AVRIL
Me encuentro en los brazos de mi gran amor, por fin desde de un día entero de verme encerrada de pensar que tal vez no volvería a verlo, en este momento está conmigo, abrazándome, repitiéndome una y otra vez que me ama, y que ya todo paso, que todo estará bien.
Ya me siento segura al lado del hombre que amo y de mis hermanos, los cuales no dejan de verme y de darme abrazos y besos.
- Vamos a llevarte a una clínica! – me dice Julián.
- Pero si no me hicieron nada! – les digo.
- Lo mejor es que te revisen… - dice Manuel.
- No, Julián si quieres me revisas tú en casa, pero no quiero ir a una clínica, por favor amor.. – digo mirando a Santiago.
- Está bien, vamos a casa y Julián te revisara si?
- Gracias… - le digo dándole un beso.
- Ok, ok!
- Papa?? – les pregunto mirándolos.
- Está en casa amor, esperándote, junto a Virginia, Valeria, Mi madre y Sam, todos están allá. – me dice Santiago.
- Papa, debe de estar fatal… - les digo muy arrepentida.
- Algo! Pero créeme que cuando te vea se le pasara. – dice Manuel.
- Me dirás como es que tu ex cuñado estaba involucrado en todo esto.
- Luego en casa amor, déjame tenerte así horita por favor.
- Ok… - le digo abrazándome más a él.
El camino a casa se hace eterno, estoy loca por abrazar a mi papa y a las chicas, las extraño con locura…
Luego de un largo camino a casa, Santiago me despierta con muchos besos, avisándome que ya llegamos, ya por fin estoy en casa..
Se abren los portones y allí en toda la entrada están todos, esperándome, el rostro de mi padre luce cansado, agotado pero se le ve ansioso por verme.
En cuanto estacionamos, baja primero Santiago y detrás de el bajo yo, corriendo a los brazos de mi papa…
Los cuales me reciben como siempre, con calidez, con amor…
- Papi….
- Mi niña!! Dios mi niña como te extrañe!
- Yo también…
Otros brazos se acercan a abrazarme y es Milena con lágrimas en sus ojos.
- Vi … dios, por fin estas en casa – me cae a besos y yo se los correspondo..
Trato de calmarme, no puedo parar de llorar, jamás imaginaria mi vida sin ninguno de ellos, no puedo todos son importantes para mí..
La mama de Santiago y Sam, se acercan para abrazarme también llorando.
- Lo siento tanto – me dice Sam.
- No Sam, nada es tu culpa..
- Pero el…
- El… no sirve, tú no sabías nada, no te culpes…
Escucho un alboroto en la sala de la casa y me consigo con una melena, castaña y unos ojos marrones, los cuales en estos momentos están hinchados.
- Monstruo?
- Bestia! – le digo sonriendo y abriendo mis brazos para recibirla, sale corriendo a se abalanza sobre mí, y empieza a llorar, Virginia se une a nosotras…
- Te extrañamos mucho… - me dice Virginia.
- Y yo a ustedes, como no tienen idea.
Camino junto a ellas hacia la sala y me siento en el mueble, Inés se acerca me abraza dulcemente y me ofrece algo de comer, lo cual agradezco enormemente.
Santiago se sienta a mi lado y me acaricia la mejilla, les cuento que fue lo que paso con calma, y le explico y recalco que no me hicieron daño, nunca me tocaron, más bien estaban pendiente de mí, al parecer solo querían dinero más nada.
- Porque le hizo eso?
- Porque según él, la empresa le pertenecía, y yo le quite todo al hacerme cargo de ella y botarlo a él cuándo nos robó.
- Pero amenazó con hacerle algo a Sarah…
- El jamás tocaría a Sarah solo dijo eso para que te entregaras.
- Ya veo…
- Hija segura que estas bien??
- Si papa, solo cansada me gustaría dormir…
- Claro mi niña – me dice mi padre abrazándome dulcemente.
- Los vere luego verdad? – les pregunto antes de subir a la habitación junto a Santiago…
- Claro que si Vi, aquí estaremos cuando despiertes…
- Ok, los amo…
Subo a la habitación junto a Santiago, quien me abraza en todo momento, abre las persianas, para que las montañas hagan acto de presencia en nuestra habitación.
Me acerca a los ventanales necesito ver nuevamente esta vista que tanto extrañaba…. Quede frente al cristal y coloco mis manos en el cerrando los ojos.
- Extrañaba esta vista…
- Yo te extrañaba a ti. – me dice Santiago detrás de mí, haciéndome voltear a verlo.
Cuando lo hago, esta de rodillas frente a mí con mi anillo de compromiso en mis manos.
- Esto te pertenece, aun quieres casarte conmigo?
- Claro que si amor! - Me lanzo sobre el a darle besos, esos besos con los cuales tanto soñé.
- No te lo vuelvas a quitar por favor. – me dice colocándomelo nuevamente.
- Jamás!!! – beso en anillo que posa nuevamente en mi mano.
- Ahora venga! Toca ducharse… - me carga en sus brazos y me lleva hasta la ducha la cual abre conmigo ya adentro.
Pego un grito de felicidad al vernos mojados a ambos con nuestra ropa aun puesta, empezamos a besarnos dulcemente, y a desprendernos de esa vestimenta que esta pesada a causa del agua.
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Editado: 24.11.2018