Nuestra Vida Juntos

Capítulo 1

No tengo nada que decir de mi vida, en ella solo pasan cosas cada cierto tiempo, a veces buenas o malas, nunca se sabe bien que se puede esperar de ella.

Termino de arreglarme los zapatos para ir a la preparatoria, el primer día de clases después de las vacaciones navideñas, siempre me estresa un poco más, ya que es mi último año.

Ubico un mechón de mi cabello detrás de unas de mis orejas para que no me molesten en la cara, agarro mi bolso con todo lo necesario para mi día de clases sin olvidarme de mi celular que está en la mesa de noche.

Salgo de mi habitación para ir a la habitación que está ubicada justo al lado de la mía.

Abro la puerta con cuidado de no despertar a mi dulce angelito, pero noto al instante que la luz está encendida, no me toma por sorpresa que ella este todavía con su manta acostada en la cama y su padre sentado a la orilla.

Si Aurora tuviera el cabello rubio oscuro, serían dos gotas de agua.

Antes de terminar de entrar había escuchado sus carcajadas y me gustaría saber de qué se estaban riendo, ya que las mejillas de mi ángel están bastante rosaditas.

Dejando mi bolso en una de las sillas cerca de la puerta cuando entro a la habitación, la primera en darse cuenta de mi presencia es Aurora.

—Mami, mami, viniste a despertarme.

Alonso, al escuchar a Aurora, voltea a verme dedicándome una sonrisa que me hace volver a sonreír por ellos dos.

La sonrisa de ellos me hace olvidar todo lo malo de mi vida.

Me muevo un poco para estar más cerca de ellos, no me siento en la cama, ya que es bastante pequeña para soportar un peso extra, además de Aurora y Alonso.

—Mi pequeño angelito, ¿te acuerdas de qué mami te dijo que hoy te despertaría? ¿No se te olvidó, cierto?

Se quita su pequeña manta del cuerpo para quedar sentada en el colchón dedicándome una sonrisa a la que le falta un diente delantero.

—No mami, no lo olvide, siempre recuerdo lo que dices.

Alzo mi mano para poder tocar su cabello oscuro, este ya no está por encima de sus hombros como hace algún tiempo, ahora está casi llegando a su cintura, sigo deslizando mi mano por las hebras de su cabello.

—¿Te lavaste los dientes?

Moviendo su cabeza de un lado a otro diciendo un no silencioso.

—Entonces ve, Aurora.

—Sí, mamá.

Se sienta en sus rodillas inclinándose con cuidado para darle un beso en la mejilla a su padre.

Alonso sonríe cuando ella comienza a separarse para volver a colocar sus piernas en forma de mariposa.

Sus ojos azul cielo me observan con un brillo de felicidad e inocencia que solo un niño puede tener, rueda su cabeza y se alza un poco señalando su mejilla para que yo le dé un beso, poso mis labios en su pequeña mejilla sintiendo el olor de lavanda que desprende su pijama morado.

Despejo mis labios despacio para enderezarme.

—Los amo mucho.

Así tan rápido como lo dijo baja de la cama en dirección al baño, dejándome con una sonrisa en el rostro, aunque no es la primera vez que lo dice, siempre disfrutaré cuando mi hija me diga que me ama.

El tiempo a veces pasa tan rápido que no nos damos cuenta de que en algunos años todo puede cambiar.

Mi pequeña Aurora cada vez se hace más grande, este es su último año en la escuela inicial para comenzar la primaria el año que viene.

Nunca voy a estar cien por ciento lista para criar de una niña de cinco años, aunque agradezco no tener que hacerlo sola porque estoy segura de que sería más difícil.

Quede embarazada cuando estaba entrando en mi adolescencia, todavía soy adolescente, pero con la responsabilidad de que soy madre, siempre he dudado de mi capacidad, pero cuando observo todo de otro lado, veo que lo he estado haciendo lo mejor que yo puedo.

Un peso en mi mano se hace presente y por instinto la aparto sobresaltada, para unos momentos después recordar que no estoy sola en la habitación.

—Perdón Adara, no era mi intención que te sobresaltaras.

Muy a menudo ocurre que me quedo pensando, lo que hace que se me olvide que hay otras personas a mi alrededor.

Al mirarlo, no podía pasar por alto ese brillo especial en sus ojos, un brillo que se intensificaba cuando mira a nuestra hija y a mí.

Había sido tan ciega para no darme cuenta que durante todos esos años antes de que naciera Aurora, él guardaba sentimientos hacia mí.

—Lo sé, Alonso, no tienes que disculparte cuando no había motivos para que me sobresaltara.

Bajé la mirada sintiendo un poco de vergüenza por haberme asustado sin motivo.

—Menos mal, ya estaba preparando un discurso y buscando un artículo en mi mente para pedirte perdón de nuevo, sabes que no me gusta asustarte, ni siquiera sin querer.

Siempre me ha gustado lo preocupado que es él por todos los que nos rodean, aunque algunas personas no merezcan su bondad, igualmente se las brinda sin importar lo que le han hecho, me gustaría que algunas veces se preocupara más por su bienestar.

La carrera que está estudiando es bastante demandante, por todas las leyes que se tiene que aprender y que cambian constantemente, a veces me dan ganas de decirle que no estudie tanto, por las ojeras debajo de sus ojos, como las que tiene hoy.

Alonso acaricia su cabello rubio oscuro hundiendo sus dedos como si tratara de peinarlo, la mayoría de las veces, cuando salimos juntos y la luz del sol cae en su cabello, este adquiere reflejos dorados, casi como si se volviera rubio.

—Adara, ¿a qué hora entras a clase?

Antes de responderle, desvío mi mirada hacia mi muñeca, donde reposa el reloj que mi padre me regalo las navidades pasadas, me doy cuenta de que todavía es temprano tanto para mi pequeña como para mí.

—Falta una hora para que entre a clase, al igual que Aurora.

—Tengo una propuesta para ti, costal mayor.

—Dime, ¿de qué se trata? —lo invité a seguir, sin estar del todo segura de la propuesta que seguramente traía.



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En el texto hay: familia, bebes, amor

Editado: 25.08.2025

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