de la cocina y me abraza con fuerza, sobando mi cabeza y dándome besos en la frente.

-Ya pasó, ya pasó.

Comienzan a tocar la puerta con insistencia.

-Señora, ¿está bien? – otra vez tocaban.

El cuerpo de mi mamá tiembla.

-Encárgate de eso, es tu culpa. – dice mi papá serio.

-S-si. Todo está bien.

-¿Puede abrir la puerta? – preguntan – Tengo algo que entregarle.

-Y-yo, d-déjelo en la p-puerta.

-Cualquier cosa me avisa.

Sus pasos se alejan y mi papá se pone en cuclillas, quedando a la altura de nosotras y con fuerza agarra el cabello de mi mamá.

-Hazme otra pendejada y sales muerta de esta casa.

Escupe a un lado y se levanta. Nos deja solas en la cocina y mi mamá respira hondo.

-Todo estará bien. – susurra y me da un beso en el cabello. - ¿Te duele?



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En el texto hay: mentiras, embarazo, decepción

Editado: 01.07.2024

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