Pandora

Capitulo 9

Septiembre 6 de 2019.

Llevaba de pie casi como treinta minutos junto a la puerta de entrada a la piscina, envuelta en la toalla, con mi bañador ya colocado al igual que el gorro. Con mis puños apretaba mi bastón dando a notar la inconformidad con la que me encontraba en ese lugar.

Después de que Asher prácticamente me lanzara a que me cambiara, él se había marchado a realizar la misma acción que yo.

Solo que él no tardó la misma cantidad de tiempo.

Y de ello estoy segura, pues porque había estado amenazando con entrar a los cambiadores sino me apresuraba.

¿Qué lo detenía a entrar ahora?

Recuerdo bien que ya lo había hecho.

—¡Ahora voy! —Gruñí con molestia ante su insistencia. Tomé una profunda respiración, preparándome mentalmente para lo que vendría. Sabía que debía enfrentarlo en algún momento. Pero esperaba que fuera más tarde que temprano.

Empujé la puerta con el temblor poseyendo mi mano izquierda y me adentré insegura, alertando a mis otros sentidos. Caminé con suma lentitud, procurando no resbalar y guiándome por medio de mis recuerdos, mis oídos y mi bastón.

—Nos ubicaremos aquí, en el carril siete…—Oí la voz de Asher a mi lado—La piscina tiene alrededor de dos metros de profundidad. Por ello tendré que estar contigo, hasta que logres familiarizarte con ella—Noté el desgano en su voz y eso hizo que el cólera inundara mi interior.

Pero decidí callarme.

—Te espero dentro y no huyas esta vez, porque de ser así, no voy a seguirte—Avisó con voz neutra—Sino que me tomaré el trabajo de avisarle al Profesor Hank y él te reprobará.

Suspiré con molestia—No huiré.

—Ya lo veremos—Dijo burlón—Ten cuidado con el poyete de salida—Seguido de eso, solo oí que subió a este y luego solo se escuchó el sonido del agua y las gotas salpicar gran parte de mi cuerpo—Ups…juro que no ha sido mi culpa—Rió ante mí de segura ya mojada imagen.

Imbécil.

Bien.

Puedes con esto.

Inhalé con profundidad mientras alejaba la toalla de mi cuerpo y la dejaba junto a la banca a mi lado. Tanteé con mi bastón hasta dar con la base del poyete, acerqué mi mano acariciando el material ya conocido por mis manos y con cuidado subí, intentado no trastabillar.

Tragué saliva, dejando mi bastón a un lado y tomando asiento en la orilla del poyete. Seguido de eso apreté mis labios al dejar caer ambas piernas y que están rozaran la calidez del agua.

Estaba justo por debajo de mí.

—Listo, ahora lánzate…estoy frente a ti—Oí la voz de Asher a un par de centímetros por debajo—Voy a sujetarte—Mi rostro debió mostrar incredibilidad porque oí que bufó—Lo haré, puedes creerme.

Chasqué la lengua—Claro, seguro—Dije irónica en medio de murmullos. Mojé mis labios, mientras acercaba mis muslos cada vez más a la orilla del poyete y mis pies finalmente se introducían en el agua.

Sacudí mi cabeza ante las imágenes que luchaban por inundar mi mente e intenté acercarme un poco más. Esta vez, mis muslos ya no ejercían contacto, sino que lo hacían las mitades de mis glúteos.

Cada vez faltaba menos.

—Ya casi lo tienes.

Suspiré al estar solo sostenida por mis brazos. Mis piernas ya casi terminaban por acariciar el agua. Solo tenía que soltarme para ingresar.

—¡Papá! —Chilló Iris con pánico. Quise voltear y ver que sucedía, pero el impacto en el capó del auto hizo que impactara contra mi asiento al igual que mi padre. Solo podía escuchar el estallido de los vidrios a los costados, los gritos de mi hermana y los míos y las maldiciones de mi padre al no poder controlar el auto.

—¡El barranco! —Exclamé entre llantos al ver la orilla por el espejo del acompañante. El impacto había sido tan fuerte, que nos desbordamos yendo en marcha atrás. Mis manos apretaban el asiento y mi padre, me tenía sujeta a este con su brazo derecho.

Porque no llevaba cinturón.

Y el lago estaba allí, esperando a que llegáramos a él. Como si abriera sus brazos para abrazarnos hasta el asfixio.

Mi padre no podía tomar el control y en el transcurso de los segundos, el auto adquiría más velocidad. Cayendo en picada, impactando contra el agua, disparando mi cuerpo contra el parabrisas y haciendo que este estallara en miles de pedazos.

—¡Pandora! —Pude distinguir la voz de padre, porque mi cuerpo ya no estaba en el asiento, porque mi rostro ardía ante los cortes, porque mis ojos solo veían el color rojo y porque me era imposible reincorporarme.

Había salido despedida, pero el parabrisas me había detenido.

Pero no había sido suficiente.

—¡Oye! —Salté asustada ante la exclamación de Asher—¿Qué esperas para soltarte? —Negué con miedo, intentado salir—Ah, no. No lo creo…—Sentí sus manos sujetando los laterales de mis piernas.

—No quiero—Susurré.

—Oh, vamos. Es solo agua, además, estaré aquí.

Negué—No, solo déjame salir.

—¿Quieres reprobar? —Fije mi atención en él—El profesor Hank nos ha estado observando y si no ingresas al agua en este instante, va a reprobarte.

Oh, por dios.

Estaba asustada y nerviosa.

—Es que yo…yo…—Cerré mis ojos—Mierda.

—Escucha, prometo que voy a sujetarte—Respiré con agitación y desconfianza—Lo prometo en mi nombre y eso ya es raro. Si prometo en nombre de mí, lo cumplo ¿Es eso suficiente?

¿Lo era?

—Solo… no me sueltes ¿Está bien? —Rogué apresuradamente—Promete que no vas a soltarme.

Bufó—No lo haré, ahora toma mis hombros y brinca—Ordenó y yo me tensé con incomodidad. Rasqué mi cabello por sobre el gorro y después de eso, estiré mis brazos hasta encontrar sus hombros y apretarlos con fuerza—Listo, ahora entra.

—Eh…

—Vamos tú puedes—Alentó.

Llené mis pulmones con aire y conté mentalmente los segundos que me llevarían a dar ese salto.

Esto había sido demasiado pronto.

Volver al agua, había sido demasiado pronto.

También el haberme ido.




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