Papá de Repuesto

✰✰ CAPÍTULO 30 ✰ Y si hablamos de amor ✰

꧁ Adalyn ꧂


 

Todo marchaba bien hasta que él o la persona encargada de hacerme la vida imposible actuó. Hoy era la revisión para la aprobación de algunos productos que ofrece la Industria de Textiles Maxwell. No pude asistir ya que tenía reunión con el diseñador gráfico y preferí que Giovanni se encargará.

 

En cuanto Joshua irrumpió en mi oficina supuse que algo no andaba bien y mis sospechas no estaban lejos, alguien había saboteada su diseño, Joshua es el diseñador de todo lo que se refiere a elementos de habitación, como colchas, edredones, frazadas, cubrecamas, cortinas y demás.

 

Sus productos siempre han destacado en la textilería, me pareció insólito que Giovanni, hubiera rechazado su creación. Por eso no dude en pedirle que me mostrará su creación.

 

Y como era de esperar había sido un sabotaje. ¿Pero por qué precisamente el diseño de Joshua? Fácil porque esa persona sabe lo importante y esencial que es Joshua para la textilería, lo que me llevó a la conclusión que esa persona está entre nosotros y anda como si nada. 

 

Por más que quisimos saber quién era no dimos con él o ella, tal vez sea más de uno.

 

Después de ese percance regresamos a la oficina, atendí algunos correos y fuimos almorzar, la tarde la pasé revisando algunos documentos con Giovanni, pero mi mente estaba en otro lado. 

 

—Será mejor ir a casa —propone Giovanni.

 

—Sí —me limitó a decir.

 

Salimos de la oficina y bajamos al estacionamiento, Frank iba llamar a una agencia de seguridad para que ellos se encargaran de la seguridad en la noche, ahora es cuando más debo tener ojos en todas partes.

 

Al llegar a casa tomo un baño de espuma y trato de relajarme, pero es imposible.

 

—No te estreses amor, recuerda que eso le hace mal a nuestra pequeña —sonrió.

 

—Es que no puedo, pero tienes razón, debo pensar en ella —me siento en la cama.

 

—Todo se solucionará pronto, ellos van a caer —dice masajeando mis hombros. 

 

—De eso no tengo dudas —digo cerrando mis ojos.

 

El día de hoy he estado muy alterada y eso no es bueno para mi pequeña y para mí.

 

Los días posteriores fueron una tranquilidad única, logré relajarme gracias a Giovanni, y aunque me pidió varias veces que no fuera a la textilería no podía hacer eso.

 

Necesito estar al frente y con la frente en alto, qué clase de jefa sería si con un pequeño sabotaje me retiro y le dejó la carga a otro, no, eso no va conmigo. Sé perfectamente que eso es lo que quieren sacarme del medio, pero no les daré ese privilegio.

 

Hoy había tomado la decisión de salir temprano y seguir trabajando en casa.

 

—¿Qué haces? —pregunta Giovanni al verme tomar las carpetas.

 

—Voy a trabajar. 

 

—¡Trabajar Adalyn! —asiento.

 

—Porque no dejas eso a un lado y hablamos de otra cosa o hacemos otra cosa —lo miro. 

 

—¿Qué quieres hacer, o de qué quieres hablar? 

 

—De nosotros o mejor aún hablemos de amor —su mirada es intensa.

 

—¿Hablar de amor?

 

—Sí, pero no te quiero presionar con ello, solo quiero que me cuentes que sientes, que deseas —me levanto y me acerco a él.

 

—Siento un torbellino revolotear por todo mi cuerpo.

 

—Claro es nuestra princesa —Sonrió y niego.

 

Tomó su mano y lo llevó a la cama, me siento al igual que él.

 

—No eso solo sucede cuando te miró —suelto un suspiro. —desde hace mucho tiempo siento ese revoloteo, pero siempre lo ignore, me decía cómo podría gustarme un hombre tan seco y áspero como tú —me mira indignado. —es más siempre me reprendía por sentir deseos extraños cuando te veía, por qué crees que te escogí como el padre de repuesto de mi renacuaja —me mira pensativo. 

 

—Porque quería hacerme la vida imposible —niego.

 

—Porque quería que fueras tú el que estuvieras a mi lado, es más hasta me atrevo a decir que siempre te trate de forma hostil porque solo quería que te marcharas.

 

—Así qué era eso. 

 

—Posiblemente —toma mis manos y las besa.

 

—Creo que yo tampoco estaba lejos de todo eso, también te trataba de forma seca porque quería escudarme en un sentimiento contrario a lo que sentía por ti, pero siempre tuve el propósito de ayudarte y apoyarte en todo, aunque no lo demostraba cómo en verdad era —lo miró a los ojos. 

 

—Te amo Giovanni Di Marco —digo llevando mis manos a su rostro. —Tenía miedo de reconocer que me he enamorado de ti, miedo a reconocer que te amo —mi corazón late desenfrenado al reconocer mis sentimientos.

 

Reconozco que desde que conocí a este italiano sentí unas sensaciones extrañas que quise disimular con el desprecio, pero siempre tuve ese gusto por Giovanni y ahora entiendo porque era antipática con él.

 

—¡Adalyn! —dice con voz ronca.

 

Voz que me hace estremecer, miro sus labios y sin pedir permiso, lo tomo del cuello y lo beso. Beso sus labios de forma apasionada, siento mi cuerpo calentarse, como lo viene haciendo desde hace ya un tiempo.

 

—¡Giovanni! —exclamó.

 

—Dime —susurra sobre mis labios.

 

—¿Sientes lo mismo que yo? 

 

—Ya reconocí mis sentimientos hacia ti, pero si quieres que te lo vuelva a repetir te lo voy a repetir, te amo Adalyn Maxwell, y aunque no quise y me había propuesto no sentir nada por ti; mujer arrogante y engreída me enamore locamente de ti —Sonrió sobre sus labios.

 

—¿Me deseas cómo yo te deseo? —me mira fijamente.

 

—Te vengo deseando desde que tus labios se apoderaron de los míos —abro mis ojos, eso fue en la boda.




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