TE ENCONTRARÉ Y TE AMARÉ
Las paredes de la habitación de su futuro cachorro fueron pintadas de color granate, sea del género que sea era el color de la familia Regnsne, sobre la pintura figuras de animales fueron dibujadas y luego pintadas.
- ¿Y si colocamos estrellas en el techo? -Aleyna aún sosteniendo un pincel miró el techo de la habitación de su bebé.
Imaginó un cielo estrellado que brillara con un poco de luz, tal vez así pueda traer el cielo para su hijo, más animada junto a sus sirvientes y Nain empezaron la misión.
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Nain tenia una rutina todas las mañanas, antes de arreglarse se miraba en el espejo de cuerpo completo que tenia, observaba los cambios en su cuerpo y sobre todo en su pequeño abultado vientre, acariciaba la zona y trataba de sentir algún cambio y también el primer movimiento, alguna patada, un puño o que su bebé se acomodara en su vientre, era inexplicable pero era muy feliz cuando hacía eso, esperando algún movimiento, imaginando que estaría haciendo ahí adentro o cual seria su apariencia, si solo tal vez heredaria su cabello o el peculiar color de sus iris.
Estaba esperando conocerlo, cada noche junto a Aleyna miraban la luna, contaban las lunas llenas que faltaban para que finalmente pudieran conocer a su cachorro que amaban incluso si aún no lo conocían.
- No te moverás hoy tampoco -ya debería ser hora pero su cachorro había decidido ser un poco tardón.
Con ambas manos acarició su vientre en busca de cualquier problema inexistente, quería que todo salga perfecto, él y su lobo interno deseaban que todo fuera perfecto.
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- ¿Qué es eso?
- ¡Es una mariposa!
- ¿Segura?
- ¡Qué si lo es!
- ¿Y por qué su torso es más grande que sus alas?
- ¡Estoy practicando!
Aleyna ya muy avergonzada ocultó la tela de cortina donde estaba practicando como bordar, su esposo disfrutaba burlarse de ella ¿Lo peor? Se salía con la suya sin que ella pudiera decir algo.
- No deberías preocuparte tanto, estoy seguro qué al cachorro no le importará
- En un futuro puede que nuestros nietos vean estas cortinas, no puedo arruinar mi reputación de esa manera
- Estás pensando demasiado hacía el futuro
- Es mejor así, de todas formas todo lo que hacemos es registrado y nuestras posesiones serán guardadas para las futuras generaciones, no quiero quedar como la Marquesa que bordó una mariposa deforme
- Déjame ayudarte entonces
- No, debes descansar
- No soy frágil
- Es por el cachorro
Aleyna siempre ganaba las discusiones con esa última frase, no podía debatir ni nada por el estilo, así que solo asentía y se iba a recostar a algún sofá, mecedora o su cama, era tedioso pero por su bebé lo soportaría, quería disfrutar cada momento de su embarazo ya que sería el único.
- Pero hoy estoy aburrido -murmuró tratando de que solo ella lo escuche.
- ¿Quieres hacer un poco de ejercicio?
- ¿Ejercicio? ¿No lo habías prohibido para mi?
- Bueno, no me refiero a "ese" tipo de ejercicio
Nain dejó de respirar, su esposa no lo había tocado desde que se enteraron que estaba en embarazado, ella le explicó que quería cuidarlo incluso de ella misma, ya que su alfa interno estaba muy lujurioso al tener a su omega embarazado y era muy probable que no se controle al momento del sexo, así que para evitar cualquier tipo de daño Aleyna se dejó en abstinencia hasta cuatro años después de que naciera su bebé, Nain lo veía exagerado pero después de que ella le explicó que quería evitar cualquier incidente solo por si acaso lo entendió, no quisiera quedar embarazado de nuevo aún cuando su bebé es pequeño y tener que tomar la difícil decisión de sí abortar o quedarse con ese ser, era mejor evitar cualquier problema.
Sin embargo, Aleyna le estaba sugiriendo que tuvieran sexo, eso estaba totalmente fuera de sus planes pero ¿Acaso podía negarse? Él también tenía sus propios deseos y siendo honesto consigo mismo y su omega interno, deseaban volver a ser tocados por ella.
- Llamaré a los músicos
- ¿Qué?
- Llamaré a los músicos, no podemos bailar sin música -su esposa lo observaba como si fuera algo obvio- Iré a cambiarme de ropa, tu deberías hacer lo mismo
- ¿Qué?
- Ponte algo ligero y cómodo, bailaremos vals lentos pero te aseguro que serán un buen ejercicio -con una encantadora sonrisa ella salió de la habitación después de decir esas palabras.
Nain y los pocos sirvientes que estaban pegados a las paredes tenían un sonrojo visible, todos sabían que habían mal interpretado las palabras de la Marquesa, que vergüenza.
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Nain había bailado muchos vals a lo largo de su vida desde que era pequeño, había entrado arduamente perfeccionando cada baile así que fue una total experiencia tener que modificar esos bailes perfectos para hacerlos extremadamente lentos.
Sin embargo, no se sentía ridículo ni nada parecido, no, de hecho estaba conociendo una nueva sensación, un nuevo sentimiento, solo tenía que alzar un poco su mirada y ahí estaba su esposa sonriendo y mirándolo como si fuera el omega más hermoso del Imperio, del continente y de todos los continentes, del mundo entero, así se sentía, en cada paso, en cada vuelta, la forma en como Aleyna lo sostenía se sentía como si ella bailara con una estatua de vidrio y él se sentía frágil, un tesoro que estaba siendo protegido por manos gentiles y cálidas, era inexplicable, pero solo bastó que su mirada conectara con la de su esposa para desear que el tiempo se detuviera ahí mismo, nunca, nunca en su vida se había sentido tan frágil, protegido y más bonito como en ese momento, en el reflejo de los ojos de esa mujer se sentía así, era algo magnífico y nada superaría ese sentimiento.
- Aleyna
- ¿Si?
- Te quiero -fueron palabras sinceras, sencillas pero suficientes para expresar lo que sentía en ese momento- Te quiero, gracias po-