Tras un vuelo largo de poco más de 20 horas, el equipo llega al aeropuerto de Londres, donde son esperados por un enviado de la Comisión Británica de Deporte con un cartel en sus manos que dice “#WelcomeOkumi”. Willian lo reconoce y deja sus cosas a cargo de su hijo para saludar al hombre:
Willian: “Hola John, tiempo sin verte”- le extiende su mano al hombre de mediana edad, con traje y rostro endurecido por el paso del tiempo
John: “Un gusto volver a ver Willian. ¿Qué tal el vuelo?”-pregunta mientras también extiende su mano para saludar
Willian: “Creo que no tan bien para los chicos”-se voltea y señala a los chicos del equipo intentando caminar con sus piernas tambaleándose y ojeras enormes en los rostros
John: “Lo imagino. No deben de estar muy acostumbrados. Descuida, los llevaremos al hotel para que puedan descansar debidamente”
Willian: “Gracias John. Por cierto…”
John: “No hace falta que preguntes, ella no ha parado de preguntar por ti y Steve. Es demasiado estresante tener a toda una familia en el futbol o futsal”
Willian: “¿Puedes juzgarme? Es cierto, llevamos un poco distanciados por nuestros trabajos, pero nunca nos dejamos de amar”
Dice eso, pero la realidad es que Willian había decidido alejarse de su país por una razón mucho mas complicada que implica a su hijo y para su bienestar decidieron optar por caminos separados, pero no han de separarse ni preocuparse el uno por el otro. Una gran familia.
Como parte de la CBD y amigo de la familia, John sabe todo lo ocurrido y mantiene en un profundo secreto. Ciertamente tener a la familia completa en la misma ciudad es importante, ya que ambos padres son muy conocidos en el ambiente del deporte y Steve ya es monitoreado para ser llevado por un equipo ingles a las inferiores. De cualquier manera, el joven británico-japonés desea permanecer con su equipo y amigos, por lo que el rechazo es seguro. Su talento es innegable y hasta medios deportivos locales se han hecho eco de la llegada de otra promesa, Hideo.
John: “Si, escuchar hablar a un casado sobre el amor es algo tan aliviador. Por cierto, fue sarcasmo”
Willian: “Había olvidado que John esta soltero y buscando mujeres mayores con dinero”-piensa
Como muestra de la hospitalidad a los japoneses, John los guía hasta un local de comida rápida muy conocida en el mundo entero pero que ellos no suelen disfrutar en Japón porque comen en otro sitio.
Willian saca su billetera para pagar el desayuno de los jóvenes, puesto que la hora de llegada es cercana a las 3am y mucho siguen con los efectos del trastorno por el viaje. En lo que respecta al sueño claro está. Pero John lo detiene y saca su billetera con la que porta la tarjeta exclusiva de la organización para la que trabaja:
John: “La CBD va a pagar toda la estadía y gastos generales así que no duden en pedirme”-dice en voz alta para que lo escuchen también los jóvenes
Hanamichi: “Muchas gracias señor Dombart”-hace la reverencia característica de su nación y luego lo siguen los miembros el equipo con Kiyoshi a la cabeza
John: “Por favor no hace falta que lo agradezcan”
Hanamichi y la manager, Urichia, ordenan al grupo en varias mesas pegadas una al lado de la otra mientras espera por el desayuno. Tobira mira todo a su alrededor, impactado por la cultura occidental y el enorme tamaño del aeropuerto de Londres. No es de extrañar, es su primera vez fuera de Japón como la mayoría de los miembros del equipo.
Miro sigue a Tobira en la emoción y ambos se levantan de su silla y pasean muy cerca del local de comida rápida, gritan y corriendo al ver trenes de juguete, vestimenta clásica de la ciudad, comidas que nunca han visto, solo en fotos. Steve se les acerca sonriente y explica sobre esas comidas que ven entre saliva que cae de sus bocas, mientras, da unos disimulados y veloces vistazos a Urichia, poniéndose rojo por algo más que sensación de vergüenza sino una emoción diferente y maravillosa. Inmediatamente vuelve su mirada hacia el lugar donde está explicándoles a sus compañeros.
Para evitar que se alejen, Hiroichi se queda con ellos a la espera de que Kiyoshi envíe un mensaje avisando de que ya esta la comida. Mientras tanto, los demás se quedan en sus sillas.
Hideo saca un folleto sobre el aeropuerto y empieza a leerlo, pero su mente se encuentra en otro lado, más precisamente en el torneo que se avecina. Inosuke lo señala y sonríe:
Inosuke: “Estas demasiado impaciente, chico talentoso”
Hideo: “¿Qué dices?”
Inosuke: “¿Acaso me equivoco?”
Hideo: “No te incumbe”
Inosuke: “Es demasiado tedioso tener que esperar y sobre todo saber que tus rivales son de clubes altamente especializados en el deporte”