Atlanta, Georgia (3°14’ 15’’ más tarde)
La última vez que estuve en Atlanta Georgia, fue hace aproximadamente cuatro años. Exactamente en mi quinceavos cumpleaños.
Habíamos viajado debido a que Nana Hailey deseaba pasar el festejo conmigo en esta ciudad. En auto era un viaje de aproximadamente treinta horas y junto con Selene y mi hermana, habíamos decidido hacerlo en avión, que, por este medio, solo tardaba tres horas. Pero mi padre se negó con el argumento de que era la situación perfecta para realizar el viaje en familia.
Por supuesto, nos opusimos. Pero de nada sirvió, ya que aún recuerdo el malestar en mi trasero al haber permanecido tantas horas sentada y recuerdo también, las muecas molestas en los rostros de Selene e Iris y la de triunfo en mi padre.
Muchas cosas habían cambiado y la idea de volver aquí no era muy de mi agrado. Sin embargo, no tenía opciones por las cuales decantarme fácilmente.
Era esto o era esto. Fin.
—Oye…—Abrí mis ojos sobresaltada—Tranquila—Selene sostuvo mi pecho, llevando mi cuerpo hacia atrás—Hemos llegado.
Carraspeé bostezando con agotamiento—¿Cuánto he dormido?
—Luego de que solo quisieras comer un sándwich…—Recordó aún molesta por la discusión que tuvimos al subir al avión sobre la comida saludable—Digamos que todo el viaje, tres horas.
Arrojé mi cabeza hacia atrás con pesar hacia el cómodo respaldar y desvié mi mirada hacia donde se suponía que era la ventana—¿Puedes…?
—Claro, pero tendré que ser rápida, puesto que estamos en proceso de aterrizaje y el paisaje es difícil de describir—Asentí, sintiendo como se acercaba a mí y suspiraba antes de hablar—Bueno, por delante se puede ver la pista de aterrizaje con varios aviones a sus laterales…—Comenzó y yo solo pude intentar idealizarlo en mi mente—Luego se puede ver una cantidad de arboleda, pero solo sus copas y por detrás de ellos hay una serie de mini edificios. Pero es así debido a la distancia, es el centro de la ciudad. El sol está escondiéndose y hace del cielo una vista maravillosa, colores celestes provenientes de este con rayos naranjas y algo rojos provenientes del sol que impactan en los edificios, en los árboles y llegan hasta aquí—Acarició mis mejillas con sus nudillos—Ahora están aquí.
Asentí—Lo sé, siento la calidez.
—Eres tan parecida a él—Oí que susurró herida. Tragué saliva en silencio sin dejar de “observar” la ventana—Lo siento.
—Está bien.
Selene suspiró—Jamás imaginé que vendría nuevamente aquí, solo que sin ellos. Nunca planteé esa idea en mi cabeza y ahora siento que…
—No quiero hablar de eso Selene. Ni ahora, ni nunca y mucho menos aquí ¿Puede ser?
—Pandora…
Negué—No quiero. Te lo suplico.
—Está bien—Dijo luego de unos minutos de silencio. Y lo agradecí por ese momento, pero la molestia de saber que solo era cuestión de tiempo para que volviera hablar sobre el tema, incapacitaba mi tranquilidad.
“—Señores pasajeros, les habla el capitán del avión, requerimos que aquellos que no se encuentren es sus asientos anteriormente designados, se ubiquen y abrochen sus cinturones. En aproximadamente tres minutos, comenzaremos a aterrizar en la pista del Aeropuerto Hartsfield y Hartsfield-Jackson, sean pacientes y se les pide amablemente el acatamiento de estas órdenes para evitar algún accidente, Capitán corto”
—Ya oyeron al capitán, habrá presencia de turbulencias, pero solo es debido al movimiento de aterrizaje…—Escuché una voz femenina a lo lejos, quien supuse, se trataba de una de las azafatas—No tiene que ser motivo de susto ni de pánico para los primerizos…—Se oyeron un par de risitas provenientes de los pasajeros—Sin más que decir, Sean bienvenidos a Atlanta, Georgia.
Adiós Phoenix Arizona, hola Atlanta Georgia.
(…)
—¿Hacia a dónde señoritas? —Nos preguntó el chofer, luego de que ya hubiésemos atravesado la ciudad.
—Eh…—Desvié mi cabeza hacia el sonido que Selene provocaba al leer, creo que un papel—2429 Meadowlane, Dr. SW Atlanta, GA 38411 ¿Es correcto?
El taxista rió—Lo es señora y para su fortuna no estamos muy lejos solo hay que girar por aquí…—Me sostuve al perder el equilibrio y suspiré aburrida del momento—Es aquí 2429 Meadowlane.
—Oh…se lo agradezco mucho, muchas gracias—Las puertas del auto se abrieron.
—Permítame ayudarle con el equipaje…
—No es necesario—Replicó Selene—Se lo agradezco.
—Insisto, soy un caballero y el no ayudarle heriría mi orgullo—Suspiré ante su intento de coquetería a Selene—Abriré el baúl.
Chasqué mi lengua—Estás abochornada ¿No es así?
—Tu calla—Salió del auto, dejándome en compañía del silencio. Guiada por mis manos, apoyé mi cien en el respaldar del asiento delantero y cerré mis ojos.
—Espero que esto acabe pronto—Me sobresalté al sentir como la puerta de mi lado izquierdo se abría.
—Ya está todo listo, ahora ven—Tanteé en el aire, hasta que hallé la mano de Selene y con su ayuda bajé del auto, quedando tiesa y abriendo mis pulmones hacia el nuevo aroma de la ciudad—Abre el bastón—Asentí obedeciendo y luego de que lo hiciera Selene me guio alrededor del taxi, hasta que me indicó que ya estaba en la acera—Si quieres puedes ir yendo, la puerta principal está a dos metros de la acera y hay escaleras frente a esta.
—Está bien—Con tranquilidad volteé y comencé a caminar con ayuda de mi bastón. Elevé mi mentón hacia el bello canto que provenía desde arriba y me permití imaginar y lo supe, si había un árbol, el canto de un pájaro y aire fresco y limpio, entonces el lugar era bellísimo.
La punta de mi bastón chocó con el primer escalón y eso fue mi señal para comenzar a subir las escaleras en dirección a la puerta. Inspiré profundamente y con algo de nerviosismo en mi sistema.
Después de dos años vería a Nana Hailey y eso me impacientaba.
Con mis nudillos llamé a la puerta y con paciencia esperé, oyendo como Selene se acercaba por detrás de mí.
Editado: 18.03.2025