Cloe Casillas James
Salgo del auto regalándole una mirada coqueta al chofer, el hombre sonríe negando, ya me conoce, pues me cuida desde pequeña.
—Regresaré en un par de horas pórtate bien —sonrió asintiendo y este se marcha.
Entro a la disco moviendo mi cuerpo al ritmo de la música, observo a todos lados buscando a mis amigos sin éxito, por lo que sigo buscando.
En cuestión de minutos me reúno con mis amigos y comenzamos a beber y bailar.
Amo muchísimo los fines de semana porque desde el viernes todo es fiesta, alcohol, sexo y reuniones con amigos.
Cerca de media noche estoy bailando con un sexi chico de lindos ojos y una sonrisa, no moja bragas, sino más bien quitas bragas, pues estoy ansiosa por sacarme la tanga roja y sentir ese paquete que ya sentí en mi trasero, pero ahora deseo conocerlo en primera persona.
—Soy Adiel, ¿Y tu muñeca? —pregunta con un sexi susurro en mi oído, me muerdo el labio y sonrió con descaro y mucha coquetería.
—Mi nombre es Cloe y no me gusta que eme llamen muñeca — expreso, pues, odio ese mote.
—Bueno, es tu culpa por parecer una, tengo dos hermanas y tenían alguna iguales a ti, jamás pensé estar en frente de una y poder hacer esto —me toma de la nuca y me robo un beso que me dejo sin aire.
Seguimos bailando pegadito y tomando alcohol como si fuera agua en el desierto y nuestra sed fuera sobre natural.
A mis amigos le cayó bien y llevábamos horas bailando, noté que tiene un guarda espaldas, asi que supongo que es algún niño rico como yo, aunque a mí me han dado libertad por no estar en el ojo público, incluso creo que la prensa ni sabe de mi existencia.
Mientras bailamos nos seguimos besando y metiendo mano hasta que ya nuestros cuerpos pedían a gritos ser tocados y complacidos, pero sin ropa.
—¿El tuyo o el mio? — pregunté y él sonrió.
—Estoy de paso asi que mi hotel está bastante cerca —comento Adiel y asiento mientras le sonrió y lo miro con deseo de hembra en celo.
Me despidió de mis amigos y me alejó con el chico de ojos bonitos y sonrisa quita bragas, sin duda será una noche interesante.
…
Narrador omnisciente
Adiel se despertó el domingo aun sintiendo los vestigios del placer con la rubia con rostro de muñeca, se habían pasado dos días follando como locos sin importarles saber nada del otro, se separaron el lunes sin darse números o forma de contactarse solamente el recuerdo de un buen fin de semana de sexo.
El lunes a primera hora Cloe fue despierta por su padre, el cual estaba sumamente enojado por su actuar, saber que su unica hija no le importara en absoluto nada, que no fuera fiesta, sexo y alcohol, lo estaban matando antes de tiempo.
—Ya debes madurar, eres una mujer de 22 años, ¡Cloe, escúchame! —grito lo último cansado de que lo ignore como si fuera una adolescente.
—Ya papá, la cabeza me está matando, no duermo desde el viernes —respondió esperando que eso fuera suficiente.
—¿Por qué no has dormido? —cuestiono ahora preocupado por el bienestar de su princesa.
—Conoció un semental masculino que me encerró todo el sábado y domingo, me follo como los dioses, te juro padre que es por mucho el mejor que ha pasado por mi cama, sin dudarlo repetirá y hasta incluso me lo quedaría—suspiro adolorida y complacida a partes iguales.
—Me alegro, ojalas puedas procurar una relación, ya estás grande y me gustaría conocer un nieto antes de morir —expreso a su hija, Cloe lo miro y no dijo nada para no matarle las ilusiones.
—Hoy tengo reunión con unos socios, por favor necesito que te levantes de la cama y hagas algo productivo —ella asintió, pero en cuanto salió apago la luz y se metió bajo las cobijas.
Víctor Casillas entro a la sala de juntas y saludo a Logan y Adiel Jones Brown, los chicos eran sus socios y se les miraba un gran futuro lleno de éxitos.
—Siempre es un placer verlos —ellos sonrieron y empezaron a charlar de negocios.
—Espero todo salga bien de ahora en adelante, yo estaré en la ciudad hasta el domingo, asi que cualquier cosa estamos a la orden — expreso Adiel despidiéndose.
—Víctor, mi padre me pidió que lo invite a jugar golf con nosotros mañana en la tarde asi convivimos un poco más, sabemos que usted se alejó mucho cuando su esposa partió —musita Logan y Adiel lo mira mal por mencionar a la difunta.
—Asi es mi hija era solamente una niña pequeña cuando ella enfermó y después de dos años luchando contra el cáncer la perdí, mi hija se puso rebelde y me tuve que dedicar a ella aunque nada ha servido, sigue indomable —expresa y Adiel sonríe haciendo que ambos hombres lo mirasen.
—Lo siento es que recordé que me dicen domador de Yeguas salvajes —expreso, sincero, sin imaginar que esa simple frase sería el inicio de muchas cosas desconocidas para él.
—Bueno, ya esta grande asi que mañana le esperamos —Víctor asintió y se volvió a despedir sin dejar de pensar en Adiel y lo poco qué sabia del chico.
Vaquero Millonario por su excelente trabajo con los animales, en especial con los sementales y la procreación de nuevas crías de excelente calidad, sabía que tenia valores y principios por quienes eran sus padres.
El señor Casillas se marchó con varias ideas en su cabeza que se hicieron más fuertes cuando entro a su casa y se enteró de que su hija seguía dormida.
Se fue a su despacho y empezó a formar su plan, su hija necesitaba un correctivo que la hiciera entender que si no ponía de su parte perdería todo porque él no pensaba dejarle su herencia para que la despilfarre en alcohol y salidas sin sentido.