Extra

REDENCIÓN

Los secretos no siempre son malos, más aún si con ellos te proteges a ti mismo sin lastimar a otros.

Hace mucho tiempo, mucho antes de Madara Uchiha, existían cinco organizaciones que regían con puño de hierro el bajo mundo, Suna, Iwa, Kumo, Kiri y Konoha, estas entidades controlaban lo que entonces era llamado el inframundo, sin embargo, estas organizaciones fueron destruidas por los Jinchuriki, asesinos que se metieron con tecnología avanzada incomprendida, un sobreviviente de Konoha fue quién junto ha un grupo de personas puso fin a los Jinchuriki y se ganó su título de colmillo blanco, esta persona fue la que armó las bases para que haya leyes en el bajo mundo, leyes que serían para todos.

El clan Aburame se alzó gracias a la sangre derramada de las víctimas del colmillo blanco, quién les otorgó toda su influencia y luego desapareció, muchos dicen que murió pero otros aseguran que aún está al acecho, esperando su momento para volver a reformar el bajo mundo.

Sin embargo, lo que nadie sabía era que el colmillo blanco en realidad se había retirado, encontró a una omega que amaba y decidió dejar su pasado atrás por el futuro de su pequeña familia, sin embargo, cuando perdió a su amada también se perdió así mismo, falleció poco después de que su hijo ingresara a la escuela primaria. Él líder Aburame de ese entonces tomó al niño que dejó bajo su cuidado y lo colocó en una familia de civiles comunes que cuidarian de él, en su última voluntad, ordenó que todos se olvidaran de ese niño, por lo tanto todo registro sobre él fue eliminado.

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- Este es el objetivo, esta invalido y es un pez herido, será fácil

Yuta Aburame observó el objetivo que su sirviente le mostraba, la fotografía del que fue "el Sellador" estaba en esa tablet que sostenía su subordinado.

- Capturenlo -ordenó- Al parecer lo cuida un policía especial retirado, matenlo sin dejar evidencia

- Si, señor

El Sellador era un buen objetivo, Yuta estaba satisfecho, era un buen comienzo para ganar la competencia.

- El Sellador, que triste final para alguien así -se burló.

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- No, esta pieza va allí, no puede estar con las azules -regañó Kakashi con cariño a su esposo que armaba un rompe cabezas.

- ¿Azul? ¿Qué es azul? -Iruka miraba confundido una pieza verde de césped que sostenía.

La mente de su esposo empeoraba con el pasar de los días, olvidaba palabras, colores o cosas básicas como sostener algo, la culpa solo aumentaba cuando Kakashi pensaba en como estarían viviendo si no hubiera sido un maldito infeliz, si nada de aquello hubiera pasado estaría en casa disfrutando de su retiro con su omega, ambos irían de viaje o exigirian nietos para mimar, estarían juntos, disfrutando de envejecer al lado del otro.

- Ya lo hablamos, el azul es lo que va en el cielo del paisaje, mira la caja -le mostró el paisaje que mostraba la caja del rompe cabezas.

- Oh, un cielo -asintió Iruka volviendo a escoger solo piezas azules que trataba de encajar con otras que ya había elegido.

- Debería buscar algo más fac-

Sin pensarlo mucho se lanzó hacia su esposo tirandolo al suelo, disparos inmediatamente destruyeron los cristales de las ventanas de su sala, ser un policía especial por tantos años le habían dejado instintos que aún en su retiro estaban activos, mientras seguía escuchando disparos escuchó como alguien ingresaba a su casa derribando su puerta, temeroso arrastró a su esposo hasta detrás del sofá que estaba junto a la pared y ahí esperó, necesitaba solo cinco segundos para correr y tomar el arma que estaba junto al florero en el estante al otro lado de la sala.

- Mi rompe cabezas -Iruka miraba temeroso a la persona que lo cuidaba- Quiero mi... Mi... -había olvidado que buscaba- No ¿Qué? ¿Jugamos al escondite?

- Si -murmuró Kakashi tapando la boca de su esposo, escuchaba pasos aproximándose hacia ellos.

- Toc toc -una voz profunda resonó en su pequeña sala- ¿Quién es? Ha si, el Sellador -lo escuchó cargar algo- ¡Bu!

Y luego solo pensó en abrazar a su esposo, protegiéndolo con su cuerpo, esperando poder sobrevivir.

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Yuta observaba desinteresado el nuevo diamante en su posesión, Iruka Umino, el Sellador, su sucesor en este momento era su enemigo, sería divertido ver la cara de ese imbécil cuando se de cuenta que su maestro había sido capturado y había sido tan sencillo, solo tuvo que quemar una casucha.

- Llevenlo con Pedro Ortega, que lo mantenga vivo para el día de mi victoria

- ¡Si, señor!

- ¿Y él alfa?

- No sobrevivió, para este momento no debe ser más que carbón

- ¿Se aseguraron de matarlo?

- Si.

- Buen trabajo

Yuta orgulloso de su logro más grande en tan poco tiempo pidió una cena con su padre, iba a jactarse de su ganancia.

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- ¿Cómo estuvo la cena padre? Ordené qué pusieran especial atención a tus comidas

- Fue lo mismo de siempre, tienes buenos cocineros -desinteresado él patriarca Aburame miraba a su hijo- ¿Y? ¿Qué hiciste ahora?

- Tengo en mi poder diamantes exquisitos, sobre todo uno, debes recordar haber conocido al Sellador, el antecesor del actual

- ¿Qué?

- Iruka es su nombre real, fue tan fácil capturarlo que me dio risa, lo que los Haruno dijeron sobre él es verdad, no es nada más que un cascarón vacío ahora

- ¿Y su alfa?

- Lo matamos, descuida, la policía especial tiene mejores cosas que hacer que preocuparse de un jubilado, sobre todo ahora que por primera vez tienen desertores

- Yuta, estoy muy, pero muy decepcionado de ti, otra vez -Shibi suspiró agotado y tomó el arma que descansaba junto a su plato- Tu madre fue igual de inútil -apuntó a su hijo- Esperaba más, que usaras un poco tu cerebro pero siempre me decepcionas ¿Bueno? ¿Qué esperaba de alguien de baja cuna? -sin titubear disparó.