(también conocido como: cómo terminé con un supuesto novio que ni me saludaba en clase)
Mira, te voy a explicar esto rápido porque tengo apenas unos minutos antes de que llegue mi madre con su mirada de "¿por qué diablos tu cara está en los memes del colegio?"
Todo empezó con un baño.
Sí. Un baño.
Yo solo quería hacer pipí, ¿ok? Nada más. Ni amor, ni drama, ni trauma.
Pero NO. La vida dijo: "Vamos a joderle la existencia a Lina hoy".
Entré a una habitación vacía en una fiesta, usé el baño, salí... y ¡bam! Me encuentro con un chico sin camisa besuqueándose con una chica que tenía más lencería que ropa. Casi me da un infarto, pero el verdadero infarto vino cuando vi quién era el chico.
Boris.
Mi compañero de biología. El que no habla con nadie, que parece un ninja tímido con promedio de 9.9 y alma de planta en el aula.
Y de pronto, es el protagonista de un videoclip de reguetón versión "Censurado por la PG-13".
Y entonces... bueno, la otra chica me preguntó si yo era su novia.
¿Y qué hice yo?
Dije que sí.
No me preguntes por qué. Tal vez el alcohol en el ambiente. Tal vez el miedo. Tal vez una descarga de estupidez espontánea.
La cuestión es que, al otro día, TODO el colegio pensaba que yo había perdonado una infidelidad, que llevábamos meses juntos en secreto, que habíamos hecho cosas prohibidas en el laboratorio de química (¿¡QUÉ!?), y que Boris era... un "osito salvaje" (no me preguntes, aún no entiendo ese apodo).
Y ahora estoy aquí, fingiendo que tengo novio, planeando con él una estrategia de relaciones públicas para no morir de vergüenza y, de paso, descubriendo que el chico que no decía ni hola... tiene una sonrisa que puede causar problemas cardíacos.
¿Ves lo que te digo?
Todo empezó con un baño.
Y ahora tengo un novio falso, un escándalo escolar, y un grupo de fans que me shippea en secreto con él bajo el hashtag #Liris.
Ayuda.
Fima: Lina,
la osita de felpa oficial de este caos.