ACEPTACIÓN
El final para Daniel no fue tan malo como pensó en un inicio, su padre alfa no le dio totalmente la espalda como pensó, gracias a eso al menos tenía un apoyo económico seguro y también una mano amiga que lo ayudaba durante la gestación de su embarazo.
Cerca de su sexto mes de embarazo tuvo que ingresar al hospital para ser internado ya que Adara iba a romper por completo con el lazo, así que debía de tener cuidado, no dolió el proceso pero si lo invadió una terrible soledad, su padre alfa ayudó mucho en llenar el agujero de su corazón, no lo dejó solo y lo visitó cada que podía, así que estaba bien. Con el paso de los días, su mente sólo se ocupaba de pensar en su bebé, su pequeño ángel lobuno que nacería de él, estaba ansioso pero también estaba a la expectativa ¿Cómo sería su bebé? Esa era la pregunta que más frecuentemente se hacía, estaba nervioso y necesitaba respuestas.
Todos los lunes de principios de mes iba a revisión en el hospital, lo decidió así para no estar nervioso todo el mes que seguía de espera, siempre era agradable ese día, pero, nunca pensó que en un solo instante, la vida golpeará su mundo, para regresarlo a la realidad.
— Adara... —desde hace mucho tiempo que no veía a la alfa y ahí estaba, en la sala de espera de ginecologia.
Sorprendido se escondió en el fondo de las sillas de espera, no quería ser notado por ella, pero ¿Qué hacía ella ahí?
— Señor Emiliano, su turno porfavor —una enfermera salió de un consultorio y llamó a un omega.
— ¡Si! —un omega que estaba al lado de Adara se levantó— Ahora voy —asintió y estaba por tomar lo que parecía un bolso pero la alfa se adelanto— Quiero llevarlo yo
— Necesitas descansar —la alfa le sonrió dulcemente, podía observar que ella miraba al omega con total adoración en sus ojos— Vamos
Y juntos entraron al consultorio seguidos de la enfermera, solo había una razón para que Adara entre ahí con un omega y que este cuidando de él.
— Ella dijo que encontró a alguien más —susurró para si mismo.
Daniel no supo porque pero empezó a mirar a su alrededor, los omegas o betas mujeres que esperaban estaban acompañados, solo él estaba solo, habían betas acompañadas por lo que parecían ser sus madres o padres, omegas acompañados por muchos amigos emocionados o sus parejas que cuidaban de ellos como si fueran de cristal, no lo había notado hasta ese momento, estaba solo, recién se dio cuenta de las pocas miradas que le dirigían, la mayoría era de pena, tristeza y compasión, seguro creían que estaba solo porque no tenía a nadie y lo peor, no se equivocaban, su padre mayormente esta ocupado, no puede venir a sus consultas con él, había alejado a sus amigas de la universidad y no tenía pareja, estaba solo. Quizás fue por su embarazo, pero sin previó aviso empezó a soltar lágrimas silenciosas, recién era consciente de su situación, no tenía a nadie porque había perdido a todos, no tenía a nadie esperando en casa por él, no tenía una pareja que se preocupe por su salud o cumpla sus caprichos, ni siquiera tenía una familia que lo apoyé, sus hermanos estaban a merced de su mamá y él le había dado la espalda declarandolo inútil, se había quedado solo y lo había negado durante tanto tiempo, solo se dio cuenta porque vio a Adara nuevamente, vio el amor en los ojos de ella, pero ella no le veía a él, veía a otro omega, cuidaba de otro omega, estaba enlazada con su verdadero amor.
— ¿Daniel? —esa voz llamó su atención, de reojo noto que era Adara, estaba a sólo unos cuantos metros de él— ¿Estás bien?
De inmediato se limpió los restos de lágrimas de su rostro, suspiró y miró a la alfa.
— Buenas tardes Adara —saludó— No te preocupes, estoy bien, solo recordé una serie muy triste sobre un perrito llamado Hachi, me puse un poco sensible por eso
— Entiendo. —ella asintió y siguió con su camino.
Daniel recién lo notaba pero al lado de ella estaba ese omega, aquel a quien miraban con encanto y amor, este lo observó de reojo y se despidió con un gesto de la mano.
— Creo que lo vi en alguna parte —recordó Daniel.
Pronto un recuerdo le vino a la mente, el doctor con quien hablo cuando se enteró de la enfermedad de Adara, era él, estaba seguro.
— Así que eras tu... —en aquel entonces no se había equivocado.
Aquel omega se había fijado en Adara, como no fue a verla ni dejó que nadie fuera, seguro ese omega aprovecho para conocer a la alfa, tan simple como eso, ahora estaba al lado de ella.
— Señor Daniel —escucho el llamado de una enfermera ya conocida por él.
— ¡Voy! —avisó y se levantó.
Se acerco a la enfermera y entraron al consultorio.
Daniel lo sabía, no tenía tiempo para ponerse a llorar por su repentina soledad, tenía a su bebé, así que solo no iba a estar, faltaba un mes para el nacimiento de su pequeño, ya que con esta visita oficialmente cumplía los ocho meses de embarazo.
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Emiliano estaba un poco incómodo, ver al ex de tu pareja nunca sería una sensación agradable, Adara le había contado todo sobre Daniel, pero aún así, no podía sentir la empatia suficiente por aquel omega, en sus ojos, todavía era un ser muy cruel, que casi destrozó la vida de alguien más.
— Se que no fue agradable, pero disimula un poco cielo —Adara río mientras conducía su nueva camioneta hacia la escuela de Hana— Cambia esa expresión por una adorable ¿Si?
— La presencia de Daniel me incomoda —Emiliano fue honesto— Nosotros, no tendremos que tratar en el futuro con él ¿Verdad?
— Así es, mi abogado se hará cargo de todo, no volveremos a tratar con él, sin embargo, no puedo evitar las casualidades
— ¿Qué hay de tu cachorro?
— Es lo mismo, Daniel tendrá la custodia mayoritaria, yo tendré una pequeña parte para cumplir con mi obligación de darle una buena calidad de vida, no puedo ignorar mis deberes como progenitora