RING. RING.
Se escucha el despertador a las 7:00 de la mañana, tanteando el buró para encontrar el celular y suspender la alarma. Pensando que solo cinco minutos más para levantarse, como en toda situación esos cinco minutos se convierten en unos 20 minutos.
Ya son las 7:25, no vas a ir o que - Escucha a lo lejos, no queriendo despertar. Restregando su cara en las almohadas y acurrucadoce.. Hasta que reacciona y reconoce esa voz.
Si voy a ir ma, solo que entró más tarde.- es lo único que puede responder, para no escuchar la letanía de que se tiene que dormir temprano.
Ese día sería oficialmente su ingreso a la Preparatoria, ya habían pasado una semana de su propedéutico de bienvenida. Fue una semana donde se conocieron los que serían sus compañeros durante tres años.
Hasta el momento no había entablado relación con nadie, todos eran lo contrario a ella, muy bulliciosos, estrafalarios, no sabía cómo definir a ese grupo de personas. Solo sabía que si extrañaría a sus amigas de la secundaría.
Esos pensamientos la siguieron todo el trayecto hasta llegar a la escuela. Con un suspiro profundo decidió traspasar las puertas de entrada. Que más desearía que alguna de sus amigas le hubiera tocado en el mismo colegio. Pero no fue así, de las tres que eran solamente ella decidió seguir estudiando.
Lo primero que pudo ver fue la explanada, que era el punto de reunión de los grados más avanzados. Era una comunidad muy homogénea, darks, punks, nerds, populares, pero sobre todo los que pasaban desapercibidos.
Fue caminando entre los edificios, esos caminos que pasó incontables veces la semana pasada, siendo que solo en ciertos edificios se impartirán las clases para los de primer semestre.
La primera sería geografía. El salón sería diferente al que había estado, antes se sentaron en pupitres y ahora serían mesas rectangulares colocadas en dos filas, una contigua a la otra y las sillas por ambos lados.
Como no entró a la primera clase llegó antes que sus otros compañeros, así que tenía el salón para ella sola. Empezó su lectura como siempre de su revista de 15 a 20, esa revista juvenil con test y reportajes de la estrella del momento.
Estaba tan concentrada en su lectura que nunca se percató que había llegado una persona más en el salón. hasta que sintió su presencia. Sentado en la segunda fila de mesas pero a la misma altura que ella.
Como no tenía que hacer, se dedicó a ver al intruso, eso lo consideraba por que era su momento de calma. Pero la sorpresa que se llevó al ver que él no hacia ningun ruido innecesario y solamente preparo su libreta en una hoja para anotar.
Ya que rompió su concentración en su lectura, se dedicó a observar, intentando recordar cómo se llamaba pero ya sabía que era una causa perdida, de todas sus cualidades no estaba la de buena memoria.
Ese silencio era incomodo, porque ambos se veían, cuando tomó el valor suficiente para hablarle empezaron a ingresar todos los demás alumnos. Ya casi se acercaba la hora de iniciar la clase.
Eloisa se pasó toda la clase viéndolo, pero era por accidente claro estaba, eso se repetía cada vez que lo volteaba a ver. En varias ocasiones sus miradas se encontraron. Pero nunca se digno a saludarla.
Así pasaron las demás clases, viéndose de reojo o simplemente a los ojos. Ese intercambio de miradas duró un poco más de lo normal empezando a crear una conexión entre ellos, que fue rota cuando le pasaron la libreta para anotar su número. Esa era una recomendación de los profesor para poder crear un grupo de whats y poder estar así comunicados.
Como era temprano decidió ir a ver los requisitos para las credenciales de la biblioteca. Todo iba de maravilla, siendo que traía todos los documentos y no se tendría que volver a formar. Por que a pesar que había pocos usuarios le daba pereza volver a bajar tras pisos por un solo documento.
Terminando el registro se percató que no había gente en los catálogos y como no conocía a nadie y no quería estar vagando en la escuela optó por utilizarlo en buscar los libros que utilizarían en el semestre.
Se acomodo en una de las computadoras con vista a los jardines, acomodo su mochila en la silla adjunta, sacando su temario y sus plumas de colores para poder localizar más rápido los números para buscarlos en los estantes.
¿Está ocupada la silla?- al escuchar esa voz lo único que pudo hacer es recoger con premura todas sus cosas. Que no entendía en qué momento sacó tantas cosas para poder ocupar dos equipos de computo.
No, permite - Le contesto mientras alzaba la cara para conocer el dueño de esa voz. Para su sorpresa era el mismo chico que estaba en su salón, el mismo que por su culpa lo distraía.
Ignorandolo retomó sus actividades. No le costó mucho tiempo olvidarse del mundo, eso siempre le pasaba cuando realizaba alguna actividad de la escuela. Por eso se molestaba que tenía él para que la distrajera, por más que lo analizara no encontraba nada.
Ya va a iniciar la otra clases - toco a Eloisa, ligeramente del brazo. Disimuló su risa con un carraspeo.
Gracias, ya voy- Fue lo único que pudo decir por la forma en que brinco por ese ligero toque.
Al levantarse pensó que ya se había ido, pero su sorpresa fue que le retiró la silla y le ayudo con algunas cosas que no termino de guardar en la mochila. Cuando lo vio al rostro tenía una sonrisa ladeada, esa que corta la respiración. Una hilera de dientes blancos se asomaba entre esos labios gruesos. Fue algo extraño y no quiso más que irse rápido.