INSTINTO
Acostumbrarse a la vida en pareja no fue tan difícil como pensó en un inicio, Adara era una alfa muy calmada, además de que le daba su espacio, quizás demasiado, habían días donde no la veía en toda la semana porque ella se iba de viaje para diferentes partes del país o se quedaba trabajando hasta altas horas de la noche, lo cual hacía que no se toparán para nada. Además de ese pequeño problema, no le veía nada malo a la alfa, ella era bonita, delicada, le enviaba flores una vez por semana, lo sorprendía aveces con cartas escritas por ella, con un hermoso poema escrito con una hermosa letra.
Daniel vivía la dicha de una relación perfecta, una que lo hacía feliz.
Al menos, así era hasta que sucedió ese día.
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Había estado saliendo de la universidad cuando lo sintió, una incomodidad enorme, luego solo sintió mucho frío, como si, estuviera desnudo en plena nevada.
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Adara disfrutaba de trabajar en casos que involucren multas o al tránsito, eran los más calmados y los únicos afectados eran los autos, le gustaba ir a la corte a solo recitar leyes de tránsito. Ese día mismo que estaba en el juzgado, era viernes, tenía planes para el fin de semana para pasarlo con Daniel, lo llevaría al parque de diversiones a un comedor bufete y finalmente irían a una feria de ropa artesanal, nada podía salir mal.
— mi cliente solo fue por un café y tardó aproximadamente tres minutos, el oficial presente lo multo injustificamente —Adara declaró— la petición es que se anule la multa y el oficial a cargo ofrezca una disculpa a mi cliente que tiene cincuenta y cinco años
— pido la palabra su señoría —el abogado del oficial se puso de pie.
— hable abogado.
— mi cliente solo hacia su trabajo, según las leyes estaba prohibido estacionar en el lugar de los echos
— mi cliente solo hizo una parada rápida, no estacionó el auto como tal ya que este seguía en funcionamiento —Adara aclaro.
— aún así, las leyes son las leyes, mi cliente solo hacia su trabajo —refutó el abogado.
— abogado, la señorita Sinensis tiene razón, no hay delito, al ser una persona de la tercera edad y un beta, lo dejaré ir esta vez, próximamente busque un lugar donde hacer una parada adecuada —martillo— el señor Rafa no pagará la multa y el oficial se irá con una advertencia, a la próxima tenga más empatia por personas de la tercera edad, se cierra la sesión
Adara sonrió, ganó nuevamente, como le gustaban estos casos.
— señorita Sinensis —su secretaria se acercó— hace unos minutos llamaron del hospital de la Rosa, dicen que su pareja llegó a emergencias
Adara se sintió caer, ni siquiera tomó su bolso o su celular, directamente fue corriendo fuera del juzgado, tomó el primer taxi que vio y exigió ir al hospital de la Rosa. Cuando llegó lo primero que hizo fue pedir información, pero lo que la enfermera le dijo, solo la dejo más desesperada.
— no puedo darle esa información señora, solo familiares o padres del paciente tienen acceso
— ¡soy su pareja!
— con más razón
— usted...
— seguro esta aquí por su culpa, váyase antes de que llamé a la policía ¡ahora!
— ¡no me iré de aquí! ¡no hasta que sepa el estado de mi omega!
— ¡ya le dije que no le diré nada! ¡váyase!
Adara estaba a punto de gritar una vez más cuando sintió un tirón en su cuello, de inmediato cayó al piso, cuando alzó la vista solo vio a un gran alfa, ni que decir, ese hombre media más que el promedio de los alfas comunes, era demasiado corpulento y además, estaba enojado.
— ¡¿escuché bien?! ¡¿Dijiste el nombre de Daniel Genova?! ¡RESPONDE MALDIA SEA!
— si, ese es el nombre de mi pareja —Adara trato de levantarse pero ese alfa se le lanzó encima y la sujeto del cuello.
— ¡TU! ¡TU LE HICISTE ESO A MI HIJO! ¡TE MATARÉ!
Adara al procesar esa información dejo de pelear ¿esa persona era el padre de Daniel? Ahora que lo pensaba, su omega tenía el mismo color de iris que ese alfa, eran tan parecidos.
— ¡ROWEN! ¡NOOO! ¡HAGARRENLO! —gente trataba de separar a ambos alfas, pero el hombre no quería soltar.
Enfermeros corrieron con sedantes en manos mientras guardias trataban de salvar a la alfa femenina que ya empezaba a querer pelear por instinto, en busca de sobrevivir. No fue que el alfa masculino soltó, hasta que le inyectaron un sedante que relajo sus músculos, lo separaron de la alfa y lo llevaron lejos.
— ¡SEÑORA! ¡SEÑORA! ¡¿ESTÁ BIEN?! —enfermeros alfas rodeaban a la pobre alfa que jadeaba, al fin pudiendo respirar— ¡TRAIGAN UNA CAMILLA!
— no... estoy bien —Adara sabia que si hacían eso la registrarán en el sistema, lo cual hacía que cargos se levantarán automáticamente contra su agresor, no podía permitir eso.
Con todo el esfuerzo del mundo se levantó y camino hasta su agresor, aún frotándose el cuello.
— señor —ella lo llamó y el alfa que aún se resistía al sedante la miro con irá— yo... nose que esta pasando, pero no es lo que cree... se lo aseguró
— marcaste a mi hijo y ahora rompiste el lazo... ¿como puede ser algo que no creo? —cuestionó con burla el alfa.
— yo... —Adara se callo, no sabía si decirlo, pero necesitaba ver a Daniel, estaba desesperada— no fui el alfa que lo marcó...
Noto la sorpresa en el hombre corpulento, antes de simplemente caer dormido.
— me alegra saber que no eres tu el desgraciado que marcó a mi hijo —otra voz suave le hablo y volteo a ver detrás de ella, ahí estaba un omega, delgado y bastante parecido a su omega, tenía el mismo tono de cabello que Daniel— el está en un estado crítico... no es fácil cuando un lazo se rompe... pero está a salvo debido a que la conexión no era fuerte, al menos eso dicen los médicos...
— me disculpo... yo no pude cuidarlo —Adara bajo la cabeza— lo siento
— esperemos un poco —el omega sonrió levemente— seguro va a querer verte cuando despierte