Miré con molestia a los pijamas en mi mueble. Todos eran tan sosos e increíblemente infantiles que seguramente Hunter acabaría burlándose de mí o aún peor, me acabaría viendo como una simple niña. Aunque, de cierta forma todavía lo soy.
ㅡAntes de que te cambies quiero ver tus heridas.
Di un pequeño salto por la sorpresa y me giré a ver a Hunter quien ahora se encontraba frente a mí. En sus manos portaba un pequeño botiquín que reconocí de inmediato, pues le pertenecía a mi padre.
ㅡEstoy bien, ya curarán luego... No tienes que hacer nadaㅡ regresé mi atención al mueble y tomé rápidamente el primer pijama que encontré, sin importar que fuera el más infantil de todos.
ㅡVoy a hacerlo igualmenteㅡ solté un gruñido de protesta al escucharlo decir eso.ㅡ Puedo detener el tiempo, curarte y ni cuenta te darás.
Abrí mis ojos ante la sorpresa que me habían producido sus palabras.ㅡEso es perturbador...
ㅡEntonces hazlo por las buenas y déjame ayudarte.
Gruñí otra vez, oficialmente me había transformado en el Grinch, únicamente me faltaba vestirme el pijama verde que todavía portaba en mis manos.
ㅡDe acuerdo...ㅡ acabé aceptando de mala gana.
Arremangué las mangas de mi suéter para dejar a la vista mis brazos. No estaba tan mal, ya no tenía ningún vendaje y las heridas se veía que estaban cicatrizando.
ㅡ¿Sólo en los brazos tienes heridas?ㅡ Preguntó Hunter acercándose hasta mí y acomodando las cosas necesarias para lo que planeaba hacerme.
ㅡPues sí, sólo es eso ㅡ respondí desviando la mirada, en lo que él tomaba mi brazo derecho.
ㅡ¿Estás segura?ㅡ Insistió.
ㅡBueno..., también tengo algunas heridas en las piernas, pero no es algo como para preocuparse ¡Ah! y también algunos hematomas en el trasero y en los muslos pe... ㅡevidentemente la sinceridad se me había pasado un pocoㅡ Pero seguro no quieres ver allí.
Reí bastante nerviosa, intentando quitarle seriedad al asunto, pero al echarle una repasada con la mirada a Hunter noté que seguía luciendo serio. Ahora que lo analizaba, me daba cuenta de que no le había visto sonreír demasiadas veces..., a excepción de cuando se burlaba de mí, eso es algo que se le da hacer bastante bien.
ㅡEl otro brazoㅡordenó.
No noté que ya había acabado de esparcir una crema en mi brazo derecho, su toque en mi era sumamente delicado, y era evidente que se estaba esforzando mucho porque fuera así.
ㅡ¿Cómo te has sentido?ㅡ preguntó él mientras esparcía con mucho cuidado un gel transparente por las heridas de mi brazo izquierdo.
ㅡHe estado bien... ㅡrespondí observando con atención como él me curabaㅡ ¿Y tú cómo has estado, Hunter?
Él mantuvo silencio y entendí perfectamente la indirecta, por lo que preferí no seguir hablándole y limitarme a esperar a que acabara de atender mis heridas.
Evité en todo momento hacer contacto visual con él. Además de por si el sólo hecho de tenerlo tan cerca me ponía demasiado nerviosa.
ㅡListoㅡ anunció Reynolds apartándose de mí y guardando las cosas que había utilizado dentro del botiquín.ㅡ Ve a cambiarte y luego a dormir.
ㅡNi que fuera una bebé... ㅡ comenté realmente no queriendo oírme enojada, pero no lo conseguí.
ㅡ¿Qué has dicho?
ㅡNada...
Con la cabeza gacha me dirigí hasta el baño para cambiarme ropa. No tenía ánimos para pelear con Hunter así que simplemente le haría caso, al menos esta vez.
Observándome al espejo me sentí ridícula con ese pijama verde, tenía el dibujo de un platillo volador estampado en el top. Cuando lo compré me había gustado mucho, pero para estar con Hunter sería bastante incomodo vestir así, con él no existía la misma confianza que con Derek. Con Derek me daba igual lucir cualquier cosa y bueno..., con Hunter todo siempre se me hacía algo complicado.
En primer lugar ¿qué hacía él aquí? ¿por qué no estaba Derek como los días anteriores? Nuestra amistad había crecido mucho en esos pocos días y realmente me sentiría muchísimo más cómoda estando con él.
Al regresar a mi cuarto él se acercó hasta a mí apenas me vio cruzar la puerta el baño por lo que me detuve, esperando que dejara de aproximarse.
ㅡ¿Te ocurre algo? ㅡsupuse que él lo había preguntado haciendo referencia a mi expresión, que seguro debía ser todo un poema.
ㅡHunter, dime por... ㅡtragué saliva, el hecho de que me estuviera observando con tanta atención no ayudaba en nada a reducir mi nerviosismoㅡ ¿Por qué has venido tú en lugar de Derek?
Hunter pareció molestarse ante mi pregunta y yo tuve la ligera de impresión de que eso eran celos, pero alejé rápidamente esa idea de mi cabeza.
Como ya me lo esperaba; él no respondió. Sin embargo a cambio hizo algo que me logró hacer estremecer. Me tomó por la barbilla y consiguió hacer que nuestras miradas se encontraran, inclinó levemente su rostro, acercándolo al mío y luego...