Camill Walker
Decidí esta vez viajar en avión, ya que es más rápido y menos agotador, ya no tengo necesidad de esconderme, al fin podre abrazar a mi madre.
Sé por mi hermana que Paolo y toda la familia están al tanto de la situación y en especial del motivo de la bruja en querer llevarse a mi hijo y la manera en como lo trato, también la amenaza que me hizo por mensajes.
No sé cómo procederán, pero deseo que las cosas mejoren no quiero vivir con miedo e incertidumbres.
Tomamos asientos y esperamos que todos los pasajeros ocupen su puesto.
Steven está ansioso por llegar y no lo culpo, también extraños a mis padres y sobrinos.
Desde que la familia empezó a crecer no han parado, la única que parece no querer tener más bebes por el momento es mi cuñada Blue, ella y Liam solo tienen al hermoso Caleb.
Pero Logan e Isa tienen dos, Lissette y el doctor tienen uno aunque casi dso si la adopcion sale bien, Samy tiene tres. Abril y Luke tienen cuatro varones, en fin muchos niños de los cuales ocuparse.
Siempre anhele tener varios hijos, Steven llego de improvisto, pero me enseñó que si tengo madera para dar amor a un ser que nazca o no de mí, por lo cual no descarto esa posibilidad en algún momento de mi vida con un hombre que me ame.
Mis estándares no son altos, pero tiene que tener algunas especificaciones para que yo siquiera voltee a verlo.
1-Respetuoso y simpático.
2-Que le gusten los niños y sobre todo que ame a Steven.
3-Que su familia sea importante para él.
4-Que me trate como un igual.
5-Que sus ojos brillen de amor cuando me vea.
—Hola, me toca a tu lado ¿Puedo? —dice un guapo chico con una gran sonrisa asiento y este ocupa el espacio que le corresponde.
—Hola Campeón, ¿es tu primera vez volando? —se dirige a Steven, mi hijo lo mira unos segundos antes de negar.
—Oh, ya veo es que eres un niño muy valiente, pero yo no, tengo mucho miedo a volar —dice haciendo que Steven lo mire y luego a mí para comenzar a reír a carcajadas.
¡Es tan bello mi bebe!
— Eres grande — resuelve haciéndonos reír a ambos.
— Un placer mi nombre es Ernesto Cabral, soy odontólogo, pediatra —me ofrece su mano y lo miro embobada, la corriente que atraviesa la piel que hizo contacto con la suya jamás la había sentido.
— Camill Walker y este es mi pequeño tesoro Steven —su sonrisa es linda y sexi, me hace sentir mi estómago como un zoológico y me gusta.
Esta sensación es nueva pero extremadamente placentera.
Las próximas horas la pasamos hablando de nuestras vidas y lo que nos gusta hacer en nuestro tiempo libre.
Ernesto es soltero, tiene 25 años y lleva dos años trabajando en su propio consultorio en nueva York, no tiene hermanos, pero sus padres están vivos y son su motor, ambos son mayores, pues lo tuvieron ya grandes, él fue su regalo especial.
Le conté del origen de mi bebe cuando este dormía y lo difícil que lo he pasado con los acontecimientos recientes, hablar con él fue muy reconfortante y me sentí en confianza como si hablara con un amigo de años.
La conexión que se creó entre nosotros fue sumamente especial. Intercambiamos números y las redes sociales, para mantener el contacto a lo mejor llega hacer un buen amigo o algo más, solo el tiempo lo dirá. Cuando llegamos al aeropuerto él me ayudo con mis cosas hasta que cada uno tomo rumbos distintos.
Una vez el taxi había tomado carretera, me llego un mensaje que me subió a las nubes y me dejo flotando allí por varios minutos.
Fue todo un placer conocerte Camill Walker, si muero hoy moriré en paz por conocer tan bello ser humano, pero en caso de que siga vivo (eso espero) te invito a ir al parque los tres el sábado o si quieres ir a cenar conmigo el viernes, en fin como mejor se te acomode las dos ideas me flipan, espero llegues bien, hasta pronto mi preciosa Camill.
Casi muero de un infarto con tales palabras, un chico lindo y sexi, con el don de la palabra, odontólogo, ama los niños tanto como yo y para sí fuera poco entiende todo lo que he tenido que hacer por mi hijo sin juzgarme.
Creo que ni mandándolo hacer me encuentro otro igual.
El trayecto en el taxi es de unos 30 minutos, por lo que mi hijo vuelve a dormitar.
—Bebe, ya hemos llegado —desperté a mi hijo cuando el taxi se detuvo frente a la mansión Palacios.
—Muchas gracias, señor — expresé sacando mi maleta.
—A la orden —el chofer se alejó mientras la puerta se abría, dejando ver a Rudy quien me ayudo con la maleta y la bolsa de viaje.
—Mi niña, mi niño —grito tía Sabrina al verme, mi hijo corrió a los brazos de su abuela, feliz de verla después de 35 días alejados.
—Perdón, pero no podía dejar que algo le hiciera esas patas de escoba, no viste como lo trata cuando nadie está por suerte mi bebe graba la mayoría de las cosas —ella sonrió negando, pero sé que está preocupada.
—Camill entiende de una vez que Natalia te lo dejo a ti, es tuyo y eso ni un juez lo puede cambiar porque aunque en papeles diga que no lo es, está inscrito en un lugar más importante —dijo poniendo la mano en mi pecho, asentí con lágrimas en mis ojos.
…
Llegue a la mansión Walker unas horas más tarde, mis padres no dejaban de abrazarme y besarme, felices de saberme bien. Mi sobrina Oslin se ve radiante parloteando las cosas que hacen con su papá y las costantes peleas disimuladas que tienen sus padres, sus palabras fueron: No sé por qué pelean ahora y al rato se andan besuqueando.
Sin duda Oslin en fuera de serie, sus ideas, pensamientos y travesuras pueden ayudarte como también meterte en grandes enrollos.