Palabras Al Viento

CAPÍTULO 17

Despues de ese platica Eloisa y Manuel se volvierona ver, pero a comparación de la primera impresión lo trato como un cliente más, se había mentalizado que lo vería continuamente porque el proyecto que necesitaba era la remodelación de unas oficinas.  

Cada  vez que lo veía era necesaria todas sus fuerzas para no preguntar, se moría de ganas de saber que había hecho pero seguía doliendo su forma de alejarse, de perderse y no responder sus mensajes y correos.

Si piensa que lo recibiría con los brazos abiertos esta muy equivocado. Se decía mentalmente eso Eloisa cada vez que lo vería.

Luis la veía de lejos y cada vez que quería sacar el tema sobre ese dia ella solo respondía “después te cuento,” era siempre lo mismo, asi que lo dejó pasar y solo ser un mero espectador. No le pasaban inadvertidas esas miradas que le lanzaba cada vez que se acercaba a Elo o cuando evitaba que estuvieran mucho tiempo con el.

Ese día estaban viendo las opciones de las decoraciones para las oficinas y como cada dia que tenían una reunión ella se arreglaba más. En esta ocasión un vestido de encaje azul con cuello de barco y zapatos altos negros hacían que varios voltearán a su paso. Un maquillaje discreto y un peinado sencillo todo eso coronado con una sensualidad que poseía.

Estuvieron con varios de las personas que adquirirían esas oficinas y las cuales se decorarían a sus gustos. Mientras tomaban nota y paseaba con ellos, dando sugerencias sobre los tonos o los muebles. Sentía la vista en ella, en algunas ocasiones era Luis, el cual le sonreía o hacia una mueca graciosa, pero en otras no veia quien era cuando pensaba que era Manuel el estaba de espalda o no se encontraba cerca.

Cuando al fin terminaron y se fue el último de los compradores, no se iba esa sensación de ser observada. Estaba agotada pero prefería terminar de hacer los presupuestos ahora que estaban los tres.

Se sentaron en el hall donde se encontraba la única mesa y la cual era iluminada por la luz natural que entraba por los amplios ventanales.

-Bueno - Eloisa se separa de ellos, haciéndoles una seña de disculpa, alejándose para tener un poco de privacidad ya que de segura sería uno de los clientes que se les ocurrió una nueva idea.

-Te ves hermosa con ese vestido. Y ya que aprendiste a cerrar la boca. Quiero $60,000 a mi cuenta porque sino ciertos videos le llegaran a tu jefecito que no creo que le guste

Eloisa nunca vio que se acercaba Luis, hasta que sintió la mano en su hombro. Fue consciente que algo no estaba bien, que esa sensación de ser observada era el.

-Estas lista.

-Está aquí ¡¿Como me localizo?! 

-Tranquila, no te pasara nada.

En eso sono su telefono, recibiendo unas fotos en las que aparece completamente desnuda. Las lágrimas llegaron sin mas, bañando su rostro. Por más que intentaba controlarse. No podia, sentia rabia, miedo, coraje hacia ella misma en cómo aceptó realizar esas fotos. 

Manuel veía todo en un segundo plano, hasta que no pudo más, aclarándose la garganta para que no olvidaran su presencia. Verla tan frágil como nunca la habia visto, esos ojos que mostraban curiosidad a todo ahora se veían como el cervatillo asustado.   

Lo único que podía hacer era abrir los brazos, los cuales extrañamente no rechazo y corrió a él. Sentir su cuerpo convulsionarse por el llanto fue un golpe muy duro. Sentir una impotencia por no saber qué pasaba. Estaba dispuesto a retar a Luis, en caso de que quisiera alejarla de él. 

Al ver como Eloisa se refugiaba en los brazos de Manuel lo tomó por sorpresa, sabía que ellos tenían un pasado pero nunca imaginó que fuera tan estrecho. Pero no era el momento de eso, era más crucial saber qué quería ese imbécil.

-Quiero irme a casa. Luis me llevas.

-Claro, deja pido un taxi.

-Mi carro lo tengo aquí, yo los llevo- Manuel no pensaba lo que decía hasta que lo dijo.

Rápidamente Luis recogió las anotaciones y todo lo que estaba en la mesa. Veía como Eloisa se pasaba las manos por los brazos, en un intento de calentar su cuerpo.

El trayecto a su casa fue en silencio, ambos en los asientos de adelante y ella en el de atrás la cual durmió todo el camino. 

-Pequeña despierta, ya casi llegamos.

-Ingeniero que bueno que lo veo. Ve que me dijo si veía algo raro le dijera. Pues fíjese que cuando se fue la señorita Eloisa llego este paquete.

Manuel escuchaba todo atentamente, no sabia que habia pasado todo este tiempo pero era algo sumamente grave. 

-Muchas gracias y deje le presentó a Manuel. Estará viniendo muy seguido por aquí y…

-Señorito Manuel, que sorpresa - Efusivamente Don Rogelio, interrumpió a Luis.

-Don Rogelio cuanto tiempo, ya ve ando por aqui de nuevo.

Manuel sentía la mirada de Luis. Una vez que dejaron atrás al portero y pararon el auto en el cajón asignado para Eloisa.

-Secreto por secreto te parece bien - Fue una propuesta que tomó desprevenido a Manuel. 




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