Se acercaban las vacaciones decembrina, era un alboroto porque nadie se quería quedar, así que todos reducían las horas de comida para avanzar lo más posible sus pendientes.
Una mañana donde todos los directivos estaban a la espera de la decisión de los dueños, si se tomarían las dos semanas o solo los días asignados que era el 25 de diciembre y el 01 de enero.
-Por cierto se me había olvidado decirte- le comentó de repente Beto, mientras estaban en el pasillo- en caso de que si den las dos semanas me iría a Puebla.
-Ok. Pero se positivo, me voy a Puebla ahora que nos den las vacaciones.
La indicación fue que regresaran a sus lugares y que la respuesta final sería enviada por un comunicado institucional para todo el personal.
El comunicado indicaba que se había conseguido el objetivo y que todo el personal se iría con una gratificación y las dos semanas de vacaciones. Inmediatamente se comunicaron, ya que no asistirían a la cena de fin de año y optaron por comer ese día.
Dio la hora de la comida se dirigió presurosa a la Buffet de comida cantonesa. Por más que lo espero no llegaba, así que decidió mandarle un watts.
-Dónde estás? Te estoy esperando :(
-Perdón pero tuve que salir de emergencia, hubo problemas con un envío. Pero te recompensare. :*
Molesta entró a la tienda que se encontraba a un lado para comprarse algo para tomar, sin percatarse que era observada.
-Perdón- Se disculpó sin dirigirle una mirada.
-No te preocupes. Si gustas pasa ya que tienes prisa.
-Gracias- Pago y se retiró de la tienda, molesta aún porque no le había comentado nada, así habría podido comer algo.
Cuando decidió regresar, se volvió a encontrar con el mismo chico de la tienda que estaba dudoso si seguir caminando o regresar.
-Hola – le comento mientras pasaba a su lado.
-Hola.- Observó que era un chico apuesto y alto, más que ella, aproximadamente 1.80 con cabello negro alborotado por el viento, pero lo que más llamó la atención fue esa mirada penetrante como si quisiera descubrir el más íntimo secreto.
-Me llamo Ernesto y tú.
-Eloísa.
-Veo que llevas prisa, te acompaño- sonrió de lado como si la respuesta dependiera de algo muy importante
-De hecho iba a comer.
-Entonces deja invitarte.
Entraron al Buffet, descubrió que era un hombre muy amable y sobre todo caballeroso. Con muchos temas de conversación y un sentido de humor bastante atrayente. Mentalmente agradeció a Beto que la dejara plantada. Ya después le platicaría.
-Me agrado mucho comer contigo. ¿Te gustaría volver a salir?
En instantes medito los pros y los contras, pero que podría perder, se decidió “el que arriesga no gana,” se animó mentalmente.
-Si.
La acompañó hasta la entrada de la empresa e intercambiaron números para ponerse de acuerdo.
Apenas ingresó a su oficina, se escuchó el sonido de notificación.
“Gracias por la compañía, que tengas una hermosa tarde”
Atte. E.
Vio fijamente el mensaje, sin percatarse que estaba sonriendo. Todas las alertas decían que no, pero que mal puede pasar es solo una persona.
- Creo que estoy salvado, si tienes esa mirada ensoñada. Plática la travesura.- Le decía mientras le dejaba un frappe de cajeta sobre su escritorio.
- Ok, te perdono porque me pasó algo increíble.
Gilberto se acomodó en el sillón para saborear su café mientras le contaba que es lo que la tenía tan contenta. Como iba relatando lo sucedido desde que salió su cara de intriga paso a la seriedad.
- ¿Y bien?
- Mmmm – Gilberto se tomó su tiempo para responder, mientras tomaba un poco de su café olvidado- No sé por qué lo hiciste y me gustaría que me lo dijeras, no entiendo cómo pudiste hablarle a un desconocido. Sabes claramente cómo estamos y todavía lo haces. No sabes nada, absolutamente nada de él. Nunca tus papás te dijeron que no le hablaras a un desconocido.
- Pero esa es la intención, conocernos. No me digas que nunca te has acercado a una desconocida por que simplemente te atrajo. Y no me mientas – le decía mientras lo señalaba con un dedo.