Pandora

Capitulo 8

Aferré ambas manos en la zona delantera de mi rodilla izquierda. Solté un quejido al haber ejercido una ligera presión sobre ella, pero debía asegurarme que no hubiese más daño.

Mordí mi labio inferior mientras intentaba de alguna manera evitar que el sonido exterior llegara hacia mis tímpanos. Sabía que todo el mundo estaba mirando, no era necesario que los viera, con solo escuchar los murmullos era suficiente.

Bajé mi cabeza derrotada al no poder incorporarme, ya que, el dolor en mi rodilla lo imposibilitaba y mi bastón lo había olvidado cerca de la mesa y me maldecía por haber actuado tan impulsivamente, sin percatarme de las consecuencias que conllevaría mi acto.

Solo quería evitar una discusión entre ellos.

Porque, de todas formas, debo admitir que Asher tenía razón en algo…Y eso se resumía en pocas palabras.

Ellos amigos, yo recién llegada, ellos cercanos, yo intrusa.

Y lo que menos deseaba era que, por mi causa, ellos discutieran. No era justo que una recién llegada desatara un complot y que decidieran estar con humores de perros. No cuando desde el primer momento en que oí hablar de ellos, supe que eran los mejores amigos.

—¡Señorita O’ Neil! —Exclamó la voz del señor Watson—¡¿Se ha hecho daño?!

Emití un quejido ante la humillación que sentía en ese momento. De seguro todos sentirán lastima por mí, al verme en ese estado deplorable. No podía articular palabra alguna, no porque no pudiese, sino porque me sentía avergonzada.

¿Estaban preocupados?

Sí.

Pero ¿Oí a varios intentar inútilmente esconder una risa?

Sí.

¿Y los comentarios burlescos?

Sí, también los oí.

—¡Pandora, oye! —Sentí las manos de Penny—¡Escúchame! ¡¿Te has lastimado?! ¡Respóndeme!

—E-estoy bien—Susurré cabizbaja.

—¿Pandora?

Carraspeé aún aturdida—Estoy bien—Esta vez hablé utilizando un tono de voz más elevado—Solo me duele la rodilla.

Penny suspiró y presioné mis labios al percibir su cabreo—Esto es todo tú culpa ¡Mira lo que has hecho!

—¡¿Mi culpa?! —Oí la voz de Asher resonar cerca de mis oídos, justo frente a mí—¡Ella se ha caído!

—¡Hermano! ¿Qué demonios te ocurre? —Habló Ben con extrañeza ante la actitud hostil de su amigo.

—Es un idiota—Habló Penny—¿Puedes levantarte? —Esta vez elevé mi rostro y negué con una mueca.

—Mi rodilla, creo que la he lastimado.

—Déjame ayudarte—Reconocí la voz de Ben—Sostente de mí—Sonreí débilmente de forma agradecida y aferré mis manos a sus hombros, colocando el peso de mi lánguido cuerpo sobre mis piernas, pero al hacerlo, la rodilla lesionada dio su alerta.

Y chillé encorvándome hacia el suelo, asustando a Ben.

—Voy a cargarte ¿Estás bien con eso?

—Está bien, solo ten cuidado.

—Lo tendré. Tranquila—Suspiré e hice una mueca de incomodidad al percibir una mano por detrás de mis rodillas y otra bajo mis omoplatos. Luego de ello, en medio de un impulso, Ben logró elevarme del suelo.

—Por favor, asegúrense de llevarla a la enfermería—La voz preocupada del Sr. Watson se hizo escuchar.

—No se preocupe, ahora mismo la llevaremos…—Habló Penny—E iremos todos—Dictó sonando amenazante. Oí un gruñido de disconformidad a medida que Ben avanzaba y supe en ese momento que se trataba de Asher.

¿Cuál es su problema?

—Tendremos que subir al primer piso, intenta relajarte o ambos caeremos.

Fruncí el ceño hacia Ben—¿Intentas decirme indirectamente que debo bajar de peso? —Oí su leve risa, lo que provocó que sonriera sujetándome de su cuello e intentara seguir su consejo.

—No, solo digo que no soy un músculo andante… a penas y tengo un pequeño bíceps y eso si lo contraigo con fuerza—Reí mientras negaba con la cabeza—E-esto se está haciendo eterno, mis brazos desistirán en cualquier momento.

—No me dejarás caer—Aseguré en un murmuro.

Ben carraspeó—No te fíes tanto de mí—Lanzó una risita—No te preocupes, primero me golpearé yo antes que tú. Promesa de amigo—Suspiró—Ya estamos aquí, intenta no decirle mucho a Penny o te aseguro que será capaz de internarte…experiencia.

Unos pasos se oyeron justo después de que Ben llamara a la puerta y la voz suave de una mujer se hizo oír. La doctora nos permitió el paso, pero luego de que Ben me ubicara con cuidado sobre la camilla y que Penny se quejara al negársele la entrada, finalmente la doctora y yo nos quedamos solas en el lugar.

Yo sentada en la cama, sintiendo un cúmulo de nervios y ella solo me observaba.

Podía sentir como lo hacía.

—Sé que me observa—Dije en un tono bajo—Sé que lo hace.

—¿Tu apellido?

Mojé mis labios—O’ Neil.

—Bien, déjame revisar esa rodilla—Asentí haciendo una mueca al sentir sus dedos en los laterales de esta. Liberé un chillido ante la presión que sus dedos ejercieron—No hay fracturas ni esguinces, solo está algo sensible. No tienes de que preocuparte.

—Bien—Hablé y mi ceño se frunció al sentir sus dedos cerca de mis párpados—¿Eso es todo?

—¿Hace cuánto padeces ceguera?

Me removí incómoda—Tres años.

—Daño corneal—Afirmó y yo solo asentí—¿Causa natural o accidental?

Carraspeé—A-accidental.

—Sabes que puedes recuperar la vista si así lo quieres ¿Verdad? —Apreté mis puños—Soy oftalmóloga y por lo que veo, el daño es solo en la córnea…—Explicó—Por supuesto, se necesita un análisis para ser más preciso, pero la córnea es como un parabrisas que puede ser removido y remplazado por otro, en el caso de que el ojo no esté afectado por completo—Tragué saliva ante la información que ya conocía—Mi pregunta es… ¿Por qué no te has colocado en la lista de donantes?

—¿Puedo irme ya? —Mi tono de voz había cambiado a uno serio y enojado. La doctora al parecer notó mi molestia, por lo que solo suspiró.

—Está bien… espera un segundo—Acaricié la textura de la camilla en la cual me encontraba sentada, mientras oía a la doctora hablar con alguno de los chicos—¿Podrás tú solo?




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