Las horas pasaron volando, mientras practicaba con mi poder. El hecho estar vinculada a Lucifer, supone una ventaja. Y esa es que al volvernos uno, pude sentir como parte de esa carga inestable de energía se repartio, como si él fuese un recipiente para la energía que sobra en mi. ¿Pero qué ocurrirá, si llegado el momento, logró librarme de esta vinculo y la energía vuelve? Es algo que tendré que solucionar.
Libero mi energía y la habitación tiembla. Sin esfuerzo levantó las cosas y las hago volar, como si solo fuera un juego de niños. Y suspiro de dicha, porque esto es lo que soy. Y me entretengo más de lo que esperaba. Pero también pienso en lo que prometí no pensar: Mi familia. Orion. Y es que no puedo eludir lo que no se puede evitar. Y los hechos están claros: Estoy aqui, confinada al vinculo con Lucifer, un vinculo que nos une de maneras que jamas podria imaginar. No se cuanto tiempo me quedaré. Pero lo que sí sé es que mi madre, Lilith, por fin está a salvo. Y ruego, para que los demás también.
Decido tomar un baño dos horas antes de reunirme con Lucifer. Y me tomo mi tiempo allí, dejando que el agua se lleve la sensación de soledad.
Cuando salgo, encuentro una toalla colgada en la punta de mi cama y me envuelvo rápidamente en ella, mirando a todos lados. Aprieto los labios y voy al closet, sacando la ropa interior que encontré en el interior de un cajón hace unas horas, cuando revisaba la vestimenta para elegir qué demonios ponerme. Pero al parecer, las palabras Simple y Discreto no existen. Pasó un dedos por las distintas telas y vestidos. Y, oh sí, todo negro, salvo por algunas gamas de grises y plateados, todo parece sacado de un catalogo del vestimenta para un funeral.
Hago una mueca y escojo uno al azar. Levantó las cejas ante la elección. Y debo decir que no luce nada mal. Lo dejo sobre la cama y lo observo. Si me preguntan parece un vestido de las princesas medievales. Un vestido que llevarías a una fiesta de disfraces, pero muy bonito.Es un vestido gris, con una túnica negra pegada a sus costados que entrelaza adelante como las tiras de un corsé. El material es de terciopelo, brillante y suave. Y con las mangas anchas y negras, bodegas de plateado. Toco el material de la parte gris del vestido y la tela se desliza entre mis dedos, como seda. Recorro con el dedo el material negro y trazo símbolos dispersados en forma uniforme. Le hecho un vistazo al reloj. 20:50
Suspiro y busco los zapatos en el armario. Por lo menos en esta parte no se lució. Son unas pequeñas botas con uno o dos centímetro de taco y negras, por supuesto, pero bastante cómodos. Organizó la ropa y todavía envuelta en la toalla, me siento frente al fuego, poniendo mi pelo al frente, para que se seque lo mas rapido posible. Flexiono mis piernas y las acerco a mi cuerpo, de alguna manera creyendo que eso me protegerá de todo lo exterior. Y no me refiero solamente al peligro, sino a los pensamientos. Y sé que debo aprender a lidiar con ellos, o se convertirán en una tortura, por lo menos hasta que todo acabe. "Si es que alguna vez termina, Emma" Sacudo la cabeza, reprendiendome a mi misma. Siempre hay salida. Y la encontraré.
~°~
Una hora después, para ser exactos, salgo por la puerta que rechina y el sonido se hace vuelve eco en el pasillo. El vestido roza el piso y se siente como una segunda piel, cálida y suave. Miró atentamente mi camino. Tengo que hacer unos cuantos metros y doblar a la derecha. Lentamente pero con paso firme, avanzó por el pasillo, guiandome por las antorchas. Y estaría mintiendo si no admito las ganas de volver corriendo y encerrarse en la habitación, pero la amenaza casi tangible de Lucifer y el futuro de la humanidad me empujan con ferocidad a ser valiente. Y doy los pasos, mientras camino pegada a la pared, atenta a cualquier sonido. No conozco este lugar, no sé si soy la única invitada.
Doblo el pasillo, sosteniendo la respiración. Y frente a mi hay una entrada en forma de arco, con una cortina roja cubriendola, pero puedo ver una luz intensa filtrarse por las grietas. "Por lo menos no es una cueva oscura"
Corro la cortina lentamente, poniéndome tensa, preparada para cualquier cosa. Pero o que veo me deja boquiabierta.
Una biblioteca, con las filas y filas de libros acomodados en estantes insertados en las paredes. Me acerco a la barandilla dorada y miró hacia abajo, dándome cuenta de que me encuentro en el tercer piso de esta biblioteca, que es parecida a una espiral, con las escaleras bordeandola. Es realmente alucinante.
Alguien se aclara la garganta y salto mirando por primera vez a Lucifer que se encuentra en la planta baja, acomodado en un sillón gris, con sus piernas cruzadas y un libro en sus manos. Sus alas se acomodan a cada lado, casi apretadas, pero parece no afectarle. Él me mira y me hace una seña para que baje. Levantó las cejas y aprieto los labios "No soy un maldito perro" Gruño para mis adentros y decido tomarme mi tiempo, disfrutando de la sensación de la alfombra roja sangre que cubre todo, incluyendo las escaleras. Y en el camino, leo algunos títulos que alcanzo a ver, pero no puedo descubrir muchos, porque están en otro idioma. Demoniaco, intuyo.