Cuando Víktor termino de leer subió sus ojos hacia sus dos acompañantes que estaban esperando con paciencia a que terminara.
- ¿Un tren fantasma?- cuestionó alzando su ceja.
- Si, después de eso el caos comenzó.- dijo Otabek pasándole otro periódico.
Víktor leyó atentamente el artículo señalado y era de la misteriosa muerte de cinco niños en las calles de Perovo, dos más estaban en el hospital comunitario en estado delicado, ya que según los médicos habían perdido mucha sangre y presentaban un cuadro de anemia profunda. Víktor se podía imaginar los pensamientos de ambos hombres en esos momentos sin embargo no quería sacar conclusiones apresuradas y volvió sus ojos hacia ellos.
- Escuchó sus teorías con atención.- cruzó su pierna sobre la otra y tomó el plato con la taza de té.
- Todos los niños muertos tenían las mismas características, poca sangre y cuadro severo de anemia, los dos que están en el hospital no mejoran y es más hasta han empeorado.- dijo Otabek.
- Algunos vagabundos han estado diciendo lo mismo durante varios días y algo los tiene aterrados.- comentó Chris sacando su diario de notas.
- La locura de los hombres es tu especialidad no la mía.- sonrió el peliplata.
- Lo se, pero créeme amigo mío que cuando te digo esto, no es cuestión de locura...- abrió su diario- Sábado 5, apareció el primer niño muerto y un vagabundo que se mantiene siempre cerca del cementerio dijo que una figura blanca y espectral se movía entre las tumbas.- paso las hojas- Martes 8, dos niños fallecidos y otros seis hombre volvieron a hablar sobre la figura blanca... Jueves 10, el cuarto niño muerto y un moribundo, los hombres ya no hablan de una figura blanca solamente, ahora hablan de una figura oscura que pasa rápidamente por las calles ocultándose en las sombras de las casas...- Víktor quien había estado con los ojos cerrados los abrió al escuchar esas palabras.
Su mente por alguna extraña razón recordó aquel caballero que había visto paseando con la dama, movió un poco su cabeza y volvió su atención a Chris quien de verdad se veía muy preocupado.
- ¿Piensas que es como lo que vivimos en el desfiladero de Nizhni Nóvgorod?- cuestionó Víktor.
- No, la verdad pienso que es peor.- confesó el rubio viendo a su aprendiz.
- Bien, vamos a ver a esos niños.- se puso de pie.
- El hospital se reserva las visitas hacia ellos porque están muy delicados, pero se de alguien que está dispuesta a dejarse examinar y es por quién te he llamado.- dijo Chris poniéndose de pie igualmente.
- Bien, entre más pronto vayamos más pronto te veré tranquilo.- los tres salieron.
Víktor se reservaba también su opinión, no quería verse influenciado por las sospechas de su amigo. Hace tres años atrás mientras visitaban Nizhni Nóvgorod se toparon con una situación que sobrepasó sus conocimientos de la realidad, se toparon con un hombre que no pertenecía a los vivos, era un vampiro que estaba acabando con la vida de muchas personas en la localidad, como médico Víktor quería encontrar la enfermedad y cura para eso sin embargo escapaba de la ciencia y entraba a lo sobrenatural, tampoco fue de un estado mental ya que Chris tampoco pudo comprender los sucesos de esos días, conocieron a un hombre que se hacía llamar cazador de vampiros, por dos meses les enseñó todos sus conocimientos sobre esos seres oscuros y otros más.
La noche en que se enfrentaron a aquel vampiro su maestro falleció dejándolos a ellos con la carga de seguir acabando con esos seres, Chris no había podido hablar con nadie sobre esa situación pero sí se involucró a investigar más sobre ellos, ganándose las quejas de su padre diciendo que era una pérdida de tiempo y que solo eran cuentos fantásticos. Víktor por otro lado también se había dedicado a estudiar todo lo que podía con más libertad ya que estaba solo desde que tenía quince años, subieron al carruaje que los llevó a una pequeña casa al sur del hospital.
- Buenas tardes doctor Giacometti.- los recibió una mujer de servicio.
- Buenas tardes, la señora Crispino nos está esperando.- dijo el rubio sonriendo.
La mujer los guío a la sala donde estaba una mujer menuda, de cabello negro y semblante triste.
- Chris gracias a Dios que has venido.- dijo la mujer al ver al rubio.
- Prometí que vendría y que traería ayuda para su hija.- apretó con suavidad las manos de la mujer.
Después de saludar a Chris saludo a Otabek de la misma manera, el rubio presentó a Víktor con la señora Crispino quien se veía muy feliz de ver a los hombres ahí, los guío a la segunda planta y abrió la puerta de una habitación del fondo, Víktor vio a un chico de cabello castaño y a otra chica en cama con un semblante pálido, grandes ojeras y una apariencia moribunda moribundo.
- Mickey se ha mantenido en vela cuidando a su hermana.- se sentó en la cama y acarició la mejilla de la chica.
- ¿Puedo?- preguntó Víktor viéndola.
La mujer se levantó y le dejó el espacio al peliplata, Víktor puso su maletín sobre la mesita junto a la cama y de el saco estetoscopio, se lo colocó en los oídos y el otro extremo lo puso en el pecho de la chica, a duras penas escuchó su corazón latiendo.
- La han venido a ver muchos doctores y todos dicen lo mismo...- comentó el chico castaño.
- Que tiene un problema anímico y que no pueden hacer más.- comentó Víktor mientras le tomaba el pulso.
- Le he dado todos los medicamentos que le han recetado y nada parece hacerle efecto.- la señora estaba muy preocupada.
- No habrá medicamento que pueda salvarla si no se cuida.- Víktor levantó el labio superior dejando ver sus dientes muy pronunciados sobre todo los colmillos.
- ¿Qué harán para salvarla?- preguntó la señora Crispino.
- Primero una transfusión sanguínea...- se levantó y comenzó a preparar todo- ¿Quién será el voluntario para esta medida desesperada?- cuestionó viendo a todos los presentes.
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Editado: 17.01.2021