✰✰ Giovanni ✰✰
Estar frente a Adalyn, y verla vestida así me dio una sensación extraña en el pecho. Se veía hermosa vestida de blanco, pero claro todo era falso solo seremos esposos por un año.
La ceremonia pasó sin contratiempos, no presté atención a más nada que no fuera fingir ser el novio y futuro esposo más cariñoso, amoroso de todos.
Notaba a Adalyn inquieta, pero no quise saber, hasta llegué a pensar que el padre de su hijo estaba en la boda cuando me beso en la ceremonia de la boda civil y lo seguí pensando, es más hasta llegué a pensar que lo hacía para provocarme y si ella iba jugar así; pues porque yo no podría.
Así que a la hora de nuestro segundo beso, yo tomé la iniciativa y la besé hasta dejarla sin aliento, me gustó su beso por supuesto soy de carne y hueso y también siento y tengo sentimientos. Disfrutes sus labios como poseso y quede con deseos de seguir disfrutando de sus labios.
A la hora del baile nupcial disfruté de tenerla tan cerca de mí y con ello no quiero decir que estoy enamorado de ella o me estoy enamorando, solo que su cercanía me hacía sentir algo extraño y esa extrañez me encantaba, esa pequeña sensación me hacía sentir vivo nuevamente.
Claro que no faltaba que alguien dañara el momento y para no ser descortés con ella acepte bailar solo sería un baile y ya.
—Ya te estás arrepintiendo de haberte casado con Adalyn —manifiesta pegándose a mi cuerpo.
—¿Por qué lo haría? —me alejo un poco de ella pero se pega más.
—No sabes con quien te casaste, Giovanni.
—Lo que digas de tu hermana no cambiará nada lo que siento por ella.
—¿Y qué sientes por ella? … y no me digas que es amor.
—Amor, cariño, confianza, respeto, admiración todo eso y más siento por Adalyn.
—Se que su matrimonio no durará.
—Me da igual lo que pienses —la música se termina así que regreso a la mesa.
Adalyn, aún no regresa a la mesa,
—Giovanni, ¿ya tienen a donde vivir? O han pensado comprar una casa —Adalyn y yo nunca hablamos de convivir juntos o de irme a vivir con ella o ella irse a vivir conmigo.
Mi apartamento es modesto, solo tiene dos habitaciones, desde hace un tiempo no me gustan los espacios grandes.
—Adalyn y yo estuvimos viendo apartamentos pero aun no nos decidimos por ninguno —digo sin saber cuales son los pensamientos de Adalyn al respecto.
Celineth, se levanta y sin decir nada se marcha, su madre hace la misma acción y la sigue a la casa.
—Pienso que deberían comprar una casa, un apartamento es muy peligroso —comenta la abuela. —Por mientras podrían vivir aquí.
—Mamá sabes que Adalyn no va a querer eso, ella siempre ha querido lograr las cosas por sí misma.
—Y mirala como esta por querer ser independiente —comenta molesta.
—No es ningún pecado madre.
—Bueno, bueno no importa. A dónde se metió tiene más de diez minutos en el baño —es cierto.
—Iré por ella —me levanto con el corazón acelerado, sospecho que algo pasaba con ella, pero no pregunté por estar pensando que era nervios o como dije que su ex pareja estaba en este lugar.
Camino apresurado hacia dentro de la casa y busco el baño de la planta baja. Me guío por las voces.
—Ayúdame, mi bebé —la escuchó decir.
Mi corazón se agita y late desenfrenado, todo se ha detenido a mi alrededor, me acerco a donde está con Irina. Solo escucho el sácame de aquí, sin esperar más la tomó en brazos y la sacó de la casa.
Conduzco como loco hasta llegar a la clínica más cercana, donde la atienden de inmediato.
Camino de un lado a otro hasta que veo que el doctor sale.
—¿Cómo está mi esposa? —digo sin pensar las palabras.
—Su presión se está regulando, voy hacerle un ultrasonido para ver cómo está el bebé.
—¿Puedo verla?
—Por supuesto espere un momento —se marcha a no se donde, hasta que minutos regresa.
Entró a la habitación detrás del médico, Adalyn está acostada en la cama, se ve pálida. Me acerco a ella y por inercia deposito un beso en su frente.
Al escuchar el corazón de su bebé latiendo sentí como el pecho se me apretaba, mi piel se erizo, sentía algo hermoso, sentía como mi pecho se llenaba al escuchar ese sonido inigualable.
No me despegué de Adalyn aunque pensé hacerlo cuando sus padres llegaron, pero Adalyn me pidió que no la dejara sola.
En toda la noche vele por ella antes de que amaneciera salí de la habitación y fui a mi apartamento, necesitaba cambiarme, prepare desayuno para mí, pero al final terminé preparando para ella también. Le avisé a Irina, para que le buscara ropa cómoda.
Al llegar al hospital ya Adalyn estaba despierta, le di la bolsa donde traía el desayuno, me miró y al ver su contenido sonreí, antes que me mirara borré mi sonrisa.
Después de unos minutos el doctor la revisó y le comunicó que se podía marchar a su casa, pero debía tener un mes de reposo, noticia que le cayó como agua fría. Pero que al final no le queda de otra que aceptarlo.
—¿A dónde iremos, a tu apartamento o al mío? —digo saliendo del estacionamiento.
—¿Como que a tu apartamento o al mío?
—No te voy a dejar sola Adalyn, ni a ti ni a tu bebé —Sonríe.
—No tienes porque —esto es lo que detesto de ella.
—Es cierto, pero qué dirá tu abuela cuando nos visite o te visite a ti —la miro.