Desde hace ya un tiempo solía pensar que cupido me tenia rencor o de plano me odiaba, ahora estoy completamente segura de esto. Pero, aunque parezca un poco masoquista de mi parte, si me dieran a elegir entre no conocerte y que todo se sucediera de nuevo, elegiría sin dudarlo la segunda opción. Y, ¿por qué?, permitirme empiezo a decir que pasó desde ese día de la exposición sin ningún tipo de afán.
Empezaré desde antes del boom, así que te pondré un poco en contexto. Hace unos aproximadamente dos años cuando vivía en casa con mis padres recibí una llamada de la universidad, estos estaban felicitándome por pasar el examen de admisión el cual presenté hace un mes para poder estudiar literatura. Con la noticia tanto mi familia como yo nos encontrábamos muy felices. Esta universidad estaba ubicada en una ciudad un poco lejos de casa, por ese motivo, tendría que vivir en el campus de esta; Las personas que me llamaron también se dieron la tarea de indicarme que en una semana debía estar allí, además enviarían a alguien para que me buscara al aeropuerto. Terminaron diciendo "las clases comienzan en una semana y dos días".
La semana siguiente me dediqué a empacar, hacer otras cosas—salir con mis padres fue una de esas cosas—estuve estudiando y viendo que todo estuviera en orden.
—¿guardaste todo?, ¿quieres regresar a revisar si llevas todo?—Repetía mi madre (lo llevaba repitiendo desde que lleve las maletas a la sala para poder ir al aeropuerto).Después empezó a pasearse por la sala de la casa abriendo una pequeña alacena de madera para luego cerrarla y abrir otra igual que estaba cerca.
—si mamá estoy segura de tenerlo todo, ¿qué tanto buscas?—No obtuve respuesta así que empecé a buscar también pero, no sabia que buscaba.
—¡aquí está¡— Exclamó mi madre mientras sacaba algo de una pequeña alacena de madera muy igual a todas las demás (hay tantas que siempre que guardo algo ahí siento que no volveré a vero nunca más) el objeto que buscaba era una cámara—sabía que estaba por aquí en algún lado—sonreía a la vez que encendía y programaba la cámara.
—cariño ven rápido vamos a tomar una foto—Seguía programando la cámara. Aparté la mirada de mi madre para intentar ver a mi padre desde la sala. me asomé por el pasillo donde fue que lo escuché.
—¿una foto?, o mejor dicho, ¿unas cuantas?—Reí a carcajadas aunque a mi madre no le pareció muy cómico ya que lo miró e hizo un puchero. Sí, así como un niño pequeño, creo que siempre fue muy consentida.Todos terminamos de reír noté que mi padre traía del pasillo dos maletas que. ¿Dos maletas? pensé,Pero mis maletas ya están aquí, Tenía que averiguarlo.
—¿y esas maletas papá?—Pude ver su entusiasmo por la pregunta, abrió sus ojos y levanto sus cejas llenas de canas, tenía una sonrisa que no sabría describir, solo diré que daba un poco de miedo.
—me alegra que preguntes —ahora sonreía mucho mas, ¡ayuda!, no sé que trama—como te vas lejos pensé que nos ibas a extrañar mucho así que también me inscribí a la universidad para que nunca estemos separados, ahora sí, ¿nos vamos?—¿qué?—Contesté, en serio estaba estupefacta, mi padre seguía con esa sonrisa, de repente ambos rieron.—haaa—suspiró mi padre mientras limpiaba una lagrima producto de su risa—solo era una broma—continuó riendo—debiste ver tu cara—agregó mi madre en medio de sus carcajadas.
—ja ja ja, que graciosos son—Dije con ironía, rieron con más fuerza—¿así que las maletas estaban vacías?.
—no, para nada, tu madre y yo nos vamos de vacaciones unas semanas a la casa de campo, te llevaremos al aeropuerto, esperamos a que subas y nos vamos después—bueno, aunque sea me despedirán.
—no olviden la foto—ya lo había olvidado, mi madre puso la cámara en un trípode que no tengo la menor idea de cómo llegó ahí.
Al salir de casa pude ver por ultima vez en un tiempo largo la casa en la que había crecido, era una construcción un tanto inminente, poseía ventanas que rodeaban la parte del frente de toda la casa. desde el coche apreciaba su sala donde hace muy poco tiempo me encontraba. sus sofás, sus alacenas de madera, el televisor y todo lo que siempre a estado ahí ahora me daban un sentimiento de nostalgia.
De camino fue lo mas normal, un poco de silencio y luego un poco de ruido alternándose de una manera en la que sólo mis padre podrían conseguir que fuera increíble, teníamos una hora de camino, una hora donde aprovechaba estar con mis padres ya que tendría que esperar seis meses para verlos, aunque me reconfortaba un poco saber que cuando pudiera los llamaría y ellos estarían ahí para mí. Mientras más me acercaba al destino se me formaba un nudo en la garganta.