Este capitulo iniciara ha ser narrado horas antes del capitulo anterior.
DISFRUTENLO.
Abby.
—. Es algo normal que el reaccionara así, no todos los días tu jefa te dice que quedaras a cargo.
—. Tienes razón. Pero tampoco era para que llamara a su novia y le contara todo casi en mi cara. El es muy entusiasta y siempre esta sonriendo.
Dice Rubí, me esta contando que ya le dio la noticia a su secretario que ella iba a viajar a Australia y que lo dejara a cargo de la empresa a él, estamos en mi departamento y Rubí con Alex decidieron venir a visitarme antes de irse, lo cual agradezco ya que quería algo de compañía. A veces la soledad no me agrada en nada.
Josy no pudo venir porque fue a hacer un a visita a su padre, el cual le pidió que lo fuera a ver por esa razón Josy se fue mas temprano hoy del hospital y no pudo venir a mi departamento, el cual tiene cosas esparcidas por todo el, mi departamento es limpio, pero siempre hay ropa, libros tirados por cualquier lugar. Mi madre dice que es un limpio desorden.
Por lo visto a Rubí no le agrada mucho la novia de su secretario, aunque ella no acepte que le gusta, es obvio que, si lo hace y quien no, si el chico esta salido de una revista de modelo, Rubí me ha mostrado fotos de él, y el hico es muy guapo alto moreno cabello color chocolate y ojos negros que solo lo hacen ver muy profundo. A mí también me gustaría si no estuviera coladita por un hombre de ojos color plata.
—. ¿Por qué no admites que te gusta?
Le pregunto mientras ladeo la cabeza. Ella suelta un suspiro agotada.
—. Si hago eso, la línea que separa la atracción por algo más se partiría. Estoy bien así.
Hago una mueca ante su respuesta me siento en el sofá a su lado y tomo su mano. La observo preocupa.
—. Ru, te estas lastimando y cada vez que lo ves, lo cual es todo los días, verlo con su novia o actuando como si no importaran tus sentimientos.
—. Esta vez Abby tiene razón. —. Dice Alex. La veo ofendida ella sonríe divina. —. No, pero en serio, ella tiene razón. Te estas lastimando, tus sentimientos importan Rubí y entiendo, él tiene novia y no le puedes decir que te gusta simplemente, en mi opinión y mi consejo es que lo despidas.
La vemos horrorizada ante tal cosa. Vale, es cierto que le gusta a Rubí, pero no es para que lo despida y lo deje sin trabajo según ha dicho Rubí el chico hace muy bien su trabajo. Y no es porque tenga preferencia, Rubí en ese ámbito es muy imparcial.
—. No hare tal cosa, Alex. —. Dice Rubí escandalizada ante la proposición de Alex. —. No puedo despedirlo por un capricho mío.
Hago una mueca ante su respuesta y Alex no encoje de hombros.
—. Bien, ya les he dicho que no soy muy buena dando consejos. Josy es mejor en este ámbito.
—. Si, pero, somos tus amigas y puedes decir lo que quieras, ¿Vale? Yo también, a veces doy consejos que no sirven es nada.
Le digo a Alex, no quiero que se sienta mal en eso. Ella sonríe dando a entender que todo esta bien.
—. Abby esta en lo correcto, y con respecto a tu consejo, Alex no lo voy a hacer. Les recuerdo que tengo un viaje a Australia dentro de poco tiempo y ese viaje me ayudara, serán tres años los que estaré ahí, eso me ayudara estar lejos de él.
Suspiro resignada.
—. Seguro te hará bien. ¿Quieren hamburguesa?
Pregunto cambiando de tema, cuando menciono la palabra hamburguesa los ojos de Rubí relucen como dos diamantes esmeraldas expuestos al sol. Ella asiente frenéticamente con una sonrisa y Alex salta en el sofá asiendo sus manos puños como una niña celebrando una victoria, sonrío divertida.
—. Jamás en mi vida rechazaría una hamburguesa.
—. Nunca en mi vida.
Sonrió confundida mientas tomo mi teléfono para ordenar por línea las hamburguesas.
—. ¿Por qué les gustan tanto las hamburguesas?
Las dos responden al unísono con entusiasmo.
—. Las hamburguesas son las mejores.
Media hora después las tres estamos en mi pequeña sala mientras comemos y vemos una película cualquiera. Y Rubí nos esta explicando que es lo que hará el tiempo que vaya al país de sus padres.
—. Quieren una casa de verano, bueno no una casa, más bien una mansión a la orilla de la playa. Pero algo sofisticado y sutil a la vez. Eso fue lo que me dijeron mis padres.
—. ¿Y si a ellos les gusta la mansión se harán socios?
Pregunto tratando de entender. Rubí traga bocado y le da un sorbo a su Coca-Cola le doy una mordida a mi hamburguesa.
—. Correcto, si a ellos les gusta serán mis socios y así es como mi empresa subirá de nivel, con el apoyo de ellos como mis socios. Ellos son unos empresarios sumamente millonarios, incluso mas que mis padres.
Asiento, el padre de Rubí es un exitoso empresario australiano, pero con un temperamento fuerte y que su madre es todo lo contrario ya que ella es mas tranquila. No los conozco personalmente, pero Rubí habla un poco sobre ellos. No tienen una mala relación, pero tampoco es tan estrecha.
—. Te ira muy bien, solo debes hacer tu trabajo de la mejor manera, como siempre lo haces.
Ella asiente con una sonrisa.
—. Te debo admitir que estoy un poco nerviosa. Pero sé que lo hare bien.
—. ¿Cuánto tiempo te tardaras? —. Pregunta Alex mientras hace del envoltorio de la hamburguesa una pelota de papel.
—. Un año y medio tal vez, y luego me quedare un año más, para sacar un curso y mejorar mi precisión. Como máximo creo que tres años.
—. Es mucho tiempo. Esteremos mucho tiempo sin verte. —. Apunta Alex.
—. Si, pero siempre hablaremos, el internet nos ayudara en eso.
—. Tienes razón. Te hablare todas las noches.
Le respondo ella me mira divertida.
—¿Todas las noches?