Ya es 15 de junio, dentro de unos días me graduó de la preparatoria, estoy muy feliz por muchas razones, no solo por esa.
Hace poco hable con mi abuela paterna que vive en Italia, me digo que, si quería estudiar allá, pero me negué porque si me voy significa que tengo que dejar a, Alonso por mucho tiempo solo, ya que yo me llevaría a, Aurora conmigo.
La abuela me dijo que tengo más tardar hasta los últimos de septiembre para darle una respuesta, pero creo que ya está decidido.
Otra cosa, hoy vamos a ver el departamento, desde lo último que paso con mamá yo ya no me siento como estando aquí y al parecer, Alonso tampoco así que decidimos dos días después que averiguaríamos un departamento para alquilarlo.
Estamos esperándolo porque nos dijo que hoy salía más temprano del trabajo para poder ir a ver el departamento con nosotras dos, Aurora va con nosotros porque, Elina tenía cosas personales que resolver así que no podía cuidarla y yo no confió en más nadie para dejarle a mi hija.
También he estado pensando en que después que me gradué comenzare a trabajar para ayudarle a, Alonso con todos los gastos, como tendré un poco de tiempo antes de entrar a la universidad, estará bien ocupar mi tiempo, ya que ahora no tendremos el apoyo de papá para pagarle a la niñera así serán más gastos y no puedo dejar que, Alonso pague todo el solo.
Ya algunas cosas están decididas, en las fotos que vimos del departamento se ve bien, también dice que el alquiler cuanta con todo lo que está adentro del departamento y me parece bien, así no gastamos tanto dinero.
Después que decidamos si la vamos a querer o no, nos mudaríamos de una vez, nuestros planes son máximo dos días más en esta casa, si llegamos a alquilar el sitio.
No sé cómo irán a hacer, Alonso y Dante por el carro, ya que cuando tenían diecisiete lo compraron con el dinero de los dos.
Siento como, Aurora comienza a jalar hacia abajo mi vestido mientras termino de empacar algunas cosas en el bolso.
—Dime, Aura.
Ella suelta mi vestido así que dejo lo que estoy haciendo para ponerle cuidado a lo que sea que me quiera decir.
—Mamá, ¿si vamos a la playa? —pregunta frunciendo su entrecejo.
Doblo mis rodillas para agacharme un poco y decirle:
—Claro, hija, pero primero vamos a ir a ver el departamento que te dijimos.
Suelta un suspiro mientras pasa su mano por su frente en modo de exageración.
—Uf, menos mal, yo en serio quiero ir a la playa.
—¿Están listas?
Aurora al escuchar a su padre sale corriendo hasta la puerta de mi cuarto alzando sus brazos para que el la cargue como siempre.
Yo ahora casi no la puedo cargar de lo pesada que está, en dos meses cumpleaños y estoy emocionada por mi niña ya que la promoverán a primaria.
—Si papi, ya estamos listas.
Me pongo derecha para así terminar de cerrar el bolso que llevaremos a la playa.
Escucho los pasos de, Alonso para después escuchar su voz gruesa que no puedo negar que a veces me encanta.
—¿Tu estas lista, Ada?
Con el bolso en mano me volteo hacia ellos porque como me lo imagine, mi hija ya está como subigüela pegada a su padre.
—Sí, vámonos antes de que se nos haga más tarde.
Camino dos pasos hasta llegar hasta él y me pongo de puntillas intentando llegar a su mejilla, pero por mi estatura no puedo hacer mucho así que al darse cuenta que le quiero dar un beso inclina su cabeza haciendo que yo pueda esta vez darle el beso en su mejilla.
Me separo de él después de larde el beso para caminar hacia la salida de mi habitación, porque nos conozco y podemos durar horas encerrados los tres en una habitación.
Al salir de la habitación nos dirigimos para bajar las escaleras y así llegar a la planta baja de la casa.
Aurora viene hablando con, Alonso de distintas cosas y mesclando historias que le cuentan en su escuela.
Yo de verdad solo espero que todo nos salga como esperamos, porque si no, no sé qué vamos hacer.
—¿Escuchaste, mami? —me pregunta la niña.
—No, mi amor, ¿me puedes volver hacer la pregunta?, por favor.
Ella todavía en los brazos de su padre asiente.
—Que la maestra dijo que dentro de... no sé, pero que muy pronto va a ser el día del padre y le estaba diciendo a papi que él tiene que ir, porque el día de las madres solo fuiste tú solita, y no quiero que vuelvas a ir solita así que tiene que ir los dos juntos a mi escuela.
Quedo un poco sorprendida de lo que está diciendo, pero después tendría que hablar a solas con, Alonso si él de verdad quiere que los acompañe o prefiere ir solo con la niña, ya que es el día del padre.
—Está bien mi vida, ya veremos cómo van las cosas.
Ella con sus dos minitas comienza a aplaudir y a sonreír.
«Me encanta ver su sonrisa». digo en mis pensamientos.
[...]
—Señor Sanper, como ya pudo observar, el departamento es bastante espacioso, cuenta con dos habitaciones, tres baños, una cocina bastante espaciosa, el comedor y la sala de estar que como puedes ver es bastante grande.
Estoy emocionada con el departamento de verdad me gusto todo lo que hay aquí, es como me lo había soñado desde pequeña cuando quería vivir sola.
—¿Qué te parece, amor? —pregunta Alonso dirigiendo sus ojos azul cielo hacia los míos marrones claro.
Comienzo a sonreír y agarrarme de su brazo ligeramente apretándolo para que se diera cuenta que estaba conforme con el departamento.
El sosteniendo a nuestra niña que después de un rato de haber llegado se ha quedado dormida en mis brazos, pero como ya pesa bastante su padre me la ha quitado así que él la carga mientras ella está profundamente dormida.
Antes de que él contenta me da una sonrisa que significa que si entendió mi respuesta:
—Sí, queremos el departamento. —dice él.
Veo como los dos estrechan sus manos en señal que están cerrado el trato y no puedo evitar pensar que tenemos una casa.