El segundo tiempo da inicio y ambos equipos se muestran muy cautos.
Los argentinos se dieron cuenta que Okumi no es un equipo para considerar inferior, aunque tengan al mejor defensor juvenil del mundo. Y los títulos tampoco son un parámetro de medición, ya que, a pesar de ser campeones de todo, estar perdiendo pone de cabeza esa lógica.
William le cede la dirección del equipo a Takehiro, mientras descansa al lado de Hanamichi y Hideo. Urichia se mantiene de pie y observando el partido. Se encuentra muy inquieta ya que hubo al menos dos ataques clave de San Lorenzo que gracias a Steve no terminó en anotación, pero ¿puede continuar ese nivel en caso de otro ataque de los cuervos argentinos? Bueno, eso es algo que ella no duda, pero la mantiene expectante.
Incluso los espectadores comprenden que suponer a los argentinos como rotundos ganadores puede ser un error, así como los japoneses.
No hay mucha diferencia a pesar de la superioridad ofensiva y claro está de la posesión que por largo tiempo es de los asiáticos.
Tras un par de minutos, Urichia se acerca al banco y toma asiento:
Hideo: “¿Nerviosa?”
Urichia: “¿Tu no?”
Hideo: “Un poco”
Urichia: “No lo pareces”
Hideo: “No todos nos ponemos nerviosos de la misma manera”
Urichia: “¿Será así?”-dice eso y al ver que los pies de Hideo se mueven al compás de los pases y movimientos que hacen sus compañeros en el partido, se da cuenta de como funciona, en parte, la psicología de los jugadores y la frustración y nerviosismo que manejan al no ser parte de un partido muy importa con el incierto de no saber si será posible poder jugador un partido más-
La chica de cabello rosado mantiene las esperanzas y se encamina una vez mas para apoyarlos, en especial a Steve. Su única preocupación restante es el marcador de apenas un gol.
Por otra parte, Takehiro camina de un lado hacia el otro, indagando sobre la misteriosa postura de San Lorenzo, siendo igual a la del primer tiempo. Algo no cuadra para él. Entonces llamada a William y ambos se quedan estupefactos cuando Miro pierde el balón en el mediocampo cuando intentaba hacer lo que Tobira.
El pequeño defensor confronta uno a uno al delantero sudamericano…
-6 minutos del segundo tiempo-
El recién ingresado Carlos se encuentra frente a frente con Tobira, defensor de Okumi. Está a solo un paso de poder marcar el gol del empate.
Desde las grades se oyen gritos, alguno de aliento para el pequeño defensor y otros en apoyo al argentino. Todos se quedan esperando un gol o una defensa increíble.
Finalmente sucede lo último cuando Tobira ve que Carlos realiza un movimiento curioso que le permite anticiparse, cerrando las piernas y evitando el famoso recurso del “túnel” o “caño” como es conocido en Sudamérica. Tobira avanza con el balón en sus pies mientras que Carlos busca arrebatárselo, pero el pequeño y macizo cuerpo del japonés y lo bien que se establece en su posición hace imposible la tarea.
Le entrega el balón a Miro para que continúen atacando.
Tras esto, Carlos choca los puños con Tobira en señal de respeto y elogio al asiático.
William vuelve a su sitio tras la jugada exitosamente defendida. Takehiro lanza un largo suspiro y continúa mirando el partido.
Sigue siendo un misterio el como juega San Lorenzo, un equipo fuerte defensivamente pero que lastimosamente como contraposición no se logra establecer en el terreno del ataque.
Es casi como si fuera a propósito. Entonces, Takehiro regresa con William y le pregunta:
Takehiro: “Estaré obsoleto pero mi mente no me falla. ¿Están jugando como el The Roses Rovers?”
William: “Es una posibilidad”
Hideo: “¿The Roses Rovers? ¿Cómo jugaban ellos?”
Takehiro: “Hace un tiempo The Roses Rovers tenían una forma de jugar un tanto curiosa pero que los llevó a ser campeones de la FA Cup jugando todo el torneo de esa forma”
William: “Su estrategia consistía en la máxima expresión de permitir al rival atacar y sentirse a gusto. Como ocurrió en el primer tiempo. Si había alguna chance de ataque para el equipo bienvenido era, pero el total de la posesión era mas de la mitad para el rival”
Hideo: “Parecía algo muy premeditado y perfecto como para que fuera una estrategia”
Takehiro: “Esa no era solamente la única particularidad. Ellos entrenaban el recurso de máxima defensa y ataque único”
Urichia: “No suena muy alentador”
William: “No, no lo es y los chicos no están preparados para eso”