Pandora

Capitulo 23

8 de Enero de 2020.

Sentí tu respiración cerca de mi rostro e inmediatamente quise retroceder, sin embargo, el tacto de tus manos sobre mi espalda, lo impidió por completo. No sabía que decir o hacer, solamente me limité a elevar mi rostro con el objetivo de no demostrar miedo.

Lo que solo provocó un lento suspiro de tu parte.

Siendo honesta. aún no entendía como habíamos llegado a esta situación y no tenía ganas de recordarlo, puesto que, en esos momentos estaba nerviosa e inquieta ante su cercanía.

—¿Q-ué estás haciendo? —Cuestioné en medio de tartamudeos, mezclados en leves murmullos.

—Te observo—Dijiste con la asperidad tiñendo tus cuerdas vocales.

—¿P-or qué? —Carraspeé intentando calmarme, pero el leve golpeteo de tu respiración en mi nariz, lo complicaba—¿Por qué lo haces?

Hiciste un breve silencio—Porque eres encantadora, Diosa.

—¿Y eso a que viene? —Interrogué sintiendo la piel de mis mejillas, enrojecer.

Suspiraste—Viene a que deseo volver a besarte.

—No—Me negué con decisión.

—¿Por qué no?

—Si lo haces, luego volverás a huir de mí, a esconderte como si fuera una clase de abusadora sexual y no quiero eso—Expliqué—Si volver a besarte, significa tu lejanía, pues, prefiero vivir presa del deseo a volver a tocarte.

—Vaya…—Suspiraste—Ahora eres poeta.

Gruñí—No te burles.

—No lo hago—Reíste, provocando el acrecentamiento de rabia en mi interior—Y te demostraré que soy un buen chico…—Fruncí mi ceño con confusión—Te libero.

—¿Eh?

—Dije, que eres libre de tu prisión del deseo—Comentó con cierto deje de burla—Ahora, que has sido liberada, bésame.

Ay, por dios.

—Yo... ¿Huirás?

—Pruébame—Susurraste acariciando la punta de mi nariz con la tuya—Vamos—Negué hiperventilando.

—No.

—Bien…—Tomaste mis mejillas, enderezando mi rostro—Yo lo haré.

—Esper…—Tus labios ya estaban sobre los míos, tomando con lentitud y profundidad, todo de mí.

Comencé a removerme inquieta sobre tus brazos, intentado demostrar mi deseo por alejarme, pero interiormente, sabía que nada era cierto.

—Quieta—Ordenaste con ronquedad, sujetando mis brazos, para luego continuar con tu tarea.

Suspiré, calmándome. Después de todo, también lo deseaba.

Ese día, una parte de mí se unió a ti.

Ese día, comencé a enamorarme por completo de ti.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.