Palabras Al Viento

CAPÍTULO 30

Despertó Eloisa hasta después de medio día. Con la zozobra de volver a caer en lo mismo, la dependencia de alguien, vio que tenía varias llamadas perdidas de Manuel, pero no quiso contestar. 

 

“Es hora de levantarse” con fuerzas renovadas y una actitud positiva decidió ir a comer fuera pero no quería ir sola y estaba evitando el interrogatorio así que busco a Liz. Quedaron de verse en el lugar de siempre una cafetería que se encontraba en el centro de Coyoacán. 

 

-Platícame todo de principio a fin.

-No hay mucho que platicar, vi a varios ex compañeros y están bien. Intercambie números con algunos de ellos

-Lo importante, que te dijo de cómo te veías, por que me imagino que estuvieron juntos toda la noche -Eloisa tomó un poco de jugo evitando su mirada. 

-Pues - hizo una pequeña pausa tomando aire- no dijo nada porque no llegó.

-¡¿Cómo que no llegó?! Que se cree por que de seguro no te mando mensaje ni nada por el estilo, que se cree el muy imbecil pero me va a oir, el muy idiota pero claro de seguro se entretuvo con una fulana, porque así son se van con lo más fácil. 

 

Eloisa escuchaba todo sorprendida y feliz por tener una amiga que la defendiera como ella. Poco a poco se sentía más tranquila, le contó sobre las fotos de Facebook y los comentarios. 

 

Después de su brusco momento y acordando haciéndole prometer que no lo buscaría ni nada por el estilo. Liz se despidió no muy segura de dejarla sola pero era algo que ella necesitaba porque esa confusión sólo podía ponerle punto final ella. 


 

Manuel veia todas las llamadas que le había hecho, quería contarle el por qué no asistió a la velada. Se le fue el tiempo como agua y ya era muy tarde para avisarle y algo que no esperaba era quedarse sin pila. 

 

Pero volver a encontrarla, esa amiga de su último trabajo. Estaba muy hermosa, más de cómo la recordaba. En ese instante la esperaba para ir a comer porque un solo día no fue suficiente para conversar lo que les sucedió durante 5 años que no se vieron. 

 

La vió acercarse, no sabía que tenía que la atraía tanto. No era ese mismo cariño que le tenía a Eloisa, era algo de menor grado pero no pudo quitársela de la cabeza durante toda la noche, esperando con ansias volver a verla. 

 

-Esperaste mucho.

-Para nada, acabo de llegar, de hecho pensé que me habías ganado. 

-Antes de empezar nuestro día me gustaría decirte algo

-Dime, espero que no sea nada malo

-Para nada, solo que… me gusto estar ayer y me di cuenta que me gustas y que te parecería si empezamos algo haber en que termina.

 

Manuel se había quedado sin palabras, pero porque no intentarlo merece darse una oportunidad y ella no le era indiferente.   

 

-Esta bien, vamos a intentarlo. 

 

Ella sin pensarlo se arrojó a sus brazos para besarlo, no un beso dulce y recatado sino uno que era para encenderlo, marcarlo para que supiera que era de su propiedad.  

 

-Creo que sé cuál es el lugar perfecto para festejar este inicio de relación. -Tomándolo de la mano lo guió por las calles. 

 




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