Pacto de Sangre

Día Común ~ Un Giorno Common

Al día siguiente, en la Universidad el profesor de Arquitectura Tecnológica de Gabriela explicaba su clase con seriedad, asegurándose a instantes de que todos prestaran atención al contenido del que tendrían examen en su siguiente clase.

Gabriela estudiaba Sistemas Informáticos en la Universidad Central de la ciudad, le encantaba la matemática y la tecnología, sumado a su curiosidad sobre como una pequeña placa puede lograr hacer que un equipo muestre pantalla entre otras cosas fue lo que despertó su amor por el campo a los doce años.

Cursaba su tercer año de una larga carrera al igual que su mejor amiga, Annies, quien heredo de igual manera su amor a los ordenadores debido a su hermana mayor que trabajaba en una compañía informática. Por otra parte, Karin cursaba su cuarto año de Derechos Penales en la misma universidad, pero pese a que la mayoría de sus compañeros son mayores a ella se llevaba muy bien, incluso con los que no son de la facultad de leyes.

Esto se debía a su gran popularidad, su relajada y accesible manera de tratar con las personas habría espacio a que muchos se acercaran, sin mencionar lo buena deportista que era, a tal punto de que casi todos los clubes femeninos la querían dentro. Para cuando hubo terminado su cuarta clase del día se encamino a salir del salón para encontrarse con su amigo. Saliendo a las canchas que quedaban al lado este, allí estaba, un alto chico de uno ochenta, cabello abundante en caída de sus hombros, Jean Frank, o acortado Frank como ella suele llamarlo estaba recostado escuchando el rítmico sonido proveniente de la sala de musica.

—¿Es tu novia la del violín? —se sentó a su lado apreciando el sonido que salia del salón de música.

—Si, dijó que tenía práctica sobre una partitura con su grupo —se giró hacía Karin y le tiró el bolso en las piernas.

Frank y Karin se conocían desde hace muchísimos años, han sido mejores amigos que contar sus locuras juntos es casi imposible. Charlaron sobre su día y sus planes para la tarde, solían salir en grupo para divertirse.

—¿Entonces, en mi casa para ver Hannibal? —Frank bufó divertido y niega con la cabeza— Okay, quedamos con X-Men a ver como ellas babean por Logan.

—Como me encantaria babear asiípor Jean —se ríe a la vez que se levantan para atender a Gabriela quien se acercaba a ellos y salir de las gradas.

En su camino a la salida del recinto se cruzan con Annies en el patíbulo principal, intercambiando bromas se disponen a marcharse, así eran sus días como estudiantes.

Pero lo que ellos creían normal no lo era, incluso la ficción era notoria en el cociente de Karin.

 

 

—¿Como estuvo la salida de ayer? —la intriga de Annies es reconocible por su voz—, fueron al parque, y te quedaste en su casa, pero no has contado nada de nada, suéltalo todo.

—No hay nada de asombroso en eso —decía Gabriela mientras abría la puerta de su casa, ambas quedaron en estudiar juntas así que se tuvieron que separar de sus anteriores amigos—, ¿Acaso nunca has salido o dormido con tu novio?

—Sí, claro, pero no cuando mis padres no saben que mi novio es mi amigo y cree que vamos a estudiar. ¡Es increíble que tu hermano se trague ese cuento! —se ríen a la par cuando entran a la sala de estar y tiran sus cosas al sofá de cuero negro.

—¡Di eso en voz alta y te mato! —frunció Gabriela el ceño en forma de amenaza—. Sólo hablamos sobre lo que pasó, nada mas... Y sobre su próximo partido.

—Entonces iremos a verla y damos tu salida como normal.

Continuaron por un buen rato con su charla y pusieron manos a la obra con sus deberes universitarios hasta bien entrada la noche, para luego ir directo a la cama por un merecido descanso. Sumergida en un pasible sueño se vio interrumpida por un siseo desagradable, Gabriela abrió con pereza los ojos y visualizó rapidamente todo alrededor de su cuarto, su amiga dormia del lado izquierdo de su cama así que descartó que ese fuera el origen del sonido.

Salió de entre las sabanas y camino hasta la lámpara de mesa y volvió a oírlo, pero esta vez un poco más fuerte, giró la vista hacía la ventana de vidrio negro de la estancia y se dirigió con tranquilidad hasta allí. Respiró calmadamente pensando que tal vez era el ruido del viento contra las hojas de las arboleras, de un tirón abrió las cortinas de la ventana, pero no había nada, solo la negrura de la noche, soltó un suspiro al no ver nada, pero en el marco que sostiene el vidrio un trozo de papel se hallaba sujeto, lo tomó y cerró de nuevo dejando la noche alejada de su visión.



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En el texto hay: misterio, drama, romántica

Editado: 28.02.2018

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