-Llegamos – menciona Marcos.
Estaba estacionado al frente del edificio, no había ni una cámara en la puerta, ni reporteros y era algo bueno, ya que eso solo significaba que Lucas podría haberse hecho cargo de ello, pero no estaba segura del todo.
-Me avisas sobre los resultados de los análisis.
Asiento y le agradezco por haberme acompañado aquel día. Salgo con cuidado y cruzo la pista, al llegar al apartamento que compartía con Lucas, esperaba encontrarlo, pero al abrir la puerta no había nadie, nada, solamente oscuridad.
Sonrío de lado, y respiro hondo, dejo la llave a un lado, me cambio la ropa que traía puesto, me pongo unas medias super gruesas para el frío y evito ponerme pantuflas o sandalias, ya que los pies estaban super hinchados. Al llegar a la cocina, siento la necesidad de comer algo salado, fideos.
-Quiero una sopa instantánea.
Estaba segura que había visto un paquete de sopa instantánea, abro las alacenas buscándolo, hasta que encuentro tres, con sabor a pollo. Me dispongo a cocinarlo, pongo mi dedo pulgar en mi boca jugando con mi uña y entro en un debate interior si hacer dos paquetes o una.
-No hay nada malo en darse un gustito. - me animo.
Pongo a hervir agua en una olla, pero poquito, ya que más quería comer los fideos. Cuando el agua comienza a hervir, la puerta se abre bruscamente, volteo solo para confirmar que se trataba de Lucas. Camina hacia mí sin dejar de mirarme y cuando se encuentra al frente de mí, me abraza con fuerza y besa mi cabeza.
-¿Estás bien? – habla sin soltarme.
-Si – muevo mi cabeza.
-Perdóname, yo…
Me suelto de su abrazo, y me volteo para echar los tres paquetes.
-¿Qué quieres que te perdone?
Me volteo y lo miro con seriedad, busco un tenedor y comienzo a mover los fideos que se estaban soltando con el calor del agua.
-Por permitir que… que saliera aquella información por la tv.
Hago una sonrisa nasal y me concentro en la olla que estaba frente a mí, él se encontraba tras de mí, apoyado en la encimera.
-¿Qué pasa?
Respiro hondo, y mis ojos se llenan de lágrimas.
-Yo, a mí – exhalo y cierro y abro los ojos. – Eso no tiene importancia. – mi voz tiembla.
Bajo la llama para que no se cocine demasiado, por si me olvide.
-¿Crees que eso me importa ahora? – volteo y levanto mi rostro mirándolo de frente – Lo que dijeron no es mentira, soy huérfana, no tengo familia, mi hija no es tuya, ¿por qué me ofendería por la verdad?
-Clara, no tienen el derecho de exponerte así.
-¿Así como? – apago la hornilla. - ¿Con la verdad?
-Te han comparado con Ainhoa, es algo que no tiene perdón.
-Ainhoa… - sonrío y miro sus pies, no podía sostenerle la mirada – Todo se trata de ella.
El interior de mi pecho se contrajo, el silencio era incómodo, pero no importaba. Era un tema que no podíamos ignorar por mucho tiempo, era inevitable, me dolía el reconocer que todo trataba de ella.
-Si ella no hubiese sido mencionada en el titular, estaría bien, ¿verdad?
-No, claro que …
-Si Ainhoa no hubiese sido mencionada en ese maldito titular, no estarías pidiendo perdón, no estarías aquí con cara esa cara de lástima, todo esto es porque se mencionó a Ainhoa, todo se trata de ella, todo es ella. Para ti solo existe ella, le tomas importancia a las cosas cuando ella está en medio.
Había levantado mi voz, su rostro era de asombro, y yo solo temblaba de coraje.
-No me importa si aparezco en la Tv, mucho menos que alguien hable mal de mí, ¿Sabes por qué? – lo miro y pongo mi mano sobre mi pecho – Por que no me conocen, porque no saben como soy, y mucho menos no me debo a un público por el cuál no tengo que complacer, verdad o mentira yo sé lo que pasa en mi vida y con eso me basta. Porque soy la única que sabe por toda la mierda que pasé, y ¿sabes que es lo que sí me importa? tú, tu apoyo, tu atención.
Lucas estaba en silencio, solo me observaba y se lo agradecía, pero a la misma vez me enojaba su silencio, ni siquiera se defendía.
-¿Me horrorizó ver mi rostro en la pantalla? – me detuve un momento, pero él seguía en silencio – Me aterró, me aterró el sentirme tan expuesta ante un público que ni siquiera me conoce, y que solo se interesará en mí por el morbo de lo controversial que es tu vida. Es más, ni siquiera fue tanto por ello, si no que en medio de eso estaba mi hija. – pongo mi mano sobre mi vientre. - La gente puede hablar mierda sobre mí, pero no de ella, jamás.
-Perdóname.
-Que te perdone, ¡qué! – levanto mi voz – ¿Que te perdone el no poder controlar el mundo?
-Clara … - levanto mi mano.
-Te acepté en mi vida sabiendo las consecuencias, sabiendo a lo que me exponía. Siendo consciente que no sería fácil. – seco las lágrimas que empapaban mis mejillas – Dijiste que estarías conmigo, hoy, conocerías a Marcos.
Sus ojos se expanden con asombro. Sonrío de lado y niego.
-¿No has leído el mensaje que te mandé?
-Lo siento, amor no sabes cuanto…
-No quiero escucharte decir esa palabra, ni siquiera tenías el teléfono encendido, ni siquiera por lo que había salido en ese maldito programa, te mandé mensajes, te llamé, y no tuve ninguna respuesta de tu parte, si no que te apareciste con una maldita llamada luego de horas. ¿Para qué? ¿para pedir perdón por que pusieron mi nombre al lado de Ainhoa?
-El teléfono estaba apagado, la batería se había agotado, amor en serio, lo siento tanto.
Da un paso hacía mí, luego otro y me envuelve en sus brazos, eso solo ocasiona que mi control se fuera por el tacho y mis lagrimas salen sin control, me sentía tan mal y estaba aterrorizada de todo, pero no podía mostrarme de ese modo, él ya tenía que lidiar mucho y me sentía una completa tonta por haber explotado de esa manera, pero ya no podía esconderlo por tanto tiempo.
Editado: 01.07.2024