TRAIDOR PARTE 2
La mansión de la capital de los Valenthe contaba con un hermoso y gran jardín trasero, ahí se exhibían esculturas, fuentes y varios rosales aunque por el invierno solo eran arbustos cortados en cuadrados perfectos.
- Su jardín sigue siendo perfecto como siempre gracias a su cuidado -alagó Erlan el jardín sin saber como iniciar una conversación con Nain.
- Solo ayudo un poco administrando los fondos, no es nada especial -él omega se sonrojó, le gustaban los alagos de Erlan.
- Por supuesto que es especial, lo hace usted
- Gracias -Nain no estaba seguro de que estaba más caliente, sus mejillas o la tetera que traía una de sus sirvientas junto a otra que traía bocadillos- Es un poco tarde pero podemos tomar un té al aire libre -propuso- Prepare un lugar adecuado -señaló con su abanico en mano un lugar que llamaba salón al aire libre, era un lugar que tenía techo pero no muros de concreto si no de cristal, estaba adornado con plantas trepadoras y varios adornos de plata, ahí había un piano, una mesa para tomar el té o solo descansar y por supuesto una hermosa lámpara de araña que tenía velas que hacían brillar el lugar de un color casi dorado.
- Sería un honor acompañarlo -aceptó Erlan y se dirigieron a paso lento al lugar.
Las sirvientas que traían los aperitivos se adelantaron y otras también prepararon todo, debía salir perfecto ya que era la primera fase de la operación confesión de amor.
.
.
.
.
Ian había estado observando desde lo lejos, desde la ventana del despacho de su padre para ser exactos, tenía los ojos llorosos y la mirada perdida, Erlan y Nain parecían hacer una linda pareja ¿Debería solo dejarlos? ¿Debería renunciar a Erlan?
- No, no puedo -murmuró mientras agarraba su cabello escarlata por sus nervios- ¿Hum? -miró su cabello con curiosidad, ya estaba muy largo, le llegaba hasta por debajo de la cintura.
Recordó una vieja promesa que le hizo a su hermano, ambos cuando eran pequeños prometieron dejar crecer su cabello sin cortarlo como símbolo de fraternidad ya que ambos tenían un cabello muy bonito y era lo único en común que tenían, ambos prometieron que mientras sigan siendo hermanos jamás cortarian su cabello, una promesa tonta pero ahora que había crecido pudo entender la infantil promesa, esta se refería a que mientras estén juntos jamás iban a cortar su cabello pero ¿Y si ya no lo estaban? ¿Qué pasaría? Nain ¿Iba a perdonarlo por enamorarse de su prometido?
.
.
.
.
Mientras tomaban el té con algunos bocadillos Nain se puso más nervioso, no sabía como iniciar una conversación que los lleve a hablar de sus sentimientos y el futuro, era tan difícil confesarse.
- Su alteza -llamó a Erlan con suavidad- ¿Sigue teniendo planes de tener un harén? -cuestionó con nerviosismo.
- Mmm... En realidad, quería hablarle de algo similar -respondió Erlan- Vera, usted es hermoso, cuidadoso, generoso, estoy seguro que cualquier alfa del mundo mataría por una mirada suya y yo-
- ¡Hermano! -una voz interrumpió su conversación.
El corazón agitado de Nain finalmente pudo latir normalmente ya que estaba acelerado ¡¿Erlan estaba confesandose?! No estaba preparado, necesitaba arreglarse un poco más y por eso agradeció la interrupción de su gemelo.
- ¿Qué sucede Ian? -cuestionó cuando el otro omega llegó corriendo hacia ellos.
- A pues... Mamá te esta buscando -avisó con nerviosismo Ian- Dijo que era urgente -agregó.
- Esta bien -asintió Nain algo preocupado- Alteza, no se preocupe, enseguida regreso -se disculpó y se levantó haciendo una reverencia- Ian, porfavor mantén entretenido a su alteza, volveré rápido -le pidió a Ian mientras se alejaba siendo seguido por sus sirvientas.
Ian por otro lado se sintió aliviado y a la vez culpable, simplemente no pudo seguir viendo a Nain y Erlan tan juntos que cuando reaccionó ya estaba aquí, pero lo importante ahora es que necesitaba tiempo para hablar con Erlan.
- Porfavor, finge que transportas un florero a mi habitación, tropieza con Nain y procura que le caiga agua sobre su ropa -le ordenó a su sirvienta personal quien asintió y se fue.
- No esperaba verte enserió hoy -comentó Erlan viendo fijamente a Ian.
- Tenemos que hablar y lo sabes -exigió Ian sentándose en el asiento donde estaba Nain antes, justo frente a Erlan- El baile de invierno está muy cerca y yo... No quiero casarme con quien no amo -declaró- Erlan, todo este tiempo ¿Jugaste conmigo? ¿Fui un pasatiempo? Necesito saberlo, para así renunciar y casarme sin arrepentimientos
- Ian... Yo soy el príncipe heredero -comenzó Erlan- Tengo deberes y obligaciones, responsabilidades que no puedes entender, mi madre desea a Nain como su yerno...
- ¿Estás haciendo todo esto por eso? ¿Me dejaste de hablar solo por eso? ¿Enserió? Creí que querías dejar de ser un títere de tu madre ¿Dónde está tu responsabilidad conmigo? ¿Acaso enamorarme no es responsabilidad tuya? ¿Me dejaras porque tu madre piensa que valgo menos que Nain?
- Yo...
.
.
.
Era la peor y mejor noche de todas, Erlan se le iba a confesar, pero Ian le jugó una broma engañandolo de que su madre lo llamaba y luego una sirvienta tropieza con él y le tira agua encima, eso era malo, terrible, tuvo que ir a su habitación con urgencia y cambiarse de ropa.
- Por suerte preparamos dos conjuntos extras en caso de accidentes -suspiró aliviado Nain mientras una de sus sirvientas arreglaba su cabello y otra su ropa, gracias a que dejó todo listo apenas se tardó en quedar perfecto nuevamente.
Bajó las escaleras rápidamente, salió casi corriendo al jardín y regreso al pequeño salón al aire libre, esperaba ver a su hermano y Erlan pero no había nadie ¿Su alteza habrá tenido algún inconveniente? Quizás si, con lo amable que es Ian seguro lo acompañó a la salida ¿Debería ir a ver o solo regresar a su habitación?