Pandora

¿Por qué me dejaste? ¿Acaso jamás te importé? ¿Me amaste alguna vez como yo te amé?
Estas preguntas, crudas y dolorosas, se clavan en mi alma como cuchillos afilados, plasmadas en este papel que apenas puede contener lo que siento. Cada palabra escrita lleva consigo un dolor profundo, una herida que se niega a sanar. No encuentro respuestas, solo vacío. Y, en medio de este vacío, surge una paradoja que no puedo evitar: te odio. Así, con todas mis fuerzas, te odio, porque aún te amo.
El amor y el odio se entrelazan, se confunden, como un lazo invisible que no puedo romper. Soy tuya. Y aunque el tiempo y el dolor me hayan transformado, siempre lo seré. Te amo, por siempre, para siempre, y un día más.