Oscura Obsesión

Capítulo 10

Dekeam

Jay me regalo una baraja hace unas horas, he jugado solitario, veintiuno y también póker en este último reparto cartas para dos jugadores y juego contra mí misma, por ahora es más divertido que el yoyo. Ahora se me ocurrió un nuevo juego, lo llamo adivina la carta, revuelvo las cartas y voy sacando una a una de la baraja sin voltearla, en voz alta digo la carta que creo que es, si acierto las aparto, quiero saber al final cuantas cartas soy capaz de adivinar y así voy batiendo mi propio récord un juego tras otro.

Jay entra con el almuerzo a mi habitación, la deja en una pequeña mesa que me llevó ese mismo día para que no coma en el suelo, también trajo dos sillas para ambos, deja la comida en la mesa, me ayuda con la silla para que pueda sentarme.
Jay sirve los dos platos de comida, pone uno frente a mí y toma el otro.

— Faltan tres días para navidad ¿Qué quieres de obsequio?

— ¿Qué tal mi libertad?

Jay golpea la mesa con rabia.

— Sabes que no me gusta que digas esas cosas. — Dice muy molesto gritando.

Odio que me hable así, me levanto de la mesa muy molesta y me recuesto en la cama dándole la espalda.

— Vuelve aquí. — Me ordena.

— Púdrete Jay.

Escucho como un vaso de plástico se estrella en la pared, al escuchar el sonido me levanto muy asustada, Jay toma otra el otro vaso, está a punto de tirarlo, pero lo detengo, tomo su brazo y quito el vaso de su mano.

— Ya basta. — Le ordeno.

El me mira a los ojos, veo rabia en ellos, poco a poco va suavizando su mirada, mientras yo continúo mirándolo con temor.

— Jamás digas esas cosas, nunca te irás de mi lado. — Me toma por los hombros. — Ahora regresa a comer.

— Ya no tengo hambre.

Me siento en el suelo un poco alejada del líquido derramado para recoger el vaso roto, pienso por un minuto en quedarme con una de las partes filosas, pero son demasiado grandes como para que no pueda notar que falta alguna, así que, deshecho el plan, pongo todo lo que recogí sobre la mesa y me encierro en el baño, aunque la perilla no tiene seguro, así que Jay puede abrirla cuando quiera. Me siento en el suelo de la ducha derramando algunas lágrimas, no sé si son por miedo, por enojo o porque me siento indefensa, creo que es por las tres cosas en conjunto. Escucho que Jay sale de la habitación, al poco tiempo vuelve, escucho que mueve de lugar un par de cosas, creo que está limpiando el fresco que derramó en el suelo. Toca la puerta del baño de una manera relajada, da solamente tres toques y se detiene.

— ¿Podrías salir de allí? Quiero hablar contigo.

Si no salgo podría enojarse más, pero soy demasiado obstinada, vamos Dekeam levántate antes de que entre por ti, levántate antes de que se enoje más.

— ¿Dekeam? — Toca de nuevo la puerta, esta vez mas fuerte.

— Ahora salgo.

Limpio las lágrimas de mi rostro con mis manos, al ponerme de pie me doy cuenta de que mis piernas tiemblan, ni siquiera puedo sentirlas, al abrir la puerta Jay está del otro lado, luce ya más calcado, el suelo está limpio, aunque aún no se ha secado del todo. La mesa sigue allí con la comida intacta tal y como lo dejamos.

— ¿Estabas llorando? — El tono en su voz denota preocupación.

— ¿Es tan obvio?

Jay me abraza muy fuertemente, yo solo estoy allí parada sin hacer nada, intento apartarlo empujándolo con poca fuerza hacia atrás, pero él no hace más que seguir abrazándome con más fuerza.

— ¿Sabes por qué te traje aquí?

— ¿Que si sé por qué me secuestraste? No, no lo sé.

— Todo el tiempo que te observe solo aparentabas ser feliz, sonreías, pero por dentro sufrías, tu familia, tus amigos, todos son pura apariencia. — Por fin deja de abrazarme. — Siempre volvías de la universidad en cada oportunidad que tenías con la esperanza de poder ver a tu familia y ellos siempre estaban demasiado ocupados para verte, incluso tu hermano quien prefería ir de viaje con sus amigos que verte. Tu mejor amigo, Ian, quien no era más tu mejor amigo, se alejó de ti y te ignoró incluso viviendo en el mismo apartamento que tú, el amigo que te mintió sobre ir a un campamento, pero realmente iba a un viaje con amigos a los que tu no les caes bien.

— Eso no es verdad. — Doy un par de pasos hacia atrás. — Nada de lo que dices es verdad. — Derramo un par de lágrimas. — Mis padres trabajan demasiado, yo comprendo eso, Jasper estudia demasiado, merece vacaciones con amigos y no lo culpo por no tener tiempo para mí, en cuanto a Ian, el jamás me haría eso, él es honesto conmigo.

— ¿Realmente lo es? ¿De verdad?

—Él hablaba mucho sobre ese campamento.

— Se fue con amigos a acampar y luego a un festival ¿Quieres saber los nombres de sus amigos? Jena, Heather, Carly, Peter, Darwin y Klein ¿Te suenan conocidos?

— Tres de ellos estudiaban con nosotros, siempre me trataron mal en la escuela.

— Por ellos no quiso ir contigo a Cancún y tuviste que cancelar tus planes, te quedaste en casa todo el verano sola, sin familia ni amigos.



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En el texto hay: misterio, secuestro, acosador

Editado: 09.04.2023

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