Un dia normal de trabajo, los clientes iban y venían todos con una emoción por un negocio bastante satisfactorio, porque eso indicaba una buena bonificación para todos. Pero nadie había visto a los nuevos clientes, todo era un misterio.
Sería el primer cliente que trataría sin Gil, cada dia se llevaba mejor con Luis. Había momentos que no sentía la diferencia.
-Buenos días - Eloisa le dijo a Luis, mientras entraba en su oficina - ya sabes algo de los nuevos clientes.
-Hola, nada aun y se me hace raro que sea así - Contestó sin apartar la vista de la pantalla de la computadora.
-Pues te dire. Nos vemos en el desayuno? - Le preguntaba Elo mientras se dirigía a la puerta.
-Claro.
Eloisa estaba revisando las respuestas de unos presupuestos, cuando empezó a recordar el ultimo dia con Gil. Eso había pasado hace un mes aproximadamente. El recuerdo la asaltaba cuando menos lo esperaba.
Después de haber hablado con el señor Villanueva, se acercaron Luis y Gil. Con una sonrisa, pero para ella que conocía a Gil, sabia que estaba muy incómodo.
Esas atenciones de parte de las féminas era bastante avasalladora, jamás le gusto como lo miraban y mucho menos ahora que usaban ese pretexto para estar abrazándolo o estar cerca de el.
-Muchas gracias por el recibimiento, pero ahora nos retiramos - Todo eso lo escuchaban Eloisa y Gil sin apartar la mirada uno de otro.
Una vez estando en la oficina de Gil, pudieron respirar con más tranquilidad. Sin el acoso interminable, esas miradas coquetas, los papelitos con los números por en caso de que tuviera algún problema o no perdieran el contacto.
Ese día Eloisa no los volvió a ver, estaba enfrascada en cerrar todos lo necesario para disfrutar un fin de semana. Pero lo principal era contarle las buenas nuevas a Liz. Eso si seria una gran sorpresa.
-Yo aqui, alla quien?
-Cena y chisme - Con una sonrisa en los labios le contestó Eloisa a Liz.
-Me parece perfecto.Tu casa o la mía?
-La mia, no se te olvide que me vas ayudar a algo.
-Ok. Nos vemos entonces.
Eloisa decidió retirarse a la hora exacta de su salida, tendría que pasar por las nuevas chapas y la cena.
-Señorita Montes, le dejaron esto.
Al ver el arreglo florar no fue necesario ver de quién era. Esa combinación de girasoles y tulipanes era una marca de Ernesto. A paso lento se acercó para tomar la nota. Una simple frase que ante ojos ajenos era una petición pero para ella era una orden.
TENEMOS QUE HABLAR.
E.
-Hace cuanto entregaron esto? - Con un tono de voz firme, que hasta ella misma se sorprendió.
-Tendrá unos 15 minutos.
-Ok - respiro profundo - tiralas o mejor llevaselas a tu novia - Con una sonrisa en los labios guardó la tarjeta en su bolso y caminó hacia el estacionamiento que ahora le resultaba demasiado lejos.
Con paso presuroso camino la media cuadra, sujetando su bolso y cerciorándose que nadie la siguiera. Faltaba menos para llegar hasta que sintió que la tomaban del brazo y la giraban. Más por instinto que por otra cosa, aprovecho el giro para tomar impulso y golpear con su bolso.
-Hey espera - Gil intentó cubrirse con las manos del golpe.
-Maldita sea, me diste un susto de muerte.- Eloisa intentó recobrar la respiración.
-Ya me di cuenta. Estas bien? el guardia me dijo que te vio rara.
Rápidamente Eloisa le contó lo que pasó en la mañana y sobre el arreglo.
-Y qué piensas hacer?- le preguntaba mientras sostenía la puerta del carro para que ella subiera.
-Por el momento cambiar las chapas y ya hable con el portero para que no lo deje pasar.
Eloisa vio a Gil meditar algo- Espera un momento - Se alejó unos pasos y realizó una llamada.
-Todo solucionado- Cerró la puerta y se subió al asiento de copiloto.
-Luis se llevará mi auto y nos alcanzara en tu departamento- Con unas simples palabras solucionaba todo, pero ella sabía que se tenía que acostumbrar que estaría de nuevo sola.
Pasaron por las chapas y cosas para preparar una cena, que hasta ese momento recordó que estaría esperándola Liz.
-Diablos- Empezó a buscar su teléfono en su bolso, mientras Gil seguía metiendo cosas en el carrito del super.
-Qué te pasa?- con una ceja levantada le preguntaba viendo su frenetica busqueda.
-Se me olvido que me estaban esperando.
Rápidamente le mandó un mensaje a Liz.
Cambio de planes. Va conmigo Gil y te llevo una sorpresa. Así que no te muevas de ahí, llegó en 20 minutos.
Tomando las bolsas de las compras se dirigieron a las escaleras, menos mal que su departamento estaba en el segundo piso.