Nuestra Vida Juntos

Capítulo 12

Hoy es domingo, lo normal es que Alonso, Aurora y yo salgamos a desayunar fuera de casa, por la incomodidad que nos hacen sentir nuestros padres.

Pero este día no vamos a poder salir porque desde que nos hemos despertado a estado lloviendo muy fuerte.

–Mami, tengo hambre.

Suspiro intentado que no se me valla la poca paciencia con la que amanecí hoy.

–Mi Aura hermosa, hace menos de un minuto te dije que ya estaba terminando.

Sigo revolviendo para que la avena no se me queme, es lo único que me falta para servirle la comida a mi hija.

–Es que estoy aburrida mami.

Me puedo imaginar su cara de cansancio por el aburrimiento que siente.

–¿Por qué no vas a jugar en el patio o en tu habitación mientras esta el desayuno?

–No quiero estal, no, no, no, ¿estar?, aja, no quiero estar sola mami.

Estuve tentada a reírme mientras ella misma se corregía, pero mejor no, no quiero que después se enoje.

–Pues quédate conmigo mi amor.

Escucho por suelta un suspiro, ya está lista la avena así que la apago y pongo el cucharon en el fregadero.

–Ya terminé, ahora solo falta servirte la comida.

Comienzo a buscar los plantos para servirnos comida a las dos mientras voy respondiendo las preguntas de Aurora.

–Mami.

–¿Si?

Estaba ya sirviendo la avena cuando ella me hace la pregunta:

–¿Por qué la abuela no te quiere?

Quede asombrada por un momento que se hubiera dado cuenta de la situación, no sabía que responder y deje por un momento la avena con la cuchara a un lado para acercarme a la niña.

Cuando estoy de la silla que está a su lado me siento y le dedico una media sonrisa para hablar:

–No es que tu abuela no me quiera mi niña, es que hay veces donde no se dicen la verdad y afecta a la relación de padres e hijos.

Ella frunce su entre cejo.

–¿Nosotras seremos así?

–No Aurora, espero que nunca seamos así.

[...]

–Mami, mami, mami, no te duermas –menciona mientras mueve con un poco de fuerza mi brazo.

Suelto un bostezo estirándome un poco en mi cama mientras vemos a una princesa de Disney.

–No estaba dormida – asegure.

–Eso díselo a tus ronquidos.

Aurora al identificar de quien provenía la voz se bajó rápidamente de la cama gritando fuerte:

–¡Papi, papi, papi¡, ¡llegaste ¡–Dice mi bebe mientras alza sus brazos para que Alonso la cargue y eso hace.

–Costalito de mi vida, perdón por llegar muy tarde.

Ella se esconde en el cuello de él y escucho por le susurra un no importa mal pronunciado.

Él todavía con Aurora en los brazos se hacer hasta quedar en la horilla de la cama, me lanza un beso al aire y con su mano libre me hace señas de que me acerque, así que lo hago.

Cuando me muevo hasta llegar donde están vemos como nuestra hija se remueve un poco entre sus brazos buscando acercarse más a él o buscando mayor comodidad.

Cuando vemos que ella ha dejado de moverse me pongo sobre mis rodillas y me termino de acercar a él para darle un beso rápido en los labios a Alonso.

Me separo para que él pueda acomodarse bien en la cama con nuestra hija así lo hace, cuando veo que ya se ha acomodado al respaldar de la cama apoyando su espalda en ella me pongo a lado de sus piernas y me siento con mis piernas en forma de mariposa.

–¿Cómo te fue? –le pregunte.

–Bien, cansado como siempre, pero bien.

Al ver sus ojos azul cielo podía ver con claridad cómo había algo que no me decía, lo conozco desde que somos niños se cuándo me está mintiendo o cuando algo le incomoda, no sé qué será y a decir verdad tampoco quiero saber.

Para cortar el tema y no molestarme porque sé que me está ocultando algo preferí decir lo primero que se me paso en la mente:

–Okay.

Después de eso paso unos segundos donde nos quedamos mirando en silencio, no sé por qué él lo hacía, yo intentaba descubrir que me estaba ocultando, a veces puedo ser demasiado terca, a decir verdad.

Otros segundos después el baja su mirada azul cielo y comienza a acariciar el cabello de Aurora de manera suave y repetitiva para que ella se duerma.

Recuerdo que cuando éramos niños él hacia exactamente lo mismo conmigo, cuando había tormentas o no podía dormir.

–¿Sabes? –pregunta lonso.

Hago un sonido con mi boca en forma de negación, él al darse cuenta que yo no voy a hablar prosigue con lo que está diciendo:

–Asthon hablo conmigo.

« ¿Asthon? » pienso.

Hace más de cuatro años que no sabía absolutamente nada de él.

–¿Seguro que era él? –mencione con incredulidad.

Alonso asintió.

–Si Adara, era él.

Dejo de mirarlo por un momento, mi mente está procesando la información al igual que mis recuerdos donde él sale en ellos.

Asthon al igual que Delanci, se fueron cuatro meses después que Alonso y yo anunciáramos que estaba embarazada.

No los juzgo a nadie le hubiera gustado estar en el caos que se convirtió esta familia al recibir tal noticia.

Con ninguno de ellos dos me he contactado después que se fueron de casa, con Asthon pensé que cuando se fuera, aunque sea me iba a escribir, pero no fue así, el me borro de su vida y yo preferí también borrarlo de la mía, con Delanci nunca espere nada, no teníamos una muy buena relación por eso que cuando se fue supe que seguramente no la volvería a ver al menos que ella viniera a visitarnos.

–Se enteró que Dellen va a casarse y quiere ir a su boda.

Frunzo mi entre cejo.

–¿Por qué no se lo comento directamente a Dellen?

–Cambio de celular hace poco, perdió varios números, incluyendo el de Dellen.

Al mirarlo nuevamente bajo la mira al pequeño cuerpo de mi hija, noto que su respiración ha bajado y eso me indica que ya está dormida.

–Creo que Aurora se durmió –comente.

Él baja dobla un poco su cuello para poder ver si la niña tiene los ojos abiertos o cerrados, al darse cuenta que los tiene cerrados hace un sonido con su boca confirmando lo que yo había dicho.



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En el texto hay: familia, bebes, amor

Editado: 10.04.2024

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