Nuestro Cielo

Capítulo 8 Avril

AVRIL

Me encuentro en los brazos de mi gran amor, por fin desde de un día entero de verme encerrada de pensar que tal vez no volvería a verlo, en este momento está conmigo, abrazándome, repitiéndome una y otra vez que me ama, y que ya todo paso, que todo estará bien.

Ya me siento segura al lado del hombre que amo y de mis hermanos, los cuales no dejan de verme y de darme abrazos y besos.

- Vamos a llevarte a una clínica! – me dice Julián.

- Pero si no me hicieron nada! – les digo.

- Lo mejor es que te revisen… - dice Manuel.

- No, Julián si quieres me revisas tú en casa, pero no quiero ir a una clínica, por favor amor.. – digo mirando a Santiago.

- Está bien, vamos a casa y Julián te revisara si?

- Gracias… - le digo dándole un beso.

- Ok, ok! 

- Papa?? – les pregunto mirándolos.

- Está en casa amor, esperándote, junto a Virginia, Valeria, Mi madre y Sam, todos están allá. – me dice Santiago.

- Papa, debe de estar fatal… - les digo muy arrepentida. 

- Algo! Pero créeme que cuando te vea se le pasara. – dice Manuel.

- Me dirás como es que tu ex cuñado estaba involucrado en todo esto.

- Luego en casa amor, déjame tenerte así horita por favor.

- Ok… - le digo abrazándome más a él.

El camino a casa se hace eterno, estoy loca por abrazar a mi papa y a las chicas, las extraño con locura…

Luego de un largo camino a casa, Santiago me despierta con muchos besos, avisándome que ya llegamos, ya por fin estoy en casa..

Se abren los portones y allí en toda la entrada están todos, esperándome, el rostro de mi padre luce cansado, agotado pero se le ve ansioso por verme.

En cuanto estacionamos, baja primero Santiago y detrás de el bajo yo, corriendo a los brazos de mi papa…

Los cuales me reciben como siempre, con calidez, con amor…

- Papi….

- Mi niña!! Dios mi niña como te extrañe!

- Yo también…

Otros brazos se acercan a abrazarme y es Milena con lágrimas en sus ojos.

- Vi … dios, por fin estas en casa – me cae a besos y yo se los correspondo..

Trato de calmarme, no puedo parar de llorar, jamás imaginaria mi vida sin ninguno de ellos, no puedo todos son importantes para mí..

La mama de Santiago y Sam, se acercan para abrazarme también llorando.

- Lo siento tanto – me dice Sam.

- No Sam, nada es tu culpa..

- Pero el…

- El… no sirve, tú no sabías nada, no te culpes…

Escucho un alboroto en la sala de la casa y me consigo con una melena, castaña y unos ojos marrones, los cuales en estos momentos están hinchados.

- Monstruo?

- Bestia! – le digo sonriendo y abriendo mis brazos para recibirla, sale corriendo a se abalanza sobre mí, y empieza a llorar, Virginia se une a nosotras…

- Te extrañamos mucho… - me dice Virginia.

- Y yo a ustedes, como no tienen idea.

Camino junto a ellas hacia la sala y me siento en el mueble, Inés se acerca me abraza dulcemente y me ofrece algo de comer, lo cual agradezco enormemente.

Santiago se sienta a mi lado y me acaricia la mejilla, les cuento que fue lo que paso con calma, y le explico y recalco que no me hicieron daño, nunca me tocaron, más bien estaban pendiente de mí, al parecer solo querían dinero más nada.

- Porque le hizo eso?

- Porque según él, la empresa le pertenecía, y yo le quite todo al hacerme cargo de ella y botarlo a él cuándo nos robó.

- Pero amenazó con hacerle algo a Sarah…

- El jamás tocaría a Sarah solo dijo eso para que te entregaras.

- Ya veo… 

- Hija segura que estas bien??

- Si papa, solo cansada me gustaría dormir…

- Claro mi niña – me dice mi padre abrazándome dulcemente.

- Los vere luego verdad? – les pregunto antes de subir a la habitación junto a Santiago…

- Claro que si Vi, aquí estaremos cuando despiertes…

- Ok, los amo… 

Subo a la habitación junto a Santiago, quien me abraza en todo momento, abre las persianas, para que las montañas hagan acto de presencia en nuestra habitación.

Me acerca a los ventanales necesito ver nuevamente esta vista que tanto extrañaba…. Quede frente al cristal y coloco mis manos en el cerrando los ojos. 

- Extrañaba esta vista…

- Yo te extrañaba a ti. – me dice Santiago detrás de mí, haciéndome voltear a verlo.

Cuando lo hago, esta de rodillas frente a mí con mi anillo de compromiso en mis manos.

- Esto te pertenece, aun quieres casarte conmigo?

- Claro que si amor! - Me lanzo sobre el a darle besos, esos besos con los cuales tanto soñé. 

- No te lo vuelvas a quitar por favor. – me dice colocándomelo nuevamente.

- Jamás!!! – beso en anillo que posa nuevamente en mi mano.

- Ahora venga! Toca ducharse… - me carga en sus brazos y me lleva hasta la ducha la cual abre conmigo ya adentro.

Pego un grito de felicidad al vernos mojados a ambos con nuestra ropa aun puesta, empezamos a besarnos dulcemente, y a desprendernos de esa vestimenta que esta pesada a causa del agua.




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