Me llamo Emilia Cooper, tengo 20 años, soy de San Francisco, Estados Unidos. Nací el 8 de noviembre de 1999.
Razón por la que me llamaron Emilia, por Emilia Pardo Bazán, una de las más grandes escritoras españolas. Además de novelista, ensayista, periodista, crítica literaria, dramaturga y poeta, luchó por la igualdad de derechos entre hombres y mujeres. Sé que es raro, pero a mi madre la inspiro mucho esta mujer, y a mi padre le encantaba este nombre.
Toda mi vida viví en San Francisco. A los cinco años estaba volviendo de Washington con mis padres, Josette, mi madre y Matthew, mi padre, un camión se pasó a nuestro lado de la ruta y desde ese momento no recuerdo nada más, solo que mi padre gritó: ¡Cuidado, Munchkin!
Estuve en coma durante seis meses, desperté un mes después de cumplir mis seis años y tres semanas luego de que desconectaran a mis padres, los doctores dijeron que yo estaba estable que podía mejorar, pero mis padres habían sufrido daños mayores. Viví con mi abuela, Ada, hasta los ocho años, cuando le diagnosticaron cáncer de pulmón, ella hasta el último minuto, me decía que vaya a Los Ángeles a cumplir mi sueño de ser cantante solista tal y como mi madre lo era, también me dijo que allí encontraría a alguien muy especial, yo en ese momento no le hice caso.
Luego me llevaron a una casa adoptiva donde me trataban súper bien, pero se tenían que mudar, así que, estuve allí durante un año, luego me llevaron a otra casa, en la que estuve durante un mes, donde nunca me quisieron, hasta los trece años estuve en un orfanato, luego me dijeron que tenía tíos a las afueras de San Francisco. Amelia, hermana menor de mi padre, Pedro, mi tío, si, es latinoamericano, también tenía primos, Iván, que es dos años mayor que yo y Caroline, dos años menor que yo, y pues hasta ayer estuve viviendo en su casa, pues mis tíos me dijeron que ya estaba grande para que me siguieran manteniendo y esta vez sí le hice caso a mi abuela. En este momento me encuentro en un avión con mi guitarra y mi hermoso perrito Oreo rumbo a Los Ángeles, para cumplir mis sueños.
Al llegar al aeropuerto, salí con mis maletas y mi perrito Oreo hacia las calles transitadas de Los Ángeles, espere unos cinco minutos en la entrada del aeropuerto hasta que llegara un taxi, al subirme le di la dirección de mi nuevo apartamento y partimos, al cabo de unos quince minutos, ya estábamos en la puerta del edificio donde viviría, le entregué el dinero al conductor y me bajé.
-=-=-=-=--------------------------------------------------------------------------=-=-=-=-
¡Hola! Ésta es mi primera historia, espero les guste.
Yo estoy bastante emocionada de que al fin me animé a publicarla y me alegraría mucho si pudieran compartirla con sus amigos y familiares, porfa.
Gracias por darle una oportunidad a mi historia.
Besos, Wikky.