Papá de Repuesto

✰✰ CAPÍTULO 18 ✰ Anunció de la boda✰

✰✰ Giovanni ✰✰


 

—¿Se puede saber qué están haciendo? —mi cuerpo se tensa al escuchar su voz de enojo.

 

Miro hacia la puerta, Adalyn, está de brazos cruzados, miró a Celineth quien sonríe con satisfacción.

 

—No pasa nada Adalyn, solo le quitaba una pelusa que tenía Giovanni en el hombro —me guiña el ojo antes de alejarse.

 

—Una pelusa y tan cerca de él —dice de manera irónica. —¿Se puede saber qué haces aquí? Pensé que detestabas este lugar.

 

—Creo que malinterpretaste mis palabras —se acerca a Adalyn. —pero no tengo porque darte explicaciones —camina hacia la puerta. —te informo que a partir de mañana empezaré a trabajar en diseños, será por medio tiempo, ya que debo seguir estudiando —le sonríe y sale. —nos vemos Giovanni —contenta sus caderas con exageración.

 

—Esto es el colmo —susurra. —creí haber escuchado que no te meterías con la hermana de tu supuesta pareja —me mira a los ojos.

 

—No me estoy metiendo con tu hermana, ella solo vino aquí.

 

—Y caíste en su coqueteo —frunzo el ceño.

 

Su tono es irritado y hasta puedo percibir algo de molestia, no quiero pensar que esta.. no, claro que no.

 

—No soy un chiquillo que va caer en insinuaciones y coqueteos de una muchachita caprichosa —digo cerca de ella.

 

—Cómo sea no me interesa ese es tú problema, solo vine para que firmes esto, se lo entregas a Irina —coloca la carpeta en mi escritorio, gira para salir. 

 

—Adalyn espera —se detiene, me levanto y camino hacia ella. —le dijiste a Irina que pasara a tu oficina ¿para qué? —gira hacia mí. —Estás bien, te ves pálida.

 

—Estoy bien, te mande a llamar para comunicarte que ya tenemos todo listo, solo hay que colocarlo en la mercancía.

 

—Es necesario hacer eso.

 

—Sí, no quiero que mi mercancía termine en China o cualquier parte del mundo —dice sería.

 

—¿Cuando lo pondrás?

 

—Está noche, iré a buscar el último permiso que me hace falta para que el pedido salga mañana.

 

—Iré contigo.

 

—Solo iré a retirar el…

 

—No importa, además debemos hablar de un tema en especial —digo recordando las palabras de su intimidante abuela.

 

—No quiero saber de ese tema —dice saliendo de mi oficina.

 

—Adalyn debemos hablarlo.

 

—Bien, pero no aquí por favor.

 

—De acuerdo —digo para ya no seguir estrenándola.

 

Mientras íbamos de camino a retirar la certificación Adalyn revisaba algunos documentos, pero no creo que eran de la textilería, no pregunte ya que no quería interrumpir su concentración.

 

Después de retirar el certificado regresamos a la oficina, ya que Irina, llamó que el inspector acababa de llegar.

 

—Muy bien señorita Maxwell, cumple con todo los requisitos de envío por lo tanto aquí está su certificación —anuncia el inspector.

 

—Muchas gracias —Adalyn recibe el papel, una gran sonrisa se le dibuja en los labios.

 

Al ver ese gesto mi corazón se agita y de pronto estoy sonriendo de verla así feliz, me mira y se abalanza sobre mí, la abrazo por la cintura.

 

—Esto es maravilloso Giovanni, ya podemos hacer el envío a New York y a cualquier parte de extranjero —me abrazándome por el cuello.

 

—Sí, lo hiciste bien —le digo.

 

—Lo siento no fue mi intención —se separa de mí. —Lo hicimos bien, el crédito no solo es mío, debemos preparar todo.

 

—Iré hacer las últimas revisiones para empezar a empacar lo que hace falta —digo para salir de la situación incómoda.

 

—De acuerdo —la observó marcharse.

 

☆꧁༺✿☆ ✿༻꧂☆


 

Terminamos de empacar toda la mercancía que nos pidieron los neoyorquinos, además de eso se colocó los rastreadores nadie sabe de ello, solo Frank, Irina, Adalyn y yo.

 

—Yo me iré a descansar nos vemos mañana —se despide Irina.

 

—Yo también me retiro —anuncia Frank. —descansen, todo saldrá bien además los sensores se activarán por cualquier movimiento.

 

—Gracias Frank.

 

—No tienes porque Adalyn.

 

—Será mejor irnos también debes descansar —le digo tomando en cuenta su estado.

 

—Sí.

 

—Hablaremos mañana de lo que tenemos pendiente.

 

—No, preferiría que fuera ya.

 

—Segura, estás cansada Adalyn, será mejor ir a descansar mañana habrá tiempo, vamos te llevo.

 

—Tengo mi auto.

 

—No te voy a dejar conducir a esta hora. Creo que deberíamos agregar a ese contrato, que debemos ser cariñosos de vez en cuando y más cuando estamos en publicó.

 

—Nada de cariño, por favor, acepto que me lleves a mi apartamento, es más nos hace bien que nos vean juntos más seguido.

 

—Supongo que sí —nos dirigimos al estacionamiento.

 

Abro la puerta para que ella suba, cierro y subo. Enciendo el auto y empiezo a conducir.

 

—Estás cómoda —me mira.

 

—Sí, gracias —cierra sus ojos mientras conduzco.

 

Solo la observó cuando paró en algún semáforo…

 

—Adalyn ya llegamos.

 

—¡Oh!, disculpa, quieres pasar para que hablemos del tema pendiente, aunque la verdad es un tema del cual no quiero hablar.

 

—Por qué no, dijiste que si tu abuela y tus padres los podían…

 

—Sí, sé lo que dije, pero no lo hallo justo, sabes.

 

—Un trato es un trato.

 

—Quieres llegar a esa instancia Giovanni, en verdad lo quieres.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.