Palabras Al Viento

CAPÍTULO 9.

Las horas pasaron rápido y eso fue lo bueno. Esperar para saber qué es lo que había hecho durante todo este tiempo y la paciencia no era su fuerte. Vio que dio la hora y no llegaba decidió terminar algunos pendientes, pero el tiempo seguía corriendo y Gilberto no hacía acto de presencia. 

 

Te veo en las escaleras - era todo lo que decía su whats.

 

Mientras caminaba por los pasillos analizaba el porque no había pasado por ella si solo los separaban unas cuantas oficinas, aunque estuviera en otro lado siempre pasaba por ella. Las cosas estaban cambiando y no era de su agrado.

 

Decidió utilizar las escaleras en lugar del elevador, para hacerlo esperar que es lo que más detestaba, para su sorpresa él no sé encontraba al final de la escalera viendo el reloj como ella lo imagino. Si no estaba alejado en una llamada, nunca se percató que ella lo miraba. Ella decidió observar a ver cual sería su reacción. La sorprendida fue ella porque una vez finalizada la llamada, leí algo que recibió en su celular y tenía una cara de felicidad. 

 

  • Perdón por la tardanza, ¿ya nos podemos ir?
  • Claro. 

 

Decidieron ir a un pequeño restaurante que contaba con terraza. Mientras traían las cartas se sumieron en un silencio baste tenso, el observando a las personas caminar por la calle y ella jugando con su servilleta en el regazo. Menos mal que el mesero no se tardo con las cartas, para tener algo que hacer. Una vez que ordenaron, la vio a los ojos. 

 

  • Todo este tiempo que no estuve ahí, lo pensé detenidamente y me voy a regresar a Puebla. Así que ya pedí mi cambio.
  • Ok - fue lo único que atino a decir. La sorpresa fue mayúscula, porque en todo lo que pensó que sucedería nunca imaginó que sería algo así. 

 

Se quedaron en silencio mientras terminaban de comer, cada uno sumido en sus pensamientos hasta que llegó el postre.

 

  • ¿Por qué nunca contestaste mis mensajes? - Preguntó sorpresivamente antes de empezar a degustar su pastel de chocolate. 
  • Porque tenía que pensar muy bien lo que tendría que hacer y no quería que influyeras. Además no quería ocasionar un problema con tu noviecito. 
  • Vas a empezar, ya viste que no es malo. Vamos a salir los tres
  • Los cuatro. También es otra de las razones por las que me voy, voy a empezar una relación con Claudia. Ella reside en Puebla. - Como si esa simple frase pudiera explicar todo.
  • Entonces cita doble - Se volvieron a sumir en un silencio y las pocas ocasiones que lo rompieron platicaron de cosas del trabajo. 

 

Una vez que llegaron a la empresa cada uno se dirigió a su oficina. Solo se despidieron con un asentimiento de cabeza. 

 

Por más que quiso concentrarse en sus labores no podía, cada momento se le venía a la mente, cada instante de las últimas  horas. Volvía a comprobar que en un solo segundo tu mundo puede girar 180°.

 

Sono el telefono y al ver quien era suspiro, era la persona indicada que necesitaba en eso momentos tan confusos. 

 

  • Pizza vaca alegre, le tomo su orden.
  • Cuanto te debo, que no te he visto. 
  • Tarde de chicas, nos vemos a las 7:00 p.m. Pero tendrás que pasar por mi que no tengo coche. 
  • Esta bien, solo paso porque me caes bien. 

 

Sin más colgaron, esa sencilla llamada hizo que su humor mejorará. Mientras seguía observando la pantalla del celular, timbro el teléfono de su oficina. 

 

  • Finanzas, buenas tardes. 
  • ¿Porque no contestas el celular? te estoy marcando y mandando mensajes. 
  • ¡¿Perdón?!
  • Habla Ernesto, no me digas que no me reconociste.
  • Hola amor, la verdad que no. Y no escuche los mensajes. Pero dime que paso. 
  • Nada, solo quería saber donde andabas. Como no te has reportado me estaba preocupando y para saber a qué hora paso por tí. 
  • No te preocupes va a pasar Liz, por mi. Será noche de chicas. Así que descansa te marco en la mañana. 
  • Insisto, cómo van a andar las dos solas. Mejor las acompaño. 
  • Lo que pasa que me quiere platicar algo - se mordió el labio ya que no le gustaba mentir. Pero si le decia que queria platicar ella, corría el riesgo de que se molestara por que no le tenía la confianza suficiente para platicar sus cosas con él.
  • Esta bien, pero las llevo y después las voy a recoger. 
  • mmmm, no. ¿no me tienes confianza o que pasa? - Ya empezaba a molestarse por su insistencia.
  • Esta bien. Pero no te enojes amor, lo siento es solo que quiero protegerte. Nos comunicamos mañana entonces y con mucho cuidado. Traeré el celular prendido para cualquier cosa. 
  • No me enojo. Te mando besos. 




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