29 de Mayo
Al otro día…
El equipo se reúne para entrenarse, a falta de muy poco tiempo para su partido oficial en el ascenso de las Regionales.
Con una dinámica similar a las anteriores, los muchachos se dividen en pequeños grupos para practicar diferentes aspectos del juego, y a base también de rotaciones cada cinco minutos.
Sin embargo, han pasado ya veinte minutos y Hideo aún no ha llegado al entrenamiento, ni siquiera había ido a la escuela.
La preocupación de todos va en aumento hasta que llega el Profesor Hanamichi, bastante exhausto luego de correr como loco por toda la escuela hasta llegar al gimnasio donde se entrena el Club de Futsal.
Urichia se le acerca y le ofrece un poco de agua, a lo que este acepta y la bebe con moderación.
El Técnico Willian con brazos cruzados le pregunta:
—Tome asiento Profesor Hanamichi, le hará bien— Willian
—No, no te preocupes…— le responde entre jadeos— Hanamichi
—¿Profesor, sabe que le ha pasado a Hideo? — Le pregunta preocupado como el capitán que es— Kiyoshi
—Pude hablar con su padre y me ha dicho que está en camino, solo eso pudo decirme— Hanamichi
En eso, Tobira se acerca muy tímidamente, les dice con una voz muy entusiasta y sonriente:
—El solo necesita patear el balón, y sus problemas pasaran a segundo plano— Tobira
Ante la vista confundida y sorpresiva de los demás, el joven pregunta con una expresión aún más tímida que antes:
—Que…que dije? — Tobira
—Solo digamos que has dicho algo muy cursi, pero es una gran verdad…—le dice mientras lo abraza y coscorronea la cabeza de Tobira— Tadashi
El momento es interrumpo por Osamu, que esta asomado contra la puerta mirando hacia afuera:
—Ahí viene Hideo, y tiene una cara bastante mala— Osamu
El profesor da unos pequeños pasos hasta que es detenido por Willian, tomándolo del hombro y diciéndole muy serio:
—Profesor permítame encargarme de esto, usted vaya a descansar. Urichia podrías seguir dirigiendo tú el entrenamiento? — Willian
—Si entrenador— le responde muy enérgica— Urichia
Mientras tanto Hideo llega hasta la entrada, pero antes de poder entrar, se encuentra con Willian fumando afuera y apoyado contra la pared externa del gimnasio.
El Joven pasa sin saludar, y con su rostro como si no hubiera dormido en días.
Ante esta actitud, Willian lo detiene con unas sutiles palabras:
—Sabes, en Inglaterra no acostumbrábamos a saludar tan cordialmente, aunque sí con elegancia. Me sorprende que en Japón sean tan cordiales en ese aspecto. ¿Eres japonés, verdad Hideo? — Willian
Hideo se detiene y voltea a mirar fijamente al Entrenador mientras fuma. Se inclina hacia adelante y dice suavemente:
—Buenos días entrenador Willian— Hideo
Después de eso, Willian le pide que se acerque, y a pesar de que en primera instancia Hideo no parecía querer, tuvo que aceptar.
Entonces ambos comienzan a conversar, ya no como un estudiante y tutor o adulto, sino como alguien en quien Hideo puede confiar:
—Sabes? El torneo es en pocos días, hay que descansar muy bien, alimentarse y no mirar a muchas chicas, debemos estar en las mejores condiciones— le dice sonriente— Willian
—No es como si no hiciera esas cosas…—le responde avergonzado— Hideo
—Quiero recordarte que soy padre de un chico de tu misma edad, al que siempre le encuentro sus revistas para adultos muy a menudo…— Willian
***PARTE II***
En el gimnasio…
—AAAAAAACHHH………— estornuda dejando un hilo de moco colgando— Steve
Urichia se acerca a Steve y le dice mientras le arroja su abrigo del equipo:
—Deberías abrigarte, aún no han llegado los días cálidos— Urichia
***PARTE III***
Hideo sonríe por la graciosa anécdota, pero aun en su rostro se logra ver a un chico muy triste que no sabe qué rumbo tomar en su vida.
Willian suspira, se acerca a Hideo sosteniéndolo con fuerza.
Los ojos del entrenador se iluminan con un fuego de la pasión que sale de su pecho y le dice muy enérgico: