Salí de esa tienda con el corazón prácticamente en la boca, podía escuchar los gritos de Mia y de las chicas que trabajaban en la tienda.
Tuve la suerte que al cruzar la esquina alguien se estaba bajando de un taxi, no me importo cuanto tuviera que pagar tenía que llegar lo más pronto posible para saber que paso.
Algo en mi sabía que todo estaba mal desde el momento que Alonso me llamo y ahora lo sé, sé que desde hace tiempo en Italia sentía como si alguien nos estuviera observando, por eso me había vuelto más sobre protectora con Aurora, no quería que nada malo de le pasa.
En todo el trayecto hasta el departamento de Alonso no hice más que intentar no llorar hasta saber bien que era lo que pasaba.
–Señorita, ya llegamos.
Saque el primer billete que vi sin hacer mucho caso de cuanto era y se lo pase al señor.
–Señorita, espere el cambio.
Le dedique una sonrisa para bajarme y decirle:
–No se preocupe.
No escuche más porque entre al edificio corriendo y la suerte estaba de mi lado al encontrar el ascensor abierto como si estuviera esperando por alguien.
Cuando ya estoy adentro de este toco el número cinco que es la donde vive Alonso.
Al salir no tengo que buscar mucho porque su puerta es la que queda al frente del ascensor
Toco frenéticamente la puerta hasta que escucho pasos desde adentros y dijo de hacerlo.
En mi campo de visión aparece Alonso con sus ojos rojos al igual que su nariz y en ese momento se acabó la poca esperanza que tenía que fuera una broma de mal gusto.
–¿Dónde está?, ¡¿DONDÉ ESTA MI HIJA?!, ¡ALONSO!
Él pasa sus manos por sus ojos mientras niega, lo empujo por su pecho y a pesar de que él es mucho más fuerte que yo lo pude mover un poco, me adentré a su casa tirando mi bolso por la rabia que tenía.
Siento como el cierra la puerta y cuando se me acerca me volteo y lo primero que hago es darle una cachetada con toda la fuerza que mi cuerpo me permitía.
Estoy enojada y más que enojada estaba desesperada por saber dónde estaba mi hija.
Alonso agarra su mejilla y esta vez sí es capaz de mirarme a los ojos.
«no me guardare nada, esta vez no».
–¿Qué fue lo que paso?
Su mirada muestra un claro arrepentimiento, pero en estos momentos no me importa nada que tenga que ver con él.
–¡HABLA DE UNA JODIDA VEZ! –grite.
Vuelve a pasar su mano por su cabello, siempre que lo hace es porque esta alterado, pero como ya lo dije no me importa.
–Yo... enserio lo lamento.
Eso me hizo enfurecer más al recordar que hace dos años atrás había usado casi las mismas palabras para dejarme.
–No me importa que lo lamentes, no tengo tu estúpido tiempo, así que habla de una vez –hable intentado controlar mi voz para no gritarle, aunque eso es lo que merece
Alonso pasa por mi lado y se sienta en el sofá, me hace una seña que yo también lo haga.
Lo hago por la única razón que siento que en cualquier momento me voy a desplomar en el suelo y no quiero eso.
–Me llamaron de la oficina para que fuera a entregar unos papeles de un caso importante, mi novia acaba de llegar –Ante la mención de su novia mis hombros se tensan –. Así que le pedí el favor de cuidar a la niña mientras iba, ella me dijo que la llevaría a comprar un helado cerca de aquí.
Él suelta un suspiro y sigue hablando:
–Cuando llegue veo que todavía no han llegado, no pasaran más de cinco minutos cuando ella me llamo y me dijo que unos hombres le habían quitado a la niña.
Lo único que mi mente pudo guardar en ese momento fue que él le dejo mi hija a esa mujer, y que ella permitió que unos hombres se la llevaran.
Pase desesperadamente pase mis manos por toda mi cara intentado no explotar, pero era imposible no hacerlo.
No podía no gritar así que lo hice.
Me levante de donde estaba sentada y me ubique frente de él.
–¡No puedo creer que dejaras a MI HIJA!, ¡con esa esa mujer!
Él a ver la forma agresiva que estaba tomando también se levantó del sofá, haciendo que dieran un paso hacia atrás, no le tenía miedo eso lo tenía muy claro.
–Te recuerdo que también es mi hija, y de esa mujer que hablas es mi novia.
«No tenías que a verlo dicho»
–Aurora, ¡NO ES TU HIJA!, ¡ES SOLAMENTE MÍA!, ¡ES MÍA Y DE NADIE MÁS!
Aprecie el momento exacto donde sus ojos azules cielo me miraron con dolor, no podía negar que ese era lo que quería, quería que a él le doliera, sabía que decir para que eso pasara y paso.
–No digas eso –susurro bajando la mirada.
–No me culpes por decir la verdad, no es tu hija, y cuando ella aparesca de la voy a quitar y no la volveras a ver.
Una exglamacion de asombro salio de sus labios a ecuchame decir eso.
–¿Lo harias? –pregunto incrédulo.
No sabia si era para ocultar lo afectada que estaba que no sabia quien tenia a mi hija o solamente me estaba descargando mi rabia de hace años con él, pero no pude evitar la sonrisa sínica que apericio en mis labios.
–No lo dudes, también voy a denunciar a esa mujer.
Sus ojos volvieron a verme furioso ante la mención de su novia.
–Es mi novia y ella tiene un nombre.
Una risa salio de mi boca.
–¿Tu crees que a mi me importa que sea algo de ti?, me vale mucha mierda, ella perdió a mi hija por tu culpa, porque yo te deje a mi hija a ti, no a esa cagna.
–Te dije que la respetes.
–¿Dónde está?, dime, ¿Dónde esta cuando más la necesitas?, porque claramente aquí no esta.
Vi como apretaba sus manos en un puño y no espere que me dijera algo más, cuando observe donde estaba mi bolso lo agarre y Sali de su departamento tirando la puerta lo más fuerte que podía.
«necesito ayuda» pensé.
Sabia a quien se la iba a pedir asi que no tarde mucho en escribirle cuando Sali del edificio.