LA VIDA NO ES JUSTA
Adara era una alfa dominante nacida de una alfa dominante y un omega dominante, tenía sólo un hermano mayor y una hermana menor, ella era la hija del medio, la única alfa entre sus hermanos, por ese motivo siempre tuvo el instinto de proteger a todo omega vulnerable, en la secundaria cuando apenas las castas se revelaban a la edad de quince años, sus compañeros alfas solían descontrolarse y querer atacar omegas, ella los golpeaba, lo que la llevaba a ser transferida de colegio regularmente, aunque era algo tímida, siempre fue una alfa digna de respetarse, aunque después de la pérdida de su mamá omega, le tuvo cierto miedo a los omegas, fue demasiado tímida con ellos, prefiriendo solo mezclarse con betas y otros alfas, con excepción de sus hermanos, Adara era lejana a los omegas, eso hasta que se mudo de casa, su madre (padre) alfa la forzó a hacerlo, alegando que ya era adulta, con trabajo y soltera, así que cuando se mudo su gran sorpresa fue que su vecino era un omega que apenas estaba en la universidad, le fue extraño acostumbrarse pero lo hizo, aunque le siguió teniendo miedo a los omegas, arruinando así varias de sus citas, haciendo que los omegas de su lugar de trabajo la ignoren porque la creían arrogante, en resumen, se quedó soltera por ser tímida.
Ella jamás había llevado a un omega al mirador de la ciudad o un club de juegos, en esa pequeña salida donde quiso animar a su vecino un poco, ella fue la más TRAUMATIZADA, no sabiendo si ayudó o no, si fue pésima idea, de si debería ir a disculparse, así que ahí estaba ella, en medio de un juicio, con miles de inseguridades en su cabeza mientras oía hablar al inútil abogado que era de parte del acusado.
— señorita Sinensis —llamo el juez para que ella se levantara— escuchando a ambas partes, escuchando a los testigos, el jurado a tomado una decisión —el juez suspiro— él joven Villa acusado de intento de asesinato, urto y complice de un intento de secuestro es encontrado culpable —sentenció— se le condena a quince años en el reclusorio para betas de Mith, bajo una seguridad de nivel C, además de que al salir deberá pagar una suma de tres mil dólares a la familia de la omega afectada, eso es todo, caso cerrado —golpeo su martillo y ella empezó a guardar sus cosas.
— señorita Sinensis muchas gracias, mi familia se lo agradece —un alfa se acerco a ella, con expresión estricta y nada feliz— si sucede algo en el futuro, volveré a llamarla, usted es una digna abogada de mi padre
— Señor Roberts, se lo agradezco, solo hago mi trabajo —Adara desvió la mirada— cualquier cosa legal que tenga para mi, llámeme
— si, bueno me retiro —el alfa se alejo junto a su esposo omega que lo esperaba.
— ¿Que se siente mandar a un inocente a prisión? —el abogado del ahora ex acusado se acerco, el beta estaba furioso— ¿como puedes dormir en las noches? Tu mejor que nadie sabe que mi cliente es inocente, ahora le haz arruinado la vida a un joven inocente
— señor Bast, le pido que no haga falsas acusaciones, si su cliente fuera inocente, usted habría ganado este caso
— maldita...
— me retiro —se despidió Adara saliendo de la sala, estaba cansada.
Ese abogado tenía razón, los padres de aquella omega odiaban al pobre joven beta, no era lo que querían para su hija, la pobre omega antes del juicio le había rogado fallar, pero Adara no podía revelar nada de la verdad por ética profesional, solo debía asegurarse de ganar, se sentía mal por arruinar la vida de aquel joven que su único error fue enamorarse de una omega que tenia por padres a demonios sin corazón, pero también esperó una sentencia no tan dura, sin embargo las leyes protegían a los omegas, si un alfa o beta atacaba a un omega la frase usada no era "inocente hasta demostrar lo contrario" la frase que se usaba era "culpable hasta demostrar lo contrario" por esa razón no tuvo esperanzas por el juicio, también aquel abogado era un inútil, no defendió bien a aquel joven.
— ¡es inocente! ¡es inocente! —oyó ese grito a coro, por una ventana de los pasillos del juzgado observo a una multitud de personas frente a las puertas principales del lugar— ¡LIBEREN A MANUEL VILLA! ¡ES INOCENTE! ¡LIBERENLO!
— los reporteros están cubriendo todo —una voz le informo detrás de ella, volteo a mirarlo, era uno de sus colegas abogados, trabajaban en el mismo lugar— te metiste en un caso polémico de nuevo
— ¿Crees que no lose? —suspiro cansada— aunque ellos tienen validez
— lose, el joven que acabo de ver arrestado lloraba, su inocencia es clara —río sin ganas— pobresito, pero bueno, nadie lo mando a enamorarse de una omega forrada en dinero
— los padres de esa muchacha la mandaran a un internado en Suiza, la casaran apenas tenga dieciocho años, me consultaron si podían hacerlo, pero como las leyes protegen a los omegas les dije que no
— ¿entonces?
— la van a amenazar o algo así, la cosa es que planean casarla con alguien de similar edad, aprovecharan las pocas lagunas legales que hay
— no tienen corazón eh...
— no, no tienen, cuando me pidieron undir a aquel joven, no tuvieron piedad al exigir incluso la condena de muerte
— así que por eso no fuiste con todo, querías dejar vacíos para que el joven solo reciba años de cárcel
— ese joven apenas tiene diecinueve años... Al menos le quedara algo de vida al salir de prisión...
— los abogados somos los que cargan con tantos secretos y culpa... —su colega suspiro cansado.
— ¿como te fue a ti en tu juicio? —Adara pregunto curiosa.
— fatal... quieren condenar a mi cliente a la pena de muerte si o si, es solo un alfa viejo que bebió y golpeo a su omega —su colega sacó de su saco una cajita de cigarrillos, para prender uno con su encendedor que venía en la cajita— el nuevo presidente de justicia a tratado que las leyes sean más justas para evitar este tipo de casos, pero aún no hay resultados, si tu cliente, esa omega hubiera sido herida a ese joven beta lo hubieran condenado a muerte... tuvo suerte que esa joven no se hizo nada, mientras que mi cliente por otro lado... lastimó a su esposa, le provocó varios hematomas y una muñeca rota, para lo peor el juez es un omega como yo —con cuidado se llevó el cigarrillo a su labios— se que en el pasado hace siglos los alfas nos trataban como la mierda, pero enserió... ¿sabes a cuantos alfas condenan a muerte cada año? ¿A cuantos yo he hecho que los encierren siendo inocentes? ¿A cuantos he mandado a la silla eléctrica? Algunos se lo merecían pero otros...