CAMBIANDO EL DESTINO
Cuenta la leyenda que hace milenios existían seres que podían escribir el destino de los seres que habían creado para su propio entretenimiento, un día un lobo que estaba destinado ha morir a manos de su propia manada se reveló contra ellos, quiso cambiar su propio destino y terminó destruyendo el equilibrio del mundo que se rompió en pedazos que fueron formando sus propios mundos, dando a los seres creados para el entretenimiento de otros una libertad para elegir sus propios caminos, sin embargo, esos seres fueron creando el caos en sus mundos, llevando a la desgracia sus vidas efímeras, el lobo que había roto el equilibrio decidió hacer que todos los mundos tengan una sola historia, para así poder cuidar de todos los mundos y evitar que colapsen escribió una sola historia, fue solo así como se restauró el equilibrio.
No obstante, aquellos seres que habían sido creados para el entretenimiento de otros empezaron a comunicarse con sus otros "yo" ya que compartían vidas prácticamente iguales, de alguna manera los sentimientos o recuerdos más fuertes llegaban a sus otros "yo" e incluso algunos establecieron contacto, el lobo que antes había roto el equilibrio para salvarse así mismo se dio cuenta de esto rápidamente y para evitar que otros tengan el conocimiento de otros mundos se sacrificó así mismo para escribir con su propia sangre que los seres olvidarían lo que les llegará de otras partes. Debido a eso los seres experimentaron los déjá vu y en algunas ocasiones lograban recordar o escuchar las voces de sus otros "yo" fue así como sin querer la historia que debía repetirse en cada mundo se fue modificando, aquellos que se suponía debían vivir vidas infelices vivieron felices en otro mundo, fue por eso que el lobo que ya se había sacrificado decidió hacer un último esfuerzo, sacrificando su propia alma hizo que su especie evolucionara, lo escribió de esa manera para que logren dominar cada mundo para así no ser olvidado, ya que al ser venerado iba a poder seguir vigilando aquellos mundos para siempre, asegurándose que incluso si habían modificaciones en la historia está siguiera su curso original.
Pero, sin importar qué sacrificio aparecieron seres capaces de cambiar ese curso e incluso algunos quisieron acabar con eso, pero eso es una historia para otro día.
En estos mundos había un "evento" que debía de cambiar el destino de un ser, ya sea llegar temprano a casa o salir tarde de trabajar, quizás saludar a alguien en la calle o mirar las estrellas, pero para determinar el cambio en el destino se debía cumplir con éste requisito por más simple que sea, porque de lo contrario el lobo que mantenía su vigilancia haría que el mundo camine hacía la historia que se suponía que debía ser.
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Era el día de la ceremonia de matrimonio de Aleyna y Nain, ambos fueron preparados desde antes del amanecer y los sirvientes corrían de un lado a otro asegurándose de que nada falte. Los plebeyos empezaban a abrir sus puestos en la feria, otros alistaban sus mejores ropas y los niños empezaban a salir a las calles para disfrutar del evento de ese día.
Por otro lado Nain fue levantado temprano en la mañana antes del amanecer para lavar su cuerpo en agua con aceite de rosas, su cabello fue tratado con agua de romero y luego su piel fue tallada con esencia de eucalipto, luego fue sumergido en una tina con agua helada que tenía pétalos de flores flotando, era un tratamiento de belleza sureño para el día de tu matrimonio, Nain no estaba seguro de su efectividad pero quería verse lo mejor posible ese día, para seguir con su tratamiento de belleza fue depilado en cada centímetro de su cuerpo lo cual fue muy doloroso pese a que lo hacía con regularidad, su cabello fue cepillado y luego fue enrulado con fierros calientes preparados previamente, se decidió que su cabello estaría suelto así que solo lo sujetaron con broches para que no se mueva de su lugar ni perjudique a Nain en ningún momento, finalmente después de varios procesos dolorosos él futuro Marqués fue vestido con su traje ceremonial, lo vistieron con bastante cuidado para que no haya ninguna arruga, su cabello fue arreglado para quedar perfectamente tras su espalda y luego fue maquillado, sus labios especialmente fueron pintados de rojo para que resaltaran, los perfumaron con aceite de rosas y su cabello con aceite de romero, finalmente le pusieron sus joyas y entre más de cinco sirvientes colocaron su gran velo transparente que llegaba hasta el suelo cubrieron así el cuerpo entero de Nain como poner un pañuelo encima de un lápiz.
Como toque final y por tradiciones sureñas fue el propio padre de Nain quien le puso sus zapatos, tanto hijo como padre parecieron conmovidos por la tradición y los sirvientes tuvieron que pedirle a su señor que no llorara.
— Mi señor, ya es casi la hora —la mayordomo Kiara Bell apareció dando anuncio al inicio de su ceremonia de matrimonio.
La madre omega de Nain apareció portando una copa de oro en sus manos, se la entregó a su hijo tal y como la tradición dictaba, los sirvientes levantaron el velo de Nain y éste tomó la copa, su velo cayó nuevamente, ahora todo estaba listo, los sirvientes presentes se inclinaron y los padres se pararon detrás de su hijo, Nain observando brevemente el contenido de la copa era agua pero no un agua normal, era el rocío que se había recogido esa mañana de árboles específicos, todo era tan ceremonial que le estaba dando dolor de cabeza.
No sentía arrepentimiento alguno pero en el fondo tampoco estaba emocionado, era la ceremonia matrimonial que estuvo esperando toda su vida, era su deber y su obligación, su camino hacía el poder e influencia, pero aún así fue la primera vez que entendió a su hermano mayor, su querido hermano omega quién había escapado para casarse con alguien a quien amaba, le parecía tonto hasta ahora pero talvez no fue tan tonto, después de todo su hermano sería o era feliz y él no estaba seguro, era su deber pero en el fondo de su corazón deseó poder algún día amar y quizás sentir algo así como la felicidad romántica, pero eran pensamientos tontos, su realidad era otra y lo aceptaba, Aleyna era la mejor opción que había encontrado y prefería casarse con ella a tener que sacrificar su mundo por algo tan efímero como el amor.