Palabras Al Viento

CAPÍTULO 2.

Una mañana fresca como no se había presentado en mucho tiempo, con esos cambios que no sabes qué es lo que está pasando y las estaciones que ya no se respetan. Era muy agradable volver a tener esas mañanas. 

 

Como buena adolescente que era no había realizado su tarea, así que decidió irse más temprano e ir a la biblioteca. Cada vez que llegaba y eran contadas las veces que iba, se le hacia un lugar muy tranquilo rozando con el aburrimiento. 

 

Después de haber buscado los libros que necesitaba, decidió sentarse en una mesa que daba a la ventana así podría tener una buena vista de esos cerezos que están floreciendo o las personas pasando. Recordó en ese instante cuando la sacaron por no ponerle el vibrador al celular, así que no le volvería a pasar, checo que estuviera así y decidió escuchar un poco de música. Esa música que la tachaba de rara, canciones tranquilas, pero eso si muy llegadoras. 

 

Ornelas. el puerto de los pecados. 

 

El tiempo pasó volando. Nunca se percató que faltaban minutos para que iniciara la clase, solo tenía el tiempo justo para dejar los libros en el carrito y correr al salón, esas distancias de extremo a extremo. Ya no tuvo tiempo de comprar nada para comer y solo desayuno un poco de cereal y un jugo que compró  al llegar. 

 

La clase de matemáticas era su némesis, nunca entendía nada y mucho menos con el hambre que tenia, lo unico que hacia era sobar el estómago. Como siempre la suerte no estaba de su lado, en el momento que todos callan, su estómago protestó por falta de alimento, lo bueno que estaba iniciando la maestra la explicación de la tarea y así nadie prestó atención en esa protesta estomacal. 

 

Cuando por fin los dejaron libres decidió ir a desayunar como dios manda, aprovechando que tendrían hora libre, se sentaria a comer tranquilamente y abundantemente como lo pedía su estómago.  

 

Mientras esperaba su turno en caja revisaba cuales eran las opciones que tenía. Ensalada, descartada por qué tenía mucha hambre, carne podría ser, verduras al vapor necesitaba algo más sustancioso. Solo faltaban tres personas y no se decidía.

 

-Yo me decido por la lasagna y todo el paquete. - Al escuchar esa voz solamente pudo dar un pequeño brinco- lo siento, no era mi intención.

- creo que esa sonrisa dice lo contrario - se gira completamente para poder verlo a los ojos - y me decido por el pollo.

 

Una vez que ambos estaban con sus charolas, optaron por centrarse juntos por qué a esa hora era imposible conseguir mesa para uno solo, las opciones eran compartir mesa con desconocidos o con un medio desconocido. 

 

-Si gustas, aparte mesa. Esta de este lado. - Mientras me decía eso se hacía un lado para dejarla pasar.

 

Caminaron en silencio sorteando a las demás personas. Cuando salieron, estaban tres mesas vacías. El camino hasta una donde estaba un suéter y unos libros. Caballerosamente ayudó con la charola. Los pocos pasos que quedaban hacía la mesa. 

 

-Provecho.- Dijo mientras tomaba para cuchara para empezar a degustar la comida.

 

La comida transcurrió en silencio, pero no ese silencio incómodo, como lo había esperado, sino uno más bien agradable. Cuando estaban llegando al plato fuerte y se llevó el primer bocado de pollo, decidió que fue una mala idea la elección.

 

-Carajo, esta cosa pica un buen. No piensan que algunas no comen picante. - cuando escuché una risa tan contagiosa. le llegó el flechazo que no estaba sola enlace mesa.

-Si quieres te lo cambio, por mi no habrá problema, yo si como picante y si no comes nada, no quiero que interrumpas la clase con esos sonidos de anacondas peleando.

 

Intercambiaron platos, con una mirada risueña, platicaron de por qué no había comido nada y confesó penosa que estaba enlace biblioteca y se le fue el tiempo volando.

 

Entre risas y cambios de información de sus gustos, pasó el tiempo de la comida cuando se dispusieron irse a la clase. el tomo abad charolas apilandolas para llevarlas al carrito transportador.

 

Caminaron entre risas y bromas y se alegró de la decisión que tomó “No temer y arriesgarse” Las demás clases se sentaron juntos. Al terminar y extenderse más de lo debido. La acompañó a la parada por qué el también estaba en la isla dirección. 

 

-Mañana llegarás temprano. - la sacó de sus pensamientos. 

-Yo creo que sí, por qué no termine la tarea y sinceramente no creo hacer nada el día de hoy. estoy muy cansada. - le dijo mientras hacía un puchero y se balanceaba en sus talones.




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