Todos los invitados estaban confundidos. Algunos, inmediatamente, miraron hacia donde se encontraba la pequeña familia. Estos, especialmente Victoria, estaban preocupados. Emiliana estaba que casi encendía en rabia, «¿y a esta quién la invitó? ¿Qué hace aquí?»
—Vete de aquí, nadie te invitó. —Le dijo Emiliana, acercándose un poco hacia donde estaba y Ariana solo negó mientas hacía pucheros. Se veía tan ridícula, pero ya nada le importaba.
—Qué lástima, pequeña, yo que venía a darte el mejor de los regalos, y claro, el más importante. —Se rio a carcajada limpia y macabra, casi así que los invitados comenzaron a incomodarse y querer irse, era evidente que la fiesta se había arruinado.
—Ariana, solo vete, no hagas algo de lo que te puedas arrepentir —quiso intervenir Pablo, confundiendo a su acompañante Lottie con quien había entablado una animada conversación—. Solo...
—¡Cállate! —Eso sobresaltó a todos, ahora se entendía mucho menos la situación—. Querida Emiliana. —Se acercó a la chica y esta retrocedió con temor, incluso Victoria entró en alerta y se puso tras ella—. Yo solo vine a hacerte un favor, no creo que sea malo el que yo esté aquí, para decirte la verdad.
—¿Verdad, qué verdad? —Victoria entró en pánico terrible cuando Emiliana mostró interés. ¿Acaso sabía de la mentira? ¿Cómo se había enterado? ¡No podía ser!
—Ninguna, lárgate —intervino Harold, tomándola del brazo e intentando llevarla afuera.
—Oh, no, no. —Ariana estaba más cínica que nada en ese momento, cualquiera que la viera diría que estaba frente a una psicópata obsesiva, en verdad daba miedo—. Harold, esa niña no puede seguir engañada, creyendo que tú eres su verdadero padre cuando no es así.
Escupió gustosa aquellas palabras. Victoria cerró los ojos, sintiendo un clic en el pecho, como cuando tu corazón se rompe, se despedaza en mil piezas. Quería llorar, esa mujer había arruinado todo. Harold, por instinto, miró a Emiliana. Ella tenía el ceño fruncido, ¿qué rayos había dicho?
—¿Mamá, de qué está hablando? —Victoria, del temor a su reacción, no pudo mirarla a la cara, ya estaba con los ojos cristalizados—. ¿Por qué dice eso? Mamá, responde. —Emiliana ya comenzaba a dudar, su madre le estaba evadiendo, quizás era porque era verdad lo que Ariana decía, sus ojos picaban de pronto.
—Es verdad, pequeña —repitió Ariana—. Harold no es tu padre, tu madre te ha mentido toda tu vida, ni siquiera ha de saber quién es, seguro.
¿Qué nadie podía hacerla callar? Dudaba Lottie, pero incluso ella estaba en shock para impedirlo. Eva estaba siendo retenida por Aarón, pues estaba entrando en rabia, quería golpear a Ariana.
—Emiliana, yo...
—¡No! —lo interrumpió Emiliana, ya hiperventilando alterada por lo que acababa de confirmar con solo ver a su madre. No necesitaba decirle ya nada, pues el solo hecho de estar llorando le daba a saber que no mentía. Y es que Victoria ya no podía más, todo el día había estado mal, sintiéndose incómoda y preocupada, que simplemente el momento ya no la dejó hacer más que liberar su pesar y no hacer nada para impedirlo.
—Hija, necesitamos hablar. —Harold trató de acercarse a la chica, mas ella retrocedió, levantando las manos en señal de que no lo quería a más cerca de eso.
—No me toques, no quiero, solo quiero volver a casa. —Miró a su madre de nuevo—. Quiero volver a mi casa, quiero irme de aquí.
Justo después de eso, se dio la vuelta y corrió escalera arriba hacia su habitación. Harold no podía con la tristeza, pero lo que más le inundó segundos después fue la rabia. Se dio la vuelta hacia Ariana y la miró como si quisiera matarla.
—No sé qué demonios pretendías ganar con esto —le dijo, apuntándola con el dedo. A ella aún no le importaba, seguía sonriendo más, celebrando haber ganado. Había logrado lo que quería, Victoria y Emiliana se irían de esa casa—. Ariana, te despedí por tu manera de comportarte, ¿y sabes? Ahora, en definitiva, lo que te has ganado es mi odio.
Se giró nuevamente, dispuesto a ir tras Emiliana y lograr hablar con ella. A Ariana no le gustaron sus palabras. ¡Le dijo que la odiaba! Eso no era lo que quería, eso no estaba en sus planes. Ahora estaba arrepentida de no haber escuchado a Pablo.
—¡Eva, no! —gritó Aarón cuando su novia logró zafarse de su agarre y se aproximó a Ariana. Fue inevitable que Eva hiciera lo siguiente: tomó por el cabello a la chica y la llevó al suelo.
—¡Maldita perra, maldita perra, maldita perra! —gritaba mientras trataba de golpearle y arañarle el rostro. Sí que la había llenado de coraje—. ¡Eres la peor persona de todas! ¡Acabas de destruir una hermosa familia! ¡Voy a dejarte pelona!
Lottie se sorprendió bastante y quiso soltarse a reír, incluso le entró la pica de querer sacar su teléfono y grabarlo todo para verlo después, pero solo intentó ayudar a Aarón a separarlas. En eso, Victoria logró salir de su shock emocional y se acercó a ellas. Lottie, Pablo y Aarón lograron zafarlas, Eva era retenida nuevamente por Aarón y Ariana estaba llorando siendo protegida por Pablo mientras Lottie estaba en medio de ambas. A Victoria no le importó ya nada. Miró a Ariana y suspiró.
—¿Qué ganaste? —le preguntó. Ariana se limpiaba sus lágrimas y la miraba con rabia. Algunos invitados creyeron prudente salir de allí y así estaba quedando solo el lugar. Cosa que Victoria agradecía—. Niña, tú no sabes por todo lo que he tenido que pasar, y juro que no te lo deseo ni a ti. Quizás Emiliana no sea su hija, pero estaba manteniendo una ilusión que yo misma le creé para que ella no sufriera como yo lo he hecho. —Limpió con rabia unas pocas lágrimas y de nuevo suspiró, acercándose aún más a ella —. ¿Qué fue lo que provocaste? Justo lo que no tenías planeado, ¿verdad?
Ariana hervía en rabia, pero más lloraba de tristeza porque se había ganado el odio de quien planeaba que la amara, qué ingenua había sido al creer que lograría hacerlo.
—Ariana —Victoria siguió hablando—. Tal vez no te importe realmente esto, pero, si te pusieras en mis zapatos un momento, sabrías que lo que hiciste es lo más cruel de toda tu vida, y que realmente no valía la pena venir aquí a decir nada.