Palabras Al Viento

CAPÍTULO 14

Cada mañana es un nuevo inicio eso mismo se decía Elo todos los días. Pero ahora si era algo nuevo y hermoso. Recordó cómo terminó el día de ayer, después de confesar lo que vivió con Ernesto, era algo que necesitaba sentía como si se hubiera quitado un peso de encima.

 

Al despertar de sus crisis ver que el estaba dormido y ella sobre sus piernas, sentía sus brazos alrededor de ella, lo observó dormir, sus respiración tranquila y ese cabello sedoso todo desordenado, como si se hubiera pasado las manos en varias ocasiones. Un ligero ronquido se escuchaba, que era el resultado de que estaba dormido profundamente.

 

Se acomodo mejor, reposando su cabeza en el hueco de su hombro, sabía que había cambiado todo después de la confesión, ya no la veria con los mismos  ojos, que lo más probable que la considerara culpable de lo que sucedió. Todas esas cavilaciones las realizaba mientras se acercaba a la puerta principal de su oficina. 

 

-Princesa - Al escuchar ese tono de voz, no fue necesario girar el rostro para verlo. Sabía que era él. Pero lo que más le llamó la atención es que hacía ahí. Respirando profundamente se giró para enfrentarlo. 

-¿Qué haces aquí?- Se felicitó porque su voz saliera firme.

-Quería verte y poder solucionar todo entre nosotros. Sabes que te quiero y que no volverá a pasar- No supo en qué momento estaba tomándola de las manos dando un apretón en su muñeca -  siempre y cuando tu sepas comportarte. 

Con esas simples palabras la trajeron a la realidad - La única solución que encuentro es que te alejes de mi. No quiero tomar otras medidas. Así que te agradecería que no me volvieras a buscar. Buen día.- Dando un giro para iniciar su camino, sintió el fuerte apretón en el brazo y el jalón que la desequilibro por momentos. 

-Esta todo bien señorita- 

-Si, el señor ya se iba-  La llegada oportuna de la vigilancia de la empresa. Permitió que se soltara sin ningún escándalo. Sintió la penetrante mirada en su espalda prometiendo que eso no terminaba ahí. Una vez dentro pudo soltar el aire,  que no sabia que tenia retenido.

-Muchas gracias- con una sonrisa tímida le agradeció al vigilante. 

 

Al llegar a la intimidad de su oficina pensó que medidas tendría que tomar en caso de que volviera. Hablar con el portero del edificio para que no lo dejara pasar, cambiar las chapas de las puertas, cambiar el número de teléfono y de celular, y lo más penoso de todo es comunicar a vigilancia que si lo ve cerca llamar a la policía. Todo decidido y alistado  inició su día. 

Sin darse cuenta el tiempo pasó volando y ya era media mañana. Terminando presupuestos y sobre todo manteniendo la cabeza ocupada. Cuando quedó satisfecha de todo su avance decidió ir a despejarse un momento. Paso a la cafetería por una canastilla de fruta y optó sentarse en la terraza, ya que era una tarde soleada con una brisa refrescante.

Viendo a las personas ir y venir mientras disfrutaba su fruta, nunca se percató que era observada desde una de las ventanas. Seguía cada uno de sus movimientos, la gracia como mordía la fruta, la forma en que limpiaba la comisura de sus labios cuando escurría el néctar. No entendía cómo alguien era capaz de someterla e ir matando poco a poco el espíritu. Hacer uso de su fuerza, porque sabía que no era la primera vez que pasaba algo así.  

-¿Qué observas con tanto detenimiento?

-A tu amiga.

Ahora eran dos personas que observaban a Elo, una maravillado de la persona que podría ser y otro con ojos de ir descubriendo algo maravilloso. 

Ajena de los pensamientos que despertaba, marco a Liz para que le ayudará con los cambio que tenía en mente, no podía tomar a la ligera esa mirada de Ernesto que prometía mucho y por lo que estaba descubriendo no iba a ser bueno. 

-Liz, ¿que vas hacer al rato?

- Nada por

-Quiero que me ayudes en algo.Pero te lo cuento mejor cuando nos veamos. 

-Vale, pero quiero todo el chisme. Adios.

Con una sonrisa en los labios retomo el regreso a su oficina. Al llegar su secretaria le comunicó que tenían junta en 10 minutos. Dando media vuelta fue directo a la sala de juntas donde ya estaban la mayoría de las jefaturas. busco entre los presentes a Gil, dándose cuenta que estaba acompañado por su salvador de esa noche. 

-Buenos días a todos, esto será rápido-  El saludo del gerente general la trajo a la realidad nuevamente. - Les presento al Ing. Luis Castillo estará en el lugar del Ing. Gilberto Reyes. Espero que todos lo ayuden para que se adapte lo antes posible. 

Veía Eloísa como eran rodeados para presentarse o preguntar por qué se iba de ahí. 

 -Señorita Montes 

-Dígame Señor Villanueva- contesto Eloisa mientras se giraba para poder quedar de frente con el gerente general. 

-Me gustaría pedirle un favor. Siendo que su área y la del Ing. Castillo están muy unidas, sería lo más adecuado que le explique todo lo referente a las nuevas construcciones que se tienen en mente. una vez que se quede solo, porque el Ing. Reyes le podrá orientar mientras esté aquí pero una vez que se vaya es donde surjan las dudas. Es donde quiero que usted me apoye con eso . 




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