Soy una patética chica pérdida, sentada a una orilla de la calle ,esperando a que alguno de sus familiares o conocidos se digne a contestar el maldito móvil para así le ayude a encontrar el bendito camino a casa.
¿Y cómo es qué acabé en esta embarazosa situación?
Pues en resumidas cuentas, abandoné rápidamente el departamento de Leo y para colmo me había vestido tan rápido y con tanto nerviosismo que hasta se me había olvidado el sostén y ahora mis dos amigas vagaban libres bajo mi ropa... Bueno, al menos ellas estaban felices, porque en lo que respectaba a mí me encontraba completamente mal.
En un momento así, desearía que Hunter continuara con su locura de espiarme para que pudiera ayudarme a por lo menos encontrar un paradero de buses o taxis, pero como yo era pésima con las indicaciones aún no lograba dar por mi cuenta con ninguno.
Se supone que los pueblos no son tan extensos ¿Por qué rayos éste sí lo es?
Miré la hora en mi teléfono y decidí continuar con mi desesperada búsqueda. El barrio en donde me encontraba era demasiado hermoso, demasiado elegante y la gente desde sus casas ya me echaba malas miradas por llevar tanto rato vagando en las calles, y sin embargo nadie se había atrevido a acercarse a preguntarme algo y yo mucho menos, ya que de por si, sus miradas decían que yo les era de poco agrado.
¿Ni siquiera un fantasmita que ande deambulando por ahí que me ayude? ¿Nada? Oh, bueno... Creo que instalaré una carpa de ramas por aquí para pasar la noche. Cielos, debería de tener internet en el móvil y además dinero. Mi billetera había desaparecido misteriosamente hacía algunos minutos, bueno, la verdad es que se la llevó un pequeño hombre que pasó riendo y corriendo a mi lado, pero el lado bueno era que al menos aún conservaba el celular, lo malo era que tenía una mugre de saldo.
¿Cómo es que en todo lo que llevo caminando no pillo ni siquiera un maldito café o un carrito de churros?
Espera, Derek ahora tiene celular, pero yo... ¡no tengo su número! Genial, ni siquiera Fei contesta a mis llamadas. Creo que mi única opción es volver al departamento con Adam, claro si es que consigo recordar cómo llegar a el.
¿Por qué cuando necesito a Hunter espiándome él no lo hace? Bueno, al menos sé que cumple su promesa.
Estúpido Hunter... Siempre metido de alguna manera en mi desquiciada cabeza, como si acaso no fuera poco la escenita que hace no mucho tuve con Adam y todo por decir su bendito nombre en el peor de los momentos. Y ahora que lo pienso no encuentro una explicación razonable y certera de por qué lo hice. ¿De quién es la culpa? No de Hunter, no de Adam, sí muy mía y sí demasiado de mi enorme y suelta bocota.
Mentalízate Abigail Paz, tienes una pareja que justamente en éste momento te necesita demasiado ya que ha pasado por una situación bastante delicada y que aunque seas una pésima consoladora, al menos por moral debes estar ahí para él. ¿Verdad?
¡Y a ese Hunter ya olvídalo! Que entiende que es algo imposible, que ya hablaron eso, ¡Que no va a pasar, MALDITA SEA!
Cielos... es muy fácil darme consejos, pero lo más difícil de todo es poder seguirlos.
ㅡ Disculpe... ㅡ Escuché que alguien tocía a mis espaldas, me giré y entonces vi a Arúna. ¡Gracias Dioses que escucharon mis suplicas!ㅡ Usted es la amiga de Fei, ¿no es así?
Asentí con la cabeza, totalmente esperanzada de que aquel sujeto podría serme de ayuda.
ㅡ Soy Abby, tú Arúna, te recuerdo.
Él sonrió luciendo un poco avergonzado.ㅡ Pues, ¿sabe, señorita? Pasaba por aquí visitando a unos amigos y creo que me perdí, ¿por casualidad tiene idea de dónde queda la calle Frott?
La desilusión me inundó y bajé la mirada al suelo por unos segundos.ㅡ La verdad es que yo igual estoy perdida.
ㅡ Oh, ya veo... Pero, tienes uno de esos aparatos, quizás puedas marcar al número de mi amigo y pedirle que venga a por nosotros ㅡ Arúna rebuscó en una especie de bolso que llevaba y luego me tendió un papel bastante arrugado y doblado.ㅡ Creo que este es el número.
Lo recibí y marqué lo indicado en el móvil, Arúna me observaba con atención en lo que yo esperaba a que respondieran la llamada, y apenas lo hicieron, le entregué el teléfono a él para que se comunicara con su amigo.
Le sonreí amablemente cuando me lo entregó de vuelta después de hablar.
ㅡ¿Qué te ha dicho? ㅡle pregunté.
ㅡVendrá enseguida, le he indicado donde estamos y dice que no tardará en llegar.
ㅡGenial.
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Hacia un rato que había llegado a casa, y ahora, estaba en mi cuarto, acurrucada sobre mi cama, haciendo una de mis cosas favoritas, que no hacia hace bastante tiempo: leer en Wattpad.
Todo había seguido normal luego de que llegué a casa. Durante la cena guardé silencio y apenas comí, pero nadie me dijo nada y eso lo agradecía.
Así que bueno, me encontrada echada sobre la cama leyendo "El Vampiro Sexon" por enésima vez, pero a diferencia de las otras veces ya no me causaban risa los dilemas de la protagonista de si amar o no amar al Vampirito este, o si acaso él debía alejarse o luchar por ella, hasta incluso creo que se me escapó una lágrima cuando leí el final en donde él, al perder el control acababa matándola y luego arrepentido intentaba suicidarse, pero como se regenerada con tanta facilidad terminaba lastimándose por la eternidad sin llegar nunca a morir realmente.