Hace 2 años en Liverpool…
Steve recorre un parque con una pelota debajo del brazo, buscando a otros chicos con quienes jugar. Cada grupo al que iba a preguntar si puede jugar, recibe la misma respuesta una y otra vez. Un “¡no!” rotundo que lo hace deprimir.
Su madre siempre lo consuela para que no caiga en la desesperación y se amargue siendo un chico de apenas 12 años de edad con sueños y esperanzas.
El chico, muy apegado a su madre, se siente animado por contar con sus padres a pesar de que William apenas llega para la cena, no se aparta ni por un momento inclusive dedica unos minutos para jugar a la pelota antes de que Sara los llame a comer. Tanto él como ella trabajan en el mismo sitio, aunque Sara es quien decidió establecer un sistema de horario que le permita hacer home office, que significa “trabajo desde casa” y recibir llamados de futbolistas del club. Gracias a eso es que Steve se interesó desde pequeño en el futbol y hasta se hizo amigo de varios futbolistas consagrados.
A simple vista el chico parece tener una vida realmente dichosa, con padres amorosos y entregados a la felicidad de Steve, y una posible carrera como futbolista.
Sin embargo, eso está fuera de lo que sentía Steve ya que como cada mañana sale de su casa directo a la escuela, caminando por una larga calle hasta la avenida. En el camino se encuentra con un grupo de chicos con camisetas del club Everton y que desde principios de año que hostigan a Steve todo debido a que es de cabello rubio, pero con rostro y ojos, principalmente rasgados por ser hijo de una japones y un británico.
Sus días en la escuela son de gran suplicio y no ve la hora de poder llegar a su casa y disfrutar del futbol que ama con sus padres.
A pesar de lo que se cree, Steve siempre fue un chico solitario sin amigos y con el estigma de no saber a qué parte del mundo pertenece. El acoso tocó su techo cuando uno de los chicos, en plena clase, le arroja un pegamento al rostro que casi le rompe los dientes. Ante esto, el profesor solo ordenó que se vayan con el director interpretando que ambos son culpables.
Lógicamente que cuando se enteran de esto, Sara y William salen de sus trabajos y corren a la escuela solo para descubrir que Steve sufría tanto a causa de su condición tan pronunciada.
Tras conversar con el director, este llega a una solución que deja en shock a ambos padres:
Rick: “Creo que Steve estará muy bien en una escuela distinta. Sé que no es la mejor solución, pero creo que será lo mejor para que dejen de molestarlo”
Sara: “¡¿Es una broma?! ¡mi hijo es víctima de esos chicos y la negligencia de ustedes! ¡¿ahora pretenden que se vaya de la escuela solo porque no saben manejar la situación?!”-se pone furiosa.
William: “Tranquila cariño. Rick, nos conocemos desde hace tiempo y por esa razón enviamos a nuestro hijo aquí. Tienes que darnos una mejor excusa para que se cambie de escuela a mitad del año escolar”
Rick: “Bien, solo te lo diré porque ambos fuiste compañeros en las juveniles, pero solo por eso. No te debo ningún favor ni nada ¿está claro?”
William: “Si”
Rick: “Advierto una simple cosa. Lo que diga no debe salir de aquí y hagan lo que hagan procuren no pensar mal de mi ni la escuela. Simplemente…son cosas que lamentablemente suceden a menudo en todo el mundo. Hay influencias que me superan muchísimo. Al final sigo siendo un empleado de esta institución”
Sara: “¿Qué estás queriendo decir?”
Rick: “Los padres de esos chicos son uno de los más importantes e influyentes miembros de la comunidad educativa. Lo que intento decirles es que son los que más contribuyen a la escuela y tienen demasiada influencia en los ministerios educativos”
Sara: “Tenía que ser. Dime algo no tan cliché y ahora hay que dejar que hagan lo que quieran esos chicos. Mi hijo está lastimado con una herida abierta en el mentón y quieres que simplemente agache la cabeza”
Rick: “Entiendo cómo te sientes Sara, pero no hay otra cosa que hacer”
Rick no es ajeno a los hechos de violencia estudiantil. Simplemente los deja ser a los conflictivos para que sus padres no tengan quejas y se mantenga el estatus quo.
Al llegar a su casa, Steve recibe la noticia de que debe irse de la escuela. No le parece mal, pero ¿Por qué a mitad de año? Ni Sara ni William le explican para no herir su orgullo.
Sara lo llama a la cocina y ambos conversan mientras ella le da un plato con galletas y leche fría para calmarse mientras William observa desde la puerta para ver cómo reacciona su hijo:
Steve: “¿Qué te dijeron en la escuela?”
Sara: “No mucho, solo que hubo una pequeña pelea”
Steve: “Ya veo”
Sara: “¿Quieres contarnos algo?”
Steve: “¿Contar qué?