El viaje hasta Berlín era de casi diecinueve horas y afortunadamente sólo teníamos que hacer una parada en el aeropuerto de Madrid por dos horas y media. Al menos Derek había conseguido buenos boletos, de otro modo hubiera sido casi un día completo de viaje.
Mi primera vez en avión había sido genial. Quede sentada en el lado de la ventana y fui mirando a través de ella durante todo el viaje hasta que me quede dormida.
No. Mentira.
Al principio estaba todo bien e iba muy contenta y entusiasta, pero luego de improvisto me vinieron unos mareos horribles. Nada grave, pero no entendía por qué si antes me encontraba perfectamente.
ㅡ ¿Segura que estás bien? ㅡ me había preguntado Hunter por tercera vez cuando por poco vomitaba sobre mi regazo.
¡Pero no lo hice! Y la verdad ni siquiera estaba segura de querer vomitar, sólo eran nauseas.
ㅡ Sí, Hunter ㅡ respondí con calma segundos despuésㅡ Te lo he dicho varias veces ya, tranquilo.
Él me observó con duda ㅡ Casi vomitas y estás con mareos, ¿te parece que pueda estar tranquilo?
Sonreí de lado mientras cerraba los ojos como intento para despejarme un poco de los mareos ㅡ Estás exagerando todo, estoy bien.
ㅡ ¿Has comido bien hoy?
ㅡ Hunter, ya basta...
Los mareos habían comenzado espontáneamente. Se lo atribuí a la anemia que estaba desarrollando, aunque llevaba bastante bien el tratamiento y no entendía por qué estaba teniendo dolores de cabeza.
ㅡ Señorita, disculpe ㅡ abrí los ojos encontrándome con el azafato del avión. ㅡ Iba pasando y no pude evitar oír su conversación. Debido a que me corresponde debo preguntarle, ¿acaso está usted embarazada o sufre de alguna enfermedad?
<< ¡Por supuesto! ¡Embarazada por obra del espíritu santo! >>
ㅡ No, descuide. Es sólo que él exagera mucho.
ㅡ Ya veo ㅡ el azafato me miró poco convencido y se alejó.
<< Bastante entrometido el azafato ese... >>
En todo caso ¿qué más podía hacer? llevábamos ya seis horas de vuelo... Ni que pudieran echarme del avión. Supongo que tendrían que lanzarme con un paracaídas, quizás eso sería divertido.
ㅡ ¿Eh? ¿Por qué me miras así? ㅡ dije a Hunter, al percatarme de que me estaba observando demasiado serio. ¿Acaso él creía de verdad que yo...? ¡Oh, Hunter!
ㅡ Por nada, está bien.
ㅡ ¿Cuánto falta para llegar a Madrid? ㅡ pregunté haciendo puchero por la fatiga.
Él rió... No entendí por qué.
ㅡ Me has hecho la misma pregunta hace menos de diez minutos ㅡ respondió Hunter. Luego miró a su reloj de pulsera ㅡ Quedan más o menos ocho horas.
<< ¡OCHO HORAS MÁS! >>
ㅡ Ah... genial, gracias.
ㅡ ¿Por qué no duermes un poco? El azafato ya repartió las mantas, si tienes mucho frío puedes usar la mía, además, sabes que no la necesito.
ㅡ Vas a ser el único despierto durante toda el viaje...
ㅡ ¿Acaso piensas desvelarte haciéndome compañía? ㅡ sonrió. ㅡ No es necesario, descansa. Quizás sea por eso que estés mareada.
ㅡ Tal vez... ㅡ<< ¿¡Tal vez!? Niña tona. Es obvio que por eso te duele la cabeza, además anoche te desvelaste >> Ah, pero que idiota soy...
Apoyé mi cabeza en su hombro y luego susurré algo muy cerca de su oído ㅡ ¿Sabes, Hunter?
Le sentí estremecer cuando mi aliento cálido chocó contra la piel de su oído ㅡ ¿Si, Abby?
Reí por lo bajo ㅡ Nuestra compañera de avión no dejaba de echarte miradas hace un rato.
Él me miró incrédulo y luego pasó la vista a la niña pequeña sentada a su izquierda en la fila del lado.
Empecé a reírme bajito por su expresión para no despertar a los que ya estaban durmiendo, entre ellos iba incluida la niña pequeña.
ㅡ Vale, ceo que... seguiré tu consejo y dormiré un poquito.
<< Un poquito. >>
Sí, ese era mi plan, pero a final de cuentas resultó ser que me dormí todo lo que quedaba de viaje.
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Llegamos a Madrid cuando allá eran cerca de las doce de la tarde. Teníamos una parada de alrededor de tres horas y como yo no había comido nada durante el vuelo acordamos de buscar algún lugar para comer.
Quise ir a un restaurante japonés. Que ridículo. Comiendo en un restaurante asiático en España, ¿¡Era mi primera vez en ese país y yo lo aprovechaba en eso!? Bueno.., en todo caso sólo teníamos un par de horas y ya luego deberíamos de estar de vuelta para el siguiente vuelo. Por lo mismo había elegido ese restaurante, que se encontraba dentro del enorme aeropuerto, ya que mis otras opciones eran comida rápida de marcas ya muy conocidas, como Papas King o Mc. Mc. Donalds.
ㅡ ¡Dios! Hace mucho que tenía antojo de Sushi... ㅡ comenté entusiasmada cuando ya me habían servido el plato, que por cierto yo misma había visto como preparaban; era genial.
ㅡ ¿Antojo? ㅡ repitió Hunter la palabra dicha por mí. Él estaba sentado a mi lado observándome comer (cosa que no era para nada cómoda).