Ojos Escarlata

VI

Habían pasado ya cuatro días desde que Víktor había llegado a Perovo y desde que Sara había recuperado casi por completo su salud, la señora Crispino no encontraba la manera de pagarle a Víktor todo lo que había hecho por su familia ya que el peliplata no quería aceptar dinero o algo de valor. La investigación por descubrir quién era el vampiro se había trancado ya no habían más registros que les pudieran dar pistas y tampoco podían interrogar a todos los habitantes del lugar, Chris se había mantenido ocupado trabajando con uno de sus pacientes que había comenzado a interactuar hace dos días atrás el cual llevaba recluido ahí por un mes y que jamás había hablado con nadie desde que fue internado.

- Hola ¿Que haces esta mañana?- preguntó Chris.

- Está mañana atrapó moscas para mí colección.- respondió el paciente viendo como el trozo de pollo atraía más moscas que encerraba en un bote de vidrio.

- ¿Por que haces eso Phichit?- volvió a preguntar curioso.

- Porque necesito alimentar a mis nuevas mascotas.- el chico se levantó y sacó una caja de debajo de la cama.

Chris se sorprendió mucho al ver un montón de arañas las cuales eran alimentadas con las moscas del bote, después de advertirle que se deshiciera de ellas se retiró, Phichit había sido un paciente muy interesante desde que llegó, quizás más que el señor Gabernet sin embargo Víktor no pensaba lo mismo ya que veía al chico como un simple desequilibrado.

Al día siguiente Chris se sorprendió al ver como Phichit había atrapado a un gorrión y le comenzaba a amaestrar de manera muy peculiar, le estaba alimentando de arañas, pensó que era bueno que se mantuviera ocupado y además por saber en qué se basaba su demencia. Los ataques de William eran cada vez más frecuentes y sucedían a media noche, despertaba a todos los pacientes con sus gritos, incluso Víktor tuvo que atenderlo una noche de emergencia dejando solo a Otabek en la casa Crispino ya que William se había hecho grandes cortes en los brazos con sus propias uñas y tuvo que ser sedado para que el doctor pudiera cocer una se sus heridas que era la más profunda y que parecía haber sido hecha con un cuchillo pero eso era imposible.

Una semana ya desde el incidente con William, habían decidido suspender la vigilancia a Sara ya que estaba totalmente recuperada y esa noche sería la última en que Víktor y Otabek irían, Chris por otro lado tenía asuntos en el hospital después de que su padre lo regañara por el incidente del herido, antes de las doce fue a ver a su paciente Phichit, el cual ya estaba criando una familia de muchos gorriones amaestrados los cuales iban y venían con mucha libertad, pasaban la noche con el chico y al alba se iban a pesar de que les alimentaba con las arañas, las cuales habían disminuido en número.

- ¿Que haces Phichit?- pregunto al verlo sentado en la cama con las piernas flexionadas y un libro en las manos.

- Pedí a uno de los enfermeros un libro para leer y me prestó uno de Shakespeare, espero que no le moleste y que no lo rete por complacer mi petición.- dijo con una sonrisa coqueta en los labios.

Chris nunca había podido interpretar con exactitud esas sonrisas, eran coquetas y dulces para él, pero forzadas y turbias para los demás, sabía que el chico estaba mal de la cabeza o de otro modo no estaría encerrado en ese lugar, no había un diagnóstico claro y por momentos dudaba si de verdad tendría alguno.

- ¿Te gusta leer?- Chris se mantuvo de pie frente a la cama.

- Si, me gusta mucho leer y más sobre el amor.- volvió su vista al libro y lo cerró.

- ¿Dónde están tus gorriones?- pregunto viendo el lugar donde solían estar las aves.

- No lo sé, han salido a pasear pero no tardan en venir para recibir su dotación de arañas diaria.- sonrió viendo la ventana con rejas.

- Nunca me explicaste porque hacías todo eso.- comentó Chris viendo al chico.

- No hay mucho que explicar...- se hizo aún lado y palmeó la cama, Chris dudó pero accedió sentarse- Simplemente estaba aburrido y decidí buscar algo que me mantuviera ocupado, atrapar moscas para alimentar a las arañas que posteriormente alimentarian a los gorriones, un buen pasatiempo.- Phichit se recostó sobre sus piernas flexionadas levemente mostrando una gran flexibilidad.

- ¿Tienes alguna idea de porqué estás aquí?- preguntó Chris deseando entender la mente de aquel chico misterioso.

- Dicen que me creo un animal...- sonrió sin despegar sus ojos oscuros de los verdes- Y que busco algo que no puedo poseer por ser una bestia.- terminó de decir.

- Eso no es motivo para encerrarte aquí.- respondió Chris rápidamente.

Le era imposible dejar de ver al chico el cual se fue moviendo poco a poco hacia él, la distancia se terminó acortando a milímetros de sus rostros.

- No estaré mucho tiempo encerrado aquí, ya conseguí mi objetivo y solo debo esperar a que este me busque para entonces marcarlo como mío.- Chris estaba inmóvil sintiendo el aliento del chico que extrañamente tenía un olor a cereza en almíbar.

Reaccionó cuando escuchó las voces de unos enfermeros y se puso rápidamente de pie, evitando que alguien más viera esa situación incómoda.

- ¿Cual es tu objetivo?- cuestionó Chris a lo que Phichit negó con la cabeza.

- Pronto lo sabrá...- los enfermeros entraron y le informaron que un paciente estaba descompensado y que debía ir con urgencia- Porque pronto irá a mi.- susurro Phichit antes de que Chris saliera.

No se atrevió a preguntar el significado de aquellas palabras sin embargo las había escuchado y le parecieron un rompecabezas, cuando llegó al patio interior se topó con varios pacientes aterrados, diciendo que un murciélago les había perseguido, al terminar de llevar a todos a sus habilidades decidió ir a su oficina esperando encontrar a Otabek trabajando en ella y así fue.

- ¿Alguna pista?- preguntó viendo el rostro desvelado del kazajo.




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